Plan de estímulo económico y apoyo al emprendedor
martes 05 de marzo de 2013, 10:35h
El año 2012 fue el más intenso en reformas y actividad legislativa desde el
comienzo de la democracia; España hizo la mayor consolidación fiscal de su
historia reciente y una de las mayores en cualquier país desarrollado en las
últimas décadas, reduciendo el déficit público un 2,2% de PIB, más del 3% de
impulso estructural primario de acuerdo con los datos aportados por el Fondo
Monetario Internacional. También se abordó la reforma financiera y la laboral.
Estas medidas se tomaron prácticamente en tiempo de descuento, con el país al
borde del abismo y tras casi cuatro años de deterioro económico e inacción
política. Sin ellas España estaría intervenida o fuera del euro.
Incluso en ese año que vivimos peligrosamente, el Gobierno no se olvidó de
que la recuperación pasa siempre por el crecimiento y la creación de empleo, y
por eso se puso en marcha el Plan de Pago a proveedores que canceló 27.000
millones de euros de deuda comercial de las administraciones, aunando la
justicia con la lógica económica y dando ejemplo de cómo apostar por el
crecimiento sin atentar contra la austeridad. En 2013, con una situación más
estable, fruto de las reformas y del apoyo de nuestros socios de la UE, vamos a
profundizar en las políticas de crecimiento que realmente funcionan, es decir
las que pasan por la sociedad civil.
Para ello recuperamos de nuestro programa electoral el principio de devengo
en la aplicación del IVA para las PYMES (hasta 2 millones de facturación). Es
una medida de justicia, que hace que los empresarios no paguen impuestos por
ingresos que aún no han tenido, y forma parte de una amplia estrategia contra
la morosidad. Del mismo modo que el año pasado con el Plan de Pago a
proveedores afrontamos con urgencia el problema en su fase aguda, entre 2013 y
2014 vamos a darle una solución estructural: se establecerá un plazo de pago de 30 días en operaciones
privadas (ampliables a 60), y un aumento de los intereses de demora. Las
administraciones presupuestarán una senda de reducción de la deuda con
proveedores y se hará una Ley para la facturación electrónica en las AA.PP para
atajar el problema de la morosidad pública de forma definitiva.
En segundo lugar, necesitamos una fiscalidad favorable al emprendimiento.
Se fomentará la reinversión en la actividad económica de los beneficios: se
crea una bonificación del 10% en el impuesto de sociedades para beneficios
re-invertidos de empresas con volumen de negocio inferior a 10 millones.
Para favorecer fiscalmente la innovación empresarial se realizará una
reforma del incentivo por inversiones en
I+D+i, aplicable incluso en caso de insuficiencia de cuotas o cuando se
produzcan perdidas. Se establecerá por
primera vez en nuestro país, un sistema de devolución en el crédito fiscal cuando éste no haya
podido compensarse. (condicionando el cobro al mantenimiento del empleo).
También las sociedades de nueva creación
tendrán una fiscalidad reducida en el Impuesto de sociedades (15%) en sus dos
primeros ejercicios con ganancias y los autónomos durante podrán reducir un 20%
la tributación en sus dos primeros ejercicios con ganancias.
Para los inversores en actividades empresariales ("bussines angel") se
propone una deducción del 15% similar a la de la inversión en vivienda
habitual, y una exención fiscal de plusvalías del 50%, siempre que se
reinvierta el dinero obtenido en otra empresa de reciente creación. Estas
inversiones deben ser temporales (las acciones se deben vender entre el 3 y
noveno año desde la inversión original).
El Gobierno, que ya ha pilotado la reforma financiera para lograr una
recuperación sostenida de la inversión mediante el saneamiento bancario,
también debe participar directamente en
la financiación empresarial y en especial en la de las PYMES. Y para ello se
van a movilizar recursos financieros por valor de 45.000 millones. No es dinero a fondo perdido, ni son beneficios fiscales: será dinero prestado,
que irá a proyectos rentables, y esperamos obtener un margen de ganancia para
el contribuyente, aparte de los beneficios para la actividad económica y el
empleo.
De esos 45.000 millones, 22.000 millones serán las Líneas ICO de mediación,
que tantos empresarios y autónomos conocen y que son un instrumento esencial
para dar liquidez a nuestro sistema productivo. Otros 10.000 millones apoyaran
la estrategia de negocio dirigida a PYMEs de la banca saneada.
Además estamos comprometidos a ampliar las vías de financiación. La
financiación bancaria tiene un peso excesivo en España, y creemos que un
sistema financiero más pluralista será también más robusto. Por eso vamos a dar
un impulso a la financiación extra-bancaria, que esperamos que movilice más de
5.476 millones de euros: para el Mercado Alternativo Bursátil y para el Mercado
Alternativo de Renta Fija y las Líneas de mediación de Pagarés y Letras. Se
dotarán 3.000 millones para avalar al Fondo de Titulización para PYMEs, que
sirve para financiar proyectos de estas empresas mediante emisiones directas de
deuda.
Y se va a ampliar la política de apoyo directo al emprendimiento: destaca
la creación de una Red Nacional de Incubadoras de Empresas, y de un Fondo de
Fondos para licitar inversiones entre gestoras de capital riesgo en proyectos
orientados a la internacionalización y la mejora de la productividad.
Continuaremos reduciendo trámites y facilitando la creación de empresas: la
Ley de Garantía de Unidad de mercado, permitirá por ejemplo que cualquier
servicio o producto generado al amparo de una normativa autonómica pueda ser
ofertada en toda España sin necesidad de tramite adicional.
También se a reforzará la seguridad jurídica del emprendedor con la
creación de la figura del "emprendedor de responsabilidad limitada", mediante
la cual las personas físicas podrán ver limitada su responsabilidad por deudas
derivadas de su actividad profesional o empresarial, no viéndose afectados
determinados bienes tales como la vivienda o vehículos de uso familiar y se
establecerá un mecanismo alternativo y realmente eficaz al concurso judicial.
Se mejorará la red de seguridad de los autónomos menores de 30 años,
permitiendo reanudar el cobro de la prestación por desempleo tras realizar una
actividad por cuenta propia si antes del quinto año se produce una baja en el
régimen de autónomos. Los beneficiarios de prestaciones por desempleo menores
de 30 años podrán capitalizar hasta el 100% de su prestación para realizar una
aportación al capital social de una sociedad mercantil, siempre y cuando se
establezca una vinculación profesional o laboral de carácter indefinido.
Se establece una tarifa plana de la Seguridad Social de 50 euros para
menores de 30 años y nuevos autónomos que inicien una actividad por cuenta
propia, durante los primeros 6 meses. Posteriormente, durante los 6 meses
siguientes, se les aplicará una reducción en la base mínima de cotización del
50% y, durante los 18 meses siguientes,
una reducción y una bonificación de un 30%, que se amplía en el caso de
las mujeres hasta los 35 años. Durante un máximo de 9 meses la percepción de la
prestación por desempleo será compatible con la situación de alta en el Régimen
Especial de Trabajadores Autónomos, para menores de 30 años.
En el ámbito europeo y por lo que respecta al llamado presupuesto
comunitario 2014-2020, se ha alcanzado
un acuerdo que arroja un saldo muy positivo para España , en particular
se ha logrado un incremento de los Fondos de Cohesión de 3.724 millones de euros lo que significa una considerable
mejora respecto a la propuesta inicial.
No quiero acabar estas líneas sin comparar las medidas de estímulo a la
economía de este Gobierno con las del anterior, cuyo buque insignia fue el Plan
E: una apuesta intervencionista por volver al pasado. La apuesta de este
Gobierno es por el futuro y por la sociedad civil. Espero que estas medidas
sirvan para que nadie vuelva a contraponer austeridad y crecimiento. Ya se ha
demostrado que ambas cosas son no solo compatibles sino complementarias.
(*) Matilde Asian González es diputada del PP por Las Palmas y portavoz adjunta
del Grupo Parlamentario Popular