Esta semana,
en la cultura española, es la de la visibilización de las mujeres creadoras, la
manera en que colaboran escritoras y artistas a la celebración del Día
Internacional de la Mujer Trabajadora
El Día
Internacional de la Mujer se viene celebrando desde 1911. La idea surgió cuando
muchas de las líderes de los movimientos sociales se dieron cuenta de que
incluso entre los luchadores progresistas de primeros del siglo pasado, las
mujeres se veían relegadas a papeles secundarios. Y había muchas, y muy
fuertes. A instancias de Clara Zetkin
y Rosa Luxemburgo, un congreso de
las mujeres socialdemócratas celebrado en Copenhague en agosto de 1910, decidió
proponer una jornada internacional de lucha por la igualdad de la mujer,
paralela al Primero de Mayo, que se
celebraría todos los 8 de Marzo. Y así ha venido siendo, y desde 1977, acogido
por Naciones Unidas. La palabra trabajadoras,
ha ido yendo y viniendo de la convocatoria, movido por los aires de la convulsa
historia del siglo pasado, y hasta de éste, pero la celebración, que este año
recupera en la Europa del Sur la vieja consigna de "A trabajo igual, salario
igual", porque la crisis está ahondando la diferencia salarial, la vuelve a
poner en el candelero. Sobre este tema ha hablado hace pocos días la filósofa Amelia Valcárcel, veterana feminista y
socialista, que ella sí que sabe de esto, como se ve en la siguiente intervención:
Como debe
saber, Amelia digo, de una de las mil actividades referidas a la
visibilidad de las mujeres en el arte, que organiza MAV para todo este mes de
marzo: la que coordina Maria Antonia de
Castro en el Museo del Prado -del que Valcárcel
es patrona- que convoca a cuatro estupendas, Eva Lootz, Paloma Navares,
Marina Núñez y Concha Jerez, cada una ante un cuadro de nuestra primera
pinacoteca, poniendo su mirada de
artista a lo que les dice la obra. O de la exposición colectiva El secreto del bolso, que, con un texto
de la poeta Clara Janés, reúne obras
de 41 artistas españolas de distintas generaciones y diferentes géneros,
creadas especialmente para esta expo. Nombres como Adriana Veyrat, Agueda de la
Pisa, Concha Hermosilla, Maria José Pereda, María Gómez, Marina Danko,
Marta Cárdenas, Marta Chirino, Menchu Lamas
o Ouka Lele....-imposible mencionar a
todas en este espacio tan corto-, colgarán desde el jueves 7 en la galería BAT
de Madrid. Las dos actividades pertenecen, junto con más de un centenar en toda
la geografía española, al II Festival
Miradas de Mujeres. (Para los interesados, este es el link de la
página de MAV, la asociación de Mujeres en las Artes Visuales, donde se cuenta
todo el programa: http://www.festivalmiradasdemujeres.com/index.php/sedes)
Es que,
además de las reivindicaciones sociopolíticas -igualdad salarial, paridad- el 8
de Marzo está cargado de una tarea necesaria: la visibilización del trabajo y
la excelencia de las mujeres. Como estas
artistas, pero también de músicas, actrices y cineastas, poetas...... mujeres
creadoras. Como tantas escritoras, de las que hoy quiero mencionar a dos, que
me parecen entre las mejores de nuestro panorama y que están de actualidad. Lourdes
Ortiz, que lleva un tiempo calladita, leerá el jueves fragmentos de su
novela inédita Entre el alba y la noche,
y lo hará en Función Lenguaje, que se llama a sí mismo Centro de Literatura
Aplicada, y que es el heredero de la Escuela de Letras. Como me mantiene
secretas -o muy discretas- sus negociaciones editoriales, les contaré fechas y
sello en cuanto me entere.... Y también tengo la intención de comentar las
actividades de Función Lenguaje, el pequeño local de la calle Doctor Fourquet.
La otra es
mi también admirada Cristina Fernández
Cubas, que estrena nom de plume
(que me gusta más que seudónimo) y novela, y hasta género. La puerta entreabierta cuenta la historia de una joven periodista de puta base, que decíamos cuando yo era
pequeña para nosotras mismas, que se encuentra investigando una historia
misteriosa....una historia de fronteras, límites y sobrerrelidades, de paso al
otro lado de la percepción o mejor, al otro lado de la existencia. Si, al, ya
discutiremos qué, Más Allá. La novela está tan bien escrita como todas las
suyas, y como sus cuentos. En todas las
suyas hay siempre una grieta al maravilloso cotidiano, pero el mundo en el que
entra esta vez tiene papel protagonista. Es el mundo de las brujas con bola, y
de la bola misma, es una intuición de amor, y una vivísima amenaza de muerte.....
es.... Bueno. Misterio y no digo más.
Para esta
serie -la de Isa, que va a seguir- Cristina
Fernández Cubas se llama Fernanda
Kubbs. Y lo dice, así que va en
abierto. No descubro nada. Y a mí me parece maravilloso, porque la novela,
de la que no diré más, salvo que otros
mundos existen pero están en éste, cosa que muy bien sabe Cristina Fernández Cubas....y la
editorial Tusquets, que la publica en su colección negra, la grande, andanzas- la novela, digo, me ha encantado. Y ya sé que algunos de mis colegas antiguos -los
otros no saben quién soy- dicen que yo soy "un coladero", pero no es verdad. Es
que de lo que no me gusta, no hablo.
Salvo que, por pura alarma sociocultural, no
quede más remedio...