Llámenme lo que quieran pero estoy seguro
de que el anuncio que han retirado esta semana por ofensivo, o como dijo
Comisiones Obreras, porque pretendía establecer "una relación de servidumbre",
hubiera sido aceptado por más de uno.
Antes de seguir, el anuncio colgado en
una web decía: "Se busca varón de entre 20 a 40 años para realizar trabajos,
ayudar a cuidar animales. Persona seria, responsable y con buenos hábitos.
Imprescindible conocimientos en construcción y electricidad [...] a cambio de
alojamiento y manutención [...] y posibilidad de sueldo en el futuro".
Créanme que aunque suene a medieval este
tipo de trabajos aún se da, se oferta y se demanda en nuestro país, como los
guardeses. Y una oferta como la retirada que ofrecía ese trabajo para una finca
de Guadalajara, hubiera sido atractiva para más de uno. Y pienso en el
bautizado en Toledo como el Hombre de Palo, Ignacio, que tras haber trabajado
toda su vida, se encuentra con 50 años pidiendo en la calle, avergonzado tras
un libro, sólo para poder pagar la pensión donde duerme. ¿Creen que no hubiera
aceptado el trabajo? O el joven, de unos 30 años, con el que me crucé no hace
mucho en Madrid, igual de bien vestido, educado y aseado que Ignacio, también
pidiendo pero esta vez no detrás de un libro, sino detrás de su mano que le
tapaba la cara porque estaba llorando. ¿Creen que no habría aceptado el
trabajo?
Esta semana también hemos conocido, a
través de la Policía, el alarmante aumento de denuncias falsas para cobrar los
seguros. Sí, esto también ha existido. Pero ahora es la única forma de tener
algún dinero para muchas familias, para pagar deudas, para que no les echen de
sus casas, para comer...
Y luego nos extrañamos de que se produzca
el cobro fraudulento de las ayudas a la Dependencia de "varios miles de
personas que cobraban sin la posesión del título", como denunció el consejero
de Sanidad, José Ignacio Echániz.
Entiéndanme, no quiero hacer apología de
la servidumbre, del trabajo precario o del fraude a los seguros ni a la administración.
Lo que lamento es que se hayan dado las condiciones para que alguien no tenga
pudor en ofrecer un puesto de trabajo así, y peor, que haya gente en
condiciones de aceptarlo de buena gana.
Javier D. Bazaga
Periodista
http://javierdbazaga.wordpress.com/