Victoria sanitaria en el
Tercer Mundo: el Tribunal Supremo de la India ha dictado una sentencia
favorable a los fabricantes indios de genéricos ante la farmacéutica
multinacional suiza Novartis, que pretendía registrar la patente de un
medicamento contra el cáncer que no presentaba cambios sustanciales con el
genérico que ya se estaba produciendo en India. Esta sentencia deja vía libre a
los fabricantes indios de medicamentos genéricos.
La ley de Patentes india establece
que solo se permitirá que alguien se adjudique una patente en aquellos casos en
los que las innovaciones sean claras. Así se evita que las compañías
farmacéuticas modifiquen ligeramente un medicamento y alarguen la patente para
impedir la producción de genéricos, quedándose con su explotación comercial.
Inicialmente la ley era más dura, pero India cedió en parte a las presiones de
la OMS para que permitiera las patentes.
Como ya informó extensamente
Diariocrítico, esta esperada sentencia del Tribunal Supremo indio ha puesto
punto final a una batalla legal que comenzó en 2006, y en la que la compañía
farmacéutica suiza Novartis pretendía anular una crucial disposición de la Ley
india de Patentes, la llamada "Sección 3d", que incluye salvaguardas
para evitar registros abusivos de fármacos que no supongan una innovación.
Gracias a esta Ley, India
se convirtió en la farmacia del mundo en desarrollo, proporcionando
medicamentos de calidad a precios asequibles: casi el 70 % de las exportaciones
indias de fármacos genéricos están destinadas a los países en desarrollo, donde
ni los sistemas públicos de salud, ni por supuesto los pacientes, pueden pagar
los precios de los medicamentos de marca, según denunció la ONG Médicos sin
Fronteras (MSF).
El mundo se jugaba perder fármacos a precios asequiblesSi Novartis hubiera
ganado la partido y hubiera mutilado la Ley de Patentes, tendrían que empezar a
emitirse de forma generalizada patentes en India para nuevas formulaciones de
medicamentos conocidos ya en uso, lo que bloquearía la competencia entre
diferentes productores de fármacos y los precios no bajarán. En consecuencia,
India ya no podría suministrar medicamentos asequibles de calidad a los
millones de personas de todo el mundo que los necesitan, en particular millones
de pacientes de VIH en tratamiento con antirretrovirales.
Solo como ejemplo, el 80%
de los 220.000 pacientes de VIH que trata Médicos Sin Fronteras (MSF) en el
mundo dependen de medicamentos genéricos fabricados en India para seguir con
vida.
Novartis se enzarzó en
una batalla legal contra el Apartado 3(d) de la Ley de Patentes india que
establece que solo se pueden patentar nuevas versiones de medicamentos
conocidos si demuestran tener una mayor eficacia terapéutica respecto a los
existentes. Esta disposición va dirigida específicamente a impedir una práctica
muy extendida en la industria farmacéutica, consistente en prolongar sus
monopolios comerciales mediante la renovación de patentes otorgadas a
modificaciones rutinarias de medicamentos conocidos.
El caso del
anticancerígeno GlivecEn 2006, la Oficina de
Patentes india se basó en el Apartado 3(d) -que está en línea con las leyes
internacionales de comercio- para no conceder a Novartis la patente del
mesilato de imatinib, un anticancerígeno comercializado por la compañía suiza
bajo el nombre de Glivec. La petición de Novartis era para una nueva forma de
la molécula, ya descrita varios años antes en patentes otorgadas en Estados
Unidos y otros países desarrollados.
Ahora bien, diferentes
tribunales indios ya habían considerado, al igual que ha hecho este lunes el Tribunal
Supremo, que su fármaco no representa una innovación. Sin embargo, sí hay mucha
diferencia de precio: el fármaco de Novartis costaba 2.600 dólares por paciente
al mes, y las versiones genéricas 200 dólares, según fuentes citadas por EFE.
De hecho, India es
conocida como "la farmacia del mundo en desarrollo", por su alta
producción de medicamentos genéricos, de calidad y bajo precio, que vende a
países en vías de desarrollo, en los que más del 80% de los tratamientos de VIH
proceden de India.
De 100 dólares a 10.000: la diferencia en un mismo tratameintoSegún MSF, una victoria
de Novartis hubiera tenido consecuencias a nivel global, ya que en el futuro
India tendría que autorizar más patentes de las que actualmente otorga. Esto a
su vez restringiría en gran medida la competencia de genéricos en el mercado
que, por ejemplo, ha jugado un papel determinante en la bajada de un 99% de los
precios de los medicamentos para el VIH desde 2000 y que ha posibilitado la
ampliación del tratamiento antirretroviral a ocho millones de personas en los
países en desarrollo.
Según esas fuentes, en el
año 2000, el tratamiento para enfermos de sida costaba 10.000 dólares anuales
(más de 8.000 euros actuales), hoy ronda los 100 (80 euros). Para saber por qué
el precio de los antirretrovirales ha descendido un 99%, hay que mirar a India.
Ese país se ha convertido en lo que muchos llaman la fábrica de medicamentos para
países en desarrollo.
Novartis se queja del
fallo del Supremo
Tras conocer la sentencia
del Alto Tribunal indio, Novartis señaló que la denegación de la patente de
Glivec clarifica la limitada protección de la propiedad intelectual en el país
y desincentiva la innovación.
"Creemos que la
innovación original debería ser reconocida mediante patentes para incentivar la
inversión en innovaciones médicas", indicó Ranjit Shahani, vicepresidente
y director gerente de Novartis India. "Esta sentencia es un revés para los
pacientes y dificulta los avances contra enfermedades sin opciones de
tratamiento efectivas", añadió el representante de la multinacional.
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