Uno de los
momentos más difíciles que puede vivir un hombre es tener que
experimentar la falta de erección,
sea al principio de sus relaciones o cuando ya tienen experiencia. A
veces ponen una disculpa ... la primera que se les ocurre. Su ego
está afectado y les cuesta superar la sensación de fracaso.
A
partir de ese momento cuanto llegue la erección se acentuará el
miedo al fracaso, y
si los problemas de erección se mantienen en
el tiempo, tienen un comportamiento de huida ante las situaciones
sexuales, evitan el acercamiento de su compañera o se separan de
ella. La disfunción eréctil se hace
crónica si se mantiene en el tiempo, y cuanto más a menudo se dé
mayor será el miedo. Se forma un
círculo vicioso en el que se sienten atrapados.
La
inquietud es tanta que viven sentimientos de culpa por no poder
satisfacer a su compañera, y les molestan los deseos sexuales de
ella. Así
empiezan con la pereza
sexual que termina afectando a su capacidad de erección.
Las causas son varias entre ellas una enfermedad orgánica como la
diabetes, el estrés o problemas laborales, aunque
la mayoría manifiesta un problema de pareja que nunca se habló.
Él no
responde y no sabes qué hacer cuando no tiene ganas, y si el
deseo no vuelve habrá que echarle una mano.
Pasa el tiempo y si la falta de deseo
se mantiene, se necesita la ayuda de un especialista, de un
sexólogo.
La
terapia sexual se ofrece como la opción más conveniente
y no resulta desagradable. El sexólogo
le enseñará cómo conocer su cuerpo, y a descubrir nuevas
sensaciones para que sea más fácil experimentar el placer.
Hay distintos métodos para tratar los trastornos de la fase
del deseo. Primero habrá que distanciar a la pareja físicamente
para que no tengan prácticas sexuales entre ellos. Puede ser
conveniente que empiezen con la masturbación y así tomen contacto
con su propio cuerpo y con su placer. Esto aumentará la autoestima
de esa mujer que ha sufrido un rechazo durante mucho tiempo. Aquí
habrá que echar mano de las fantasías sexuales, por ejemplo jugar
mentalmente con la infidelidad.
En
terapia cuando la
relación es larga y está en letargo, aprenden a introducir
novedades. Luego se les indica que se
miren mientras se masturban, más tarde que empiecen a tocarse o a
acariciarse, a compartir el masaje
sensorial que aprenderán durante la terapia ... a veces a
masturbarse manualmente entre ellos o
a intercambiar sensaciones con pequeños roces, que aprenden durante
los ejercicios, y a las pocas semanas
empiezan a acostarse juntos.
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Ana de Calle
Sexóloga y Terapéuta de Pareja
www.elsexoesvida.com
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