lunes 25 de marzo de 2013, 10:39h
Un rockero
argentino y sacerdotal llamado Cesar Scicchitano hizo, hace dos años, y sobre
un hipotético Papa latinoamericano -hay que respetar, en este caso, lo de
latino por los apellidos italianos de Bergoglio y Scicchitano y porque el latín
es la lengua de la Iglesia Romana- uno de cuyos versos dice: "Este lado del
mundo tiene mucho que dar". Y sucedió que, ahora, ha resultado una canción
precursora del Papa Francisco, al que no es lo más correcto llamarle Jorge, con
la falsa melosidad de Cristina Fernández de Kirchner pero se le puede llamar
Paco con toda propiedad. Porque Paco no es un alias de Francisco, como pudiera
parecer, sino las siglas que utilizaba San Francisco de Asís tras su nombre,
como abreviatura de su cargo al frente de sus monjes, "Padre Común" -Pater Comunis-
o sea Pa.Co.. Algo así como el Jefe del Estado Mayor de la Defensa al que los
militares llaman JEMAD, o sea, que el Santo Padre puede, también, considerarse
Padre Común de los creyentes.
Pero la verdad
es que a parte nombres, "aquel lado del mundo" tiene mucho que dar a quien sea
capaz de comprenderlo y, especialmente, a España, a la que ya quizá no convenga
llamarle MAPA, por Madre Patria, pero sí hermana mayor, repoblada en sentido
inverso al Descubrimiento, por una emigración familiar de lengua, creencias y
costumbres, cuya integración natural en nuestra sociedad es la envidia de
quienes solo pueden reforzar su demografía con incorporaciones difíciles de
integrar y homologar. Latinoamérica o, mejor, Iberoamérica, desde nuestro punto
de vista, es la gran conexión entre el continente europeo y el americano, de
Norte a Sur. Es el gran lazo atlántico en que reside la grandeza actual de
Occidente que no es imaginable sin el cristianismo universal y la cultura
hispánica. La proyección de España, desde el siglo XV, en las Américas fue algo
tan incomparable con cualquier otro proceso de imperialismo o colonización que,
en el siglo XXI está tan viva que sigue siendo polémica y, a la vez, creativa y
fraternal. Es una proyección confluyente en las dos direcciones, por lo que es
inevitable que provoque choques, pero es la esencia natural del atlantismo. Una
sociedad que no es indígena ni europea sino una combinación de ambas.
La ambiciosa
pretensión de nuestra primera Constitución de 1.812, en su artículo primero:
"La nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios"
fue un fracaso si consideramos como tal la realidad plurinacional de nuestros
días. Pero si tenemos en cuenta el impacto democrático común a los pueblos de
ambos lados del atlántico y sus plasmación en un conjunto de Constituciones de
impregnación liberal, comprenderemos que se produjo una autentica evolución
política y cultural en el plano de las realidades que nunca es el previsto por
una planificación teórica preconcebida. El legado español no es una añoranza
imperialista sino una fraternidad pluralista. A lo que dice la canción del cura
argentino -"Este lado del mundo tiene mucho que dar"- habría que completarlo
con "los dos lados del mundo tienen mucho que dar". Era bien visible en los
acentos iberoamericanos de una Roma pontifical que ya no es imperio romano,
pero tiene aliento universal y predominantemente trasatlántico.
Ex diputado y ex senador
Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
19386 | Pikertom - 25/03/2013 @ 11:32:18 (GMT+1)
Usted sigue, a pesar de mis consejos, bebiendo. Si lo dejase le aseguró que dejaría de escribir tanta chorrada.
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