España: sorpresas te da la vida
lunes 11 de marzo de 2013, 08:41h
Los
españoles llevamos una temporadita en la que no
podemos levantarnos cada mañana
sin encontrarnos una sorpresa, no
ya solo en
forma de veleidades nacionalistas como
la capitaneada por el honorable Mas, o paradojas jurídicas como la de Ignacio de Juana Chaos, etarra
huido desde 2010 a quien recientemente se
encontró de bruces un empresario
español en uno de los parajes más caros
y exclusivos del Caribe venezolano de Chávez.
A estas
dos sorpresas, que podríamos
situar entre las llamadas mayores, podríamos añadir otras más próximas, cotidianas, incluso modestas, pero no por ello menos importantes. Una de
ellas sucedió hace solo unos meses en
Granada. En la capital andaluza, la
asociación Granada Laica denunció al
convento de Zafra, en el
barrio del Albaicín, por incumplir la
ordenanza de la convivencia por un hecho
tan insólito como infrecuente: hacer
repicar las campanas cada día a primera
hora de la mañana, lo cual -a
juicio de esta laica asociación- constituye un hecho reprobable
ya que con ello
altera el sueño de los vecinos de la zona. Denuncia y
argumento me dejaron
boquiabierto.
He
visitado varias veces Granada
y, a pesar de ello, no conozco este
convento de monjas de clausura, situado en el Paseo de los Tristes, a
los pies de la Alhambra que,
según he visto en los planos de la
zona, en apenas 500 metros de recorrido alberga también varias iglesias, conventos, baños árabes, museos
y edificios residenciales de los siglos XVI y XVII.
Historia, cultura,
convivencia...
Guardo
el mejor de los recuerdos de la
capital granadina en las
contadas ocasiones que he tenido el
placer de recorrer sus calles, hablar con sus gentes y disfrutar
del enclave y los numerosos monumentos
que testimonian los siglos de historia, cultura y convivencia
que arrastra la ciudad de
los "Cármenes". Hoy, sin haber
indagado más allá, estoy seguro de que los granadinos pueden
escuchar cantos de más de un muecín, antes de que salga el
alba, porque también existen
musulmanes granadinos aunque, al parecer, estos no
deben de perturbar el
sagrado sueño de los socios de Granada Laica...
Quizás las autoridades diplomáticas españolas podrían
echar mano de esta asociación granadina para tratar de influir en las autoridades saudíes
para que _por ejemplo_ permitan
enterrar a no musulmanes en zona distinta a la capital. Ya han hecho un gesto de
magnanimidad permitiendo que un no
musulmán pueda ser enterrado en Riad, de modo que no estoy muy seguro de la
receptividad de las autoridades saudíes
ante esta y muchas otras cuestiones
que podríamos situar en el marco de las libertades y la
tolerancia.
La superiora del
convento, María del Carmen Fernández, cuando
supo de la denuncia, apuntó
que "En estos tiempos, como la
gente no cree, molestan hasta las campanas, que siempre se ha dicho que eran la
voz de Dios". Carlos Díaz, prologuista
de mi libro "Dios, ahora"
(Imagine Ediciones, 2010), y viejo
profesor de Filosofía, Fenomenología e Historia comparada de las
Religiones en la Universidad Complutense de Madrid, expresa
algo similar, pero de este otro
modo: "Quien no quiere dialogar es un fanático, quien no sabe dialogar
es un tonto, y quien no se atreve a razonar es un esclavo". Acaso la asociación
granadina debiera haberse planteado ya en qué lugar de
este mapa se sitúa. Y uno, por su parte,
ya ha anotado entre sus
obligaciones para su próxima visita
a Granada, acercarse al convento
de Zafra. Nobleza obliga.
Columnista y crítico teatral
Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (2)
18913 | Manuel Navarro - 11/03/2013 @ 23:00:18 (GMT+1)
Granada Laica sabe donde situarse perfectamente. En la defensa de la libertad de conciencia, incluyendo las convicciones personales o las creencias religiosas, defendiendo un espacio común de convivencia libre de imposiciones, en la defensa de los derechos humanos y de la ciudadanía como única base para la organización colectiva de la convivencia.
Por tanto no nos corresponde el retrato de intolerantes y otros insultos que libremente nos adjudica sin ningún conocimiento de los hechos.
Ningún socio de Granada laica estaba afectado por el repique de campanas entre las seis y seis y media de la mañana ¿quién altera la convivencia de sus conciudadanos? Son vecinas y vecinos de la zona los que tras sus infructuosas gestiones acuden a la asociación para ver si les podemos ayudar. No hay pues ningún interés personal o de grupo como insinúa.
Tras mantener una entrevista con la superiora argumentando nuestras propuestas, son aceptadas. Se trata de eliminar exclusivamente ese toque de madrugada por otro interno con una campanilla en la zona de dormitorios de las monjas. Como ve nuestro diálogo racional y civilizado permitió aportar una solución a un problema.
Por supuesto para Granada Laica esto es un tema menor, frente a los graves incumplimientos de la aconfesionalidad del Estado y el clericalismo de la iglesia católica que permiten el mantenimiento de privilegios confesionales propios de nuestro siglo (enseñanza religiosa en los centros escolares, financiación privilegiada, exenciones fiscales, capellanes a sueldo del Estado, símbolos religiosos en locales públicos, autoridades públicas en actos religiosos, inmatriculaciones de bienes,...)
18906 | Asun Seguronce - 11/03/2013 @ 20:59:40 (GMT+1)
Hola Jose Miguel, con respecto a este artículo hace tanto ruido como el repicar de las campanas del convento, es cierto que el toque de las campanas en horas de sueño, aunque no sea horas intempestivas puede aletar seriamente asl sistema nervioso con lo que eso supone un encrispamiento en la población Granadina, pero a veces se le da mayor importancia y caza de comentarios al repicar de las campañas, que a las criticas de personas que han podido perjudicar seriamente a la población.Saludos
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