lunes 08 de abril de 2013, 08:06h
Veo por
internet la protesta en topless de unas feministas que defienden los derechos
de las mujeres árabes. Pues bien: creo que la exhibición de sus pechos obedece
más a darse el gustazo de hacerlo que a favorecer a las pobres islamistas
oprimidas.
La suya es
una acción contraproducente, ya que imagino a los rijosos fundamentalistas
coránicos diciendo: "¿Veis adónde pueden llegar nuestras mujeres si tenemos con
ellas manga ancha? En vez de eso, démosles más garrotazos y pongámosles más
burkas para que no se desmadren".
Resulta que
cada vez hay más casos de éstos, en los que el personal, en su acaloramiento,
se dedica a escupir hacia arriba, con lo que sus salivazos acaban cayendo en su
propio ojo, en vez de alcanzar al de su oponente, como era su intención.
De alguna
manera, eso sucedió hace bien poco en nuestro país con el bienintencionado
movimiento de los indignados. Algo
tan espontáneo y tan justificable, que debería haber puesto a nuestros políticos
frente a sus contradicciones, acabó disolviéndose como un azucarillo en cuanto
algunos aprovechados intentaron utilizarlo para sus fines partidistas.
Ahora puede
ocurrir lo mismo con otras acciones de agitación ciudadana, como la de stop desahucios. Su loable intención,
que cuenta con indudable apoyo popular, está deslizándose hacia el acoso y la
intimidación personal a los políticos, con lo que puede salirle el tiro por la
culata: si ya resulta difícil de por sí que nuestros mandatarios pisen la calle,
esta sañuda persecución puede llevar a que no les veamos el pelo y sean más
inaccesibles y más hoscos que nunca.
Y es que en
las protestas, como en otros afanes de la vida, si no se sabe hacer bien, puede
acabar siendo peor el remedio que la enfermedad.
Diplomado en la Universidad de Stanford, lleva escribiendo casi cuarenta años. Sus artículos han aparecido en la mayor parte de los diarios españoles, en la revista italiana Terzo Mondo y en el periódico Noticias del Mundo de Nueva York.
Entre otros cargos, ha sido director de El Periódico de Barcelona, El Adelanto de Salamanca, y la edición de ABC en la Comunidad Valenciana, así como director general de publicaciones del Grupo Zeta y asesor de varias empresas de comunicación.
En los últimos años, ha alternado sus colaboraciones en prensa, radio y televisión con la literatura, habiendo obtenido varios premios en ambas labores, entre ellos el nacional de periodismo gastronómico Álvaro Cunqueiro (2004), el de Novela Corta Ategua (2005) y el de periodismo social de la Comunidad Valenciana, Convivir (2006).
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
19903 | Se dice... - 08/04/2013 @ 09:24:18 (GMT+1)
¿Top less? Como forma de protesta llama la atención y me parece mucho menos agresiva que otras. Yo también he oído el rumor; Sánchez Gordillo, Willy Toledo y Baltasar Garzón se proponen hacer top less por la república el 14. Es que se habla poco de ellos últimamente.
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