El
15 de marzo finalizaba realmente un Consejo Europeo cuyas
Conclusiones llevaban fecha del 14 de marzo, pues sin duda se quería
con este anticipo de conclusiones alejar el Consejo Europeo de un
tema candente, el rescate a Chipre que se iba a debatir en el Consejo
de Ministros de Economía y Finanzas de la eurozona precisamente el
día 15 y resolver en la madrugada del día 16. Sin embargo nadie
duda que aunque el Consejo Europeo ha tratado de alejarse de la gran
responsabilidad que respondía a los líderes europeos, esto
realmente no se ha conseguido, la decisión tomada por Ministros de
Economía afecta a la cabeza institucional de la Unión
Los
Ministros de Finanzas de la eurozona resolvieron en aquella madrugada
grabar con un impuesto de entre 6,75% y el 9,9% a los depósitos en
cuentas chipriotas procediéndose a congelar esta cantidad hasta
aplicar este nuevo gravamen el próximo martes. Es lo que han llamado
un compromiso temporal y limitado que junto con otras exigencias
posibilitaron que el eurogrupo aprobará una ayuda de 10.000 millones
de euros para evitar la bancarrota de este país.
Escribimos
este articulo cuando hoy, lunes 18 de marzo, está previsto una
votación en el Parlamento de Chipre sobre el acuerdo de los
Ministros de Finanzas del eurogrupo mantenido en la madrugada del
sábado, una decisión chipriota que será muy difícil y para la que
se requiere el voto favorable de 29 de los 56 Diputados que forman el
hemiciclo, es decir, varios diputados que sumen a los 20 escaños del
Partido Conservador supuesto que estos sigan las instrucciones o el
compromiso del Primer Ministro. En todo caso la indignación de los
ciudadanos chipriotas es absoluta y evidentemente se traslada a su
condición de ciudadanos europeos. Esta es una decisión repetimos
que afecta a todos los ciudadanos europeos.
En
cualquier caso la decisión tomada por los líderes de la Unión
Europea, no debemos remitirnos tan solo al eurogrupo, debe
considerarse extrema en la medida en la que afecta al elemento más
trascendental del sistema financiero, la confianza de los
depositantes, causando muy graves e irreparables consecuencias que
nos sugieren realizar algunas referencias teóricas. Ante todo
debemos partir del origen de la relación entre banco y usuario, es
decir del contrato de depósito suscrito entre ambos. El contrato de
depósito se basa, como es bien sabido, en la confianza que tiene el
depositario sobre el depositante en relación a la cosa depositada,
confianza que hace que el depositario prefiera que la guarda de la
cosa recaiga en una tercera persona, en la que confía más que en sí
misma para esta tarea.
En
el depósito bancario de dinero, el depositario es una entidad
financiera bancaria y el bien depositado, como su nombre indica,
efectivo, que se deposita en dicha entidad en su condición de
custodio especializado en este tipo de activos. Por tanto, podemos
afirmar que el depositante en el contrato de depósito bancario de
dinero no tiene la condición de inversor, es decir, no pretende en
principio la asunción de un riesgo a cambio de una rentabilidad. La
existencia de depósitos remunerados no altera esta relación, en la
medida en la que el depositante no acepte un riesgo a cambio del
interés, normalmente bajo, pactado. De aceptarse un riesgo se
alteraría la naturaleza del contrato, que dejaría ser un contrato
de depósito bancario de dinero para convertirse en otra relación
jurídica.
Pues
bien, es evidente que la seguridad del depositante es clave para que
el depósito se realice, es decir, el elemento "confianza" es más
relevante en este contrato que en otros en los que, por ejemplo, el
prestador del servicio pretende desarrollar una obligación más
compleja. Guardar dinero no parece, prima facie, una actividad tan
difícil de cumplir. Solamente tenemos que preguntarnos a nosotros
mismos si estaríamos dispuestos a que el custodio de nuestros
ahorros fuera una entidad que puede perder los mencionados con mayor
facilidad que nosotros mismos. Probablemente, en ese caso, más de
uno de nosotros decidiría utilizar un colchón para esconder el
dinero debajo o comprar una caja fuerte en lugar de utilizar una
entidad financiera.
Sentada
esta cuestión, a todas luces evidente, es necesario reflexionar
sobre el sistema de reserva fraccionaria en el que se basa el sistema
financiero mundial. En términos coloquiales, los bancos pueden
prestar más dinero del efectivo que tienen en depósito como
consecuencia de la aplicación de la normativa bancaria. De esta
forma, si se produce una retirada en masa de los depósitos de un
área financiera, los bancos de dicha área no podrían atenderla,
generando el correspondiente pánico y subsiguiente crisis
financiera.
Como
señalan
Diamond y
Rajan, la manera de evitar crisis financieras es
estabilizar a las entidades que constituye el núcleo del sistema
financiero, los Bancos. La mayoría de las crisis bancarias se
producen por la existencia de pánicos que ponen de manifiesto la
imposibilidad de las entidades financieras de devolver los depósitos,
contraídos a corto plazo, ya que estas posiciones y el dinero
Bancario generado se encuentran invertidos a medio y largo plazo.
Precisamente,
para evitar el pánico se crean los Fondos de Garantía de Depósitos,
a través de los cuales se quiere evitar que los depositantes entren
en un estado de pánico y corran a retirar sus depósitos de las
entidades financieras en casos en los que se produzca una alarma, ya
que el Fondo cubre, al menos hasta una determinada cuantía -100.000
euros en nuestro país- las posiciones de los depositantes.
Expuesta
la teoría vayamos a plantearnos algunas cuestiones referidas a la
decisión que se ha tomado en este Consejo ECOFIN del eurogrupo. En
primer lugar, ¿Qué ocurre en Chipre cuando los sacrosantos
depósitos de este país, resultan afectados?. Como consecuencia de
perder el correspondiente dinero, el depositante del sistema
financiero Chipriota, resida donde resida, pierde la confianza en
dicho sistema financiero. Que jurídicamente se articule a través de
un impuesto, tasa, por la quiebra de la entidad financiera o del
país, no afecta esta conclusión. Las colas de depositarios
pretendiendo sacar sus ahorros de los bancos chipriotas así lo
atestiguan.
¿Qué
ocurre en el ámbito de la Unión Europea? Debemos partir de un
supuesto. No se trata de una buena noticia para la Unión, ya que la
UE ha propuesto esta medida en un país miembro y a unos ciudadanos
que son tan europeos como los demás y por tanto, se diga lo que se
diga, se ha creado un precedente. Esto es una cuestión fáctica y no
negociable si se ha hecho en Chipre con el consentimiento de los
demás Estados, en un futuro, se puede plantear para cualquier otro y
como minino es un aviso a navegantes y ya sabemos a quienes.
En
todo caso, ¿España resulta afectada?. Por supuesto y con mayor
intensidad que otros países de la Unión. Cuanto más débil sea la
situación económica del país de la Unión Europea, más afectará
negativamente esta medida. Es decir, cuanto más prima de riesgo
tenga el país de la Unión, más se incrementará por esta decisión.
Por tanto, probablemente, países como Alemania será los menos
afectados, países como Reino Unido que no apoyan la moneda única se
sentirán más cómodos y hasta más beneficiados. Otros sistemas
financieros no europeos podrán beneficiarse y los Estados como
Rusia, que apoyaban las finanzas chipriotas sufren un quebranto. La
primera lectura es que pierde el ciudadano chipriota que es tan
europeo como los demás y consecuentemente que perdemos todos los
ciudadanos europeos. La segunda lectura es que pierde Europa en su
conjunto y lo peor es la división que una vez más se refleja, por
un lado aparece Alemania, Austria, Finlandia y Holanda y por otro se
encuentra la Europa del Sur. Francia parece desaparecida. La tercera,
y no la última, es que esta decisión inevitablemente debilita al
sistema financiero de los Estados de la Unión y consecuentemente a
sus instituciones financieras. El Nobel
Paul Krugman, ha dicho que es
como si los europeos pusieran luces de neón en un letrero en griego
e italiano que dijera "es el momento de sacar el dinero de vuestros
bancos". Para calmar a los socios europeos Alemania va a ser más
flexible en cuanto a los objetivos del déficit pero el precedente
que impone va pasar una enorme factura sino significa realmente que
se abandona el verdadero proyecto europeo en plena crisis para buscar
otros objetivos, entre ellos el deseado mercado común trasatlántico,
algo que llenaría de contento a los británicos y de decepción a
los europeístas. Pasaron los Idus de marzo y han dejado una profunda
herida. Come september. Alguien está esperando otro escenario.
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