Nada de
'ley mordazas', ni de censuras previas, ni de leyes de Prensa e Imprenta como
la de 1966 o, incluso, legislaciones franquistas: los límites para la libertad de
expresión están recogidos en la propia Constitución. Así es como la
vicepresidenta del Gobierno,
Soraya Sáenz de Santamaría -la 'número dos' de
Rajoy, para entendernos- ha desautorizado de forma plena y contundente al
presidente de la Comunidad de Madrid,
Ignacio González, militante, como ella
misma, del Partido Popular.
González
había llegado a pedir que se hicieran leyes para
impedir que noticias de gran
importancia y trascendencia social como que el presidente de la Xunta de
Galicia tuviera una amistad peligrosa con un importante narcotraficante gallego
no se publicaran. O, para ser más exactos: que
las fotos de Núñez Feijóo con el
narco Marcial Dorado en el yate de éste nunca pudieran ser publicadas por los
medios de comunicación.
Pero la
vicepresidenta ha sido tajante este viernes en su desautorización a Ignacio González:
"La mejor respuesta es la Constitución y las leyes", ha dicho Sáenz
de Santamaría, que ha añadido: "Máximo respeto a los derechos
fundamentales con los límites que la Constitución fija". Es decir, que no
habrá represión informativa.