En San Vicente están de los nervios
martes 09 de abril de 2013, 07:45h
Yo no sé
lo que está pasando en el PSOE andaluz, pero me recuerda mucho los finales de
los años 80 del pasado siglo, la época en que los guerristas de Alfonso "El
Canijo" acosaban al presidente José Rodríguez de la Borbolla y
a su Gobierno por los cuatro costados hasta que consiguieron desalojarlo de la
Junta y sustituirlo por Manuel Chaves. Bueno, les confieso que sí lo sé,
que Griñán va a lo suyo y pasa un taco del personal que le rodea. Ahora no es
que Alfredo Pérez Rubalcaba esté asediando a Pepe Griñán, qué más
quisiera él poder tener alguna capacidad para hacerlo y para poner órden en el
partido, sino el escándalo de los EREs fraudulentos y las investigaciones de la
jueza Mercedes Alaya quien está sembrando el pánico en la sede regional
de los socialistas andaluces, en el palacete de la céntrica calle sevillana de
San Vicente.
Como será el nerviosismo imperante que, ayer, entre las seis y las siete de la
tarde, los compañeros de prensa del PSOE-A le dieron a la tecla equivocada al
mandar un mensaje a los medios de comunicación y las redacciones se vieron
inundadas recibiendo nada menos que ciento cincuenta correos electrónicos con
viejas convocatorias de hasta hace un mes. Yo estuve casi media hora borrando
e-mails de declaraciones, comunicados y ruedas de prensa de Pepe Griñán,
Susana Diaz, de Mario Jiménez, de Amparo Rubiales y del de
la moto, que parecían no acabar nunca. Para mí que algún jerifalte socialista
llegó hecho un basilisco por el asunto de los EREs y le pegó la bronca al
becario de turno. Y, claro, el chaval se puso nervioso y no acertó con la tecla
del ordenador provocando casi un colapso en los correos de los destinatarios.
Y es que no está el horno para muchos bollos ni las reuniones para demasiadas
bromas. Después de que la penosa comparecencia de Griñán en el
Parlamento para explicar su responsabilidad política en los EREs acabara con la
petición de dimisión...del presidente del PP-A, Juan Ignacio Zoido, el
esperpento llega a unos límites bastante kafkianos. Habría que pedirle a
alguien que pusiera algo de cabeza en todo este barullo en el que Griñán dice
una cosa, su consejera y alter ego Carmen Martínez Aguayo otra, y su
portavoz parlamentario la contraria. Y la guinda la pone siempre, cómo no, el
vicepresidente del bipartito y coordinador de IULV-CA, Diego Valderas,
quien con tal de mantener el sillón en San Telmo es capaz de acudir al rosario
de la aurora, con cirio y medalla u ponerle una docena de velas a San José (Griñán).
Como si lo de los EREs no estuviese ya bastante complicado, los socialistas se
apuntan al hotel de los líos y cada cual, cuando le acercan un micrófono,
sueltan los primero que se les ocurre, eso sí, siempre exculpando a su jefe, no
vayamos a joder la marrana que nos jugamos el futuro inmediato y el pan de los
niños.
Y es que las declaraciones de Martínez Aguayo en Canal Sur culpando a José
Antonio Viera como responsable político de los EREs han estado a punto de
provocar un terremoto en San Vicente. Me cuentan que el ex consejero y ex
secretario general del PSOE de Sevilla estuvo a punto de convocar una rueda de
prensa en la que amenazó con sacar papeles comprometedores que implicarían a
Griñán en el escándalo. Dicen que tuvo que intervenir Chaves y el
mismísimo Rubalcaba para serenar los ánimos y evitar que la guerra
larvada que se vive en el PSOE andaluz desde el Congreso Federal, acabara en la
tercera guerra mundial. Griñán y sus potavoces (¡O son portacoces?)
deberían de tener cuidado al elegir a sus víctimas porque hay algunos que
llevan demasiado tiempo en el organigrama del partido y se lo conocen a la
perfección. Y no sólo eso, sino que han manejado, y quizás todavía manejen,
claves secretas que serían peligrosas de desvelar. Aviso a navegantes con
personajes como Viera o Gaspar Zarrías (fontaneros de lujo
durante décadas en el PSOE-A) que como dice algún tertuliano del corazón, valen
más por lo que callan que por lo que cuentan.
Una ex compañera y sin embargo amiga, Margarita Jiménez, me confirma que
la tesis que mantenía en mi anterior artículo sobre la estrategia de Griñán de
hacer recaer en su ex amigo Chaves la responsabilidad de los EREs para
poder optar primero a la Secretaría general del PSOE y después a la Presidencia
del Gobierno, no es nueva. Ya se barajó a finales de 2011. Desde entonces las
cosas han cambiado, y mucho, a favor del presidente de la Junta. Habrá que
estar atento a las próximas jugadas en este ajedrez en el que Rubalcaba juega
con negras (perdón subsaharianas) y con los ojos vendados. Dice el refrán
español que así se las ponían a Fernando VII.