Algo hacemos mal si nos pasamos el año
preocupándonos del consumo de agua en la región y en una semana de lluvias todo
se desborda. Ya sabemos que nunca llueve a gusto de todos, pero mejorar la
eficiencia en el uso y consumo del agua no consiste sólo en cerrar el grifo
mientras nos lavamos los dientes.
No tiene sentido que haya zonas en
Castilla-La Mancha que tengan que estar abastecidas con camiones cisterna en
determinados momentos del año mientras se alivia agua de todos los embalses de
la región tras tres días de lluvia. El Ministerio de Agricultura lo justificaba
esta semana ante la "topografía eminentemente llana" que presenta Castilla-La Mancha,
que produce desbordamientos localizados en zonas rurales.
Aquí se sigue luchando por evitar que
continúe el trasvase de agua del Tajo al Segura, o lo que es lo mismo, que el
agua se vaya al levante mientras, insisto, tenemos zonas con camiones cisterna.
Una lucha que encara un nuevo escollo con el "memorándum de entendimiento" que
se quiere firmar en los próximos días entre el Gobierno central, Murcia y
Valencia y que según el PSOE de la región lo que hace es que "perpetúa el
trasvase".
Aún tenemos pendientes algunos planes de
cuenca, como el del Tajo, que se supone vendrán a ordenar este lío. Castilla-La
Mancha se ve afectada por 7 de las 9 demarcaciones hidrográficas del país, con
razón la Agencia del Agua la define con una "especificidad un tanto compleja
respecto a los recursos hídricos".
Las instituciones y partidos políticos no
tienen dientes que lavarse, aunque a veces los enseñen, pero seguro que pueden
hacer otras cosas para mejorar la eficiencia y la gestión del agua. Defender
sus recursos para que no se "evaporen" cuando no hay, y mejorar su gestión para
que, ahora que hemos llenado los embalses y tenemos agua para aburrir, no
tengamos que estar llevándola con camiones dentro de unos meses o lamentando
nuevas derivaciones de agua. ¿Es posible?
Javier
D. Bazaga
Periodista
http://javierdbazaga.wordpress.com/