La Junta Directiva Nacional
del Partido Popular es el máximo órgano de esta formación entre congresos, y se
reune este miércoles con una cargada agenda oficial y una aún más cargada
oficiosa. Explicar los objetivos del Gobierno para este trimestre es el motivo
que teóricamente congrega a Mariano Rajoy con los 'notables' del
partido que preside. Pero él sabe, y todos saben, que en la sala de plenarios de la sede
'popular' en la calle Génova van a revolotear, por motivos bien
distintos, dos nombres: el de Luis Bárcenas y el de Artur Mas. Al que ahora
habrá que sumar, también por cuestión diferente, el de Alberto Núñez Feijoo.
Así que la reunión será tranquila solamente por una razón: faltarán algunos de
los hombres y mujeres 'clave' en el PP más disconformes con la línea que sigue el presidente del
partido.
Los cronistas detectamos muy variadas opiniones en el seno
del PP respecto a cómo se están llevando las cosas en el tema Bárcenas: hay quienes
secundan la táctica del silencio, a ver si todo se pudre, que sigue Rajoy. Pero
estos son minoría, a mi entender. Son muchos más los que, dentro del PP, creen
que hay que ensayar una estrategia más ofensiva, de mayor transparencia y con
mayor agresividad hacia el ex tesorero, que parece empeñado en
"hundir" al partido a base de chantajes, según cuentan algunos. No
es la misma, desde luego, la postura de Rajoy que la de la secretaria general,
María Dolores de Cospedal, quien, a su vez, se muestra bastante distanciada de
la ex presidente de Madrid y persona de gran influencia en un sector del PP,
Esperanza Aguirre. Eso, para no citar la evidente distancia, que es casi
hostilidad, entre la secretaria general y la vicepresidenta Soraya Sáenz de
Santamaría, a quien no pocos citan como posible sucesora de Rajoy en el
Gobierno, en el caso, que hoy no se ve demasiado probable, de que el tema
Bárcenas, o un conjunto de motivos políticos, desbancasen al actual presidente.
Pero aún más fricciones se derivan de otra parte de la agenda, esta no tan oculta como la
anteriormente citada; Rajoy tendrá que convencer a sus presidentes
territoriales, entre ellos varios presidentes autonómicos, de que los 'privilegios'
que se delinean para Cataluña ni son tantos ni van a ir en detrimento de las
finanzas de las restantes autonomías. Tarea difícil, porque el desequilibrio
territorial se acentuará, aunque, a la vez, se calmarán las ansias
secesionistas de Artur Mas, que este miércoles ha convocado, a su vez, una
rueda de prensa -coincidiendo con la Junta Directiva del PP--, sin
duda para convencer a sus 'aliados' de Esquerra Republicana de
Catalunya de que no se ha vendido al 'oro de La Moncloa'.
Delicados equilibrios, por tanto, los que
se juegan en esta 'cumbre' del PP, sobre la que va a pesar, además,
el ataque sufrido por el presidente de la Xunta ---que será, por cierto, uno de los
ausentes en esta Junta Directiva Nacional--, Alberto Núñez Feijoo, quien ha
visto publicadas fotos que reflejan su pasada cercanía con un 'narco'.
Podría apostar por que Feijoo saldrá públicamente respaldado -aunque nadie
en la dirección de Génova haya acudido aún en su defensa-. Y también apostaría
por que los barones territoriales del PP -los que asistan a la Junta, claro, que no serán
ni mucho menos todos-se abstendrán de hacer excesivo 'ruido'
ante posibles 'concesiones' económicas a Cataluña, aunque de eso
nada se haya concretado aún y aunque se mantengan las apariencias ficticias, más
que reales-- de una fricción entre La Moncloa y la Generalitat . Buena oportunidad tiene,
en todo caso, Rajoy de poner orden en su casa. Hoy mismo.
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El blog de Fernando Jáuregui: 'Cenáculos y mentideros'>>
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