viernes 01 de marzo de 2013, 13:17h
El secretario general de los socialistas madrileños esta
convencido de que Alfredo Pérez Rubalcaba, el actual líder del PSOE, no será el
candidato de su partido en las elecciones generales de 2015. Es más, junto a
sus más fieles, tiene la convicción de que la actual Legislatura nacional no llegará a su término y que Mariano Rajoy tendrá que adelantar la cita con las
urnas, y que podrían coincidir con las municipales y autonómicas de mayo de ese
año.
Su duda, su gran duda, es si lanzar su candidatura a
nivel nacional antes de conocer el calendario que el presidente del Gobierno
ponga en marcha en razón de la crisis económica y su solución o su
agravamiento. Tomás Gómez tiene la legítima ambición de conquistar La Moncloa y
para ello tiene primero que convencer a los suyos de que es la mejor de las
opciones para que el socialismo vuelva al poder. Sus antiguos apoyos a Carme
Chacón han cambiado y los últimos enfrentamientos entre el PSOE y el PSC han
dejado aún más tocada a la ex ministra de Defensa en sus deseos de suceder a
Rubalcaba.
Su otra alternativa es mantener su futuro inmediato
ligado a la Comunidad de Madrid, en la que la desaparición de las "
listas" de Esperanza Aguirre y de Alberto Ruiz-Gallardón, proporciona
buenas perspectivas al resto de las formaciones políticas, tanto al PSM como a
Izquierda Unida y a UPyD, que ya esta recogiendo el desencanto de muchos
votantes del PP sobre todo en las zonas tradicionales de votos de los
populares.
Dentro del socialismo español, en estos momentos, no
existen líderes claros que sustituyan al debilitado secretario general. Chacón
ha bajado muchos enteros, lo mismo que Patxi López tras los malos resultados
del PSE en Euskadi. Y no parece que José Antonio Griñan desee otro protagonismo
que el de mantenerse al frente del gobierno andaluz. Es verdad que Gómez
cosechó el peor de los resultados en la Comunidad de Madrid, pero a su favor está que la derrota era en buena
parte producto del castigo a Rodríguez Zapatero y que sus rivales, junto a
Jaime Lissavetzky, eran los más fuertes que se podían encontrar en las filas del
PP.
En los comicios de 2011, el socialismo madrileño solo
consiguió 16 alcaldes de los 179 que estaban en juego, mientras que el PP se
hacía con la brutal cifra de 147, más del 60 por ciento de los sillones
consistoriales que estaban en juego. Una diferencia que la dirección de los
socialistas cree que va a cambiar de forma radical en la siguiente
convocatoria, sobre todo por los problemas que los populares tienen en algunos
Ayuntamientos como Leganés, Alcalá de Henares, Alcorcon e incluso Getafe, por
mencionar sólo algunos de los más grandes de la Comunidad.
La gran baza de Gómez, en el caso de que las elecciones
municipales y autonómicas se celebrarán antes que las generales, sería una
victoria o el logro del gobierno regional gracias a los apoyos que recibiera de
Izquierda Unida, con las dudas que siempre suscita la cambiante formación de
Rosa Díez, hasta ahora más proclive a apoyar al grupo que más votos y
representación obtenga en cada autonomía o ayuntamiento. Eso cree que esta a su
alcance y de ahí su deseo de desmarcarse lo más posible d Pérez Rubalcaba, al
que no cree capaz de remontar en las encuestas pese a la caída de Rajoy y del
PP, y ofrecer a los electores un perfil más a la izquierda y más duro en sus
críticas a las medidas de gobierno, sobre todo en lo que afecta a los recortes
sociales.
Para poder moverse con libertad dentro de su partido,
Tomás Gómez y su guardia pretoriana, en la que sobresalen los ex alcaldes de
Alcorcon, Enrique Cascallana, y de Fuenlabrada, José Quintana, dos pesos
pesados dentro del socialismo madrileño, no han dudado en aplastar el menor
signo de disidencia interna allí donde se ha producido, proponiendo y apoyando
nuevos liderazgos fieles a la dirección como ha sido el caso de Getafe, el mas
sonado, donde el antiguo alcalde Pedro Castro ha dejado de ser referente en ese
Ayuntamiento en favor de Sara Hernández, si bien ninguno de los dos ha podido
frenar la creciente importancia y dominio del actual alcalde del PP, Juan
Soler, que se maneja como pez en el agua en medio de los enfrentamientos
internos de sus grupos rivales.
Gómez podría encontrar inesperados apoyos en los
restos del guerrismo madrileño, aquel que comandara el díscolo y "
poético" José Acosta, y que luego ha intentado gobernar Rafael Simancas. Si bien el secretario
general del PSM se distanció y hasta se enfrentó a ese ala de su partido, la
necesidad se convierte en virtud ante la
posibilidad de recuperar poder y puestos de decisión, y en eso están los
antiguos alcaldes de los grandes municipios del sur de la Comunidad.