"El escaso caudal es el principal problema de un río desangrado
por los continuos trasvases que apenas sobrevive entre putrefactas aguas
estancadas que alcanzan su peor momento en verano" dicen los jóvenes socialistas quienes aseguran que en uno de los años más secos
de los que se tiene registro y con los embalses de cabecera en una situación de
lamentable escasez, "es intolerable que se siga trasvasando agua al Levante".
Alberto Rojas, secretario de Medio Ambiente y Agua de Juventudes Socialistas por Toledo (JSPT):
"Levante debe entender que tiene que caminar hacia su autoabastecimiento
mediante recursos propios, como pueden ser las desaladoras, que hoy no
potencian debido a que el agua desalada cuesta tres veces más que la
proveniente del Trasvase. Esto supone un trato casi colonialista para la cuenca
cedente del Tajo".
Según José Antonio Luján, secretario general de JSPT, "el
trasvase es un atentado ecológico y social intolerable en nuestros días. Por el
trasvase no sólo se va agua sino miles de trabajos, sino también la riqueza de
nuestra Región. Y qué decir en cuanto a la defensa de nuestra agua, Cospedal
mira siempre para otro lado, evitando el enfrentamiento con sus compañeros de
partido que gobiernan Murcia y Valencia".
Por ello, desde Juventudes Socialistas de la provincia de Toledo
exigen a Cospedal "un gran pacto político que defienda los intereses del agua
en la región, que suponga un fuerte compromiso de las fuerzas políticas y permita salvar un río en continua decadencia".
"Debemos
luchar por conseguir un caudal ecológico justo y suficiente que permita un
estado saludable de las aguas y que fomente el desarrollo de nuestra tierra,
junto con una mejor depuración. Conseguir una mejor depuración es esencial ya
que las aguas del río se encuentran muy
deterioradas principalmente por la contaminación proveniente de la industria madrileña", aseguran.
Exigen también la elaboración y presentación definitiva del
plan de cuenca del Tajo y que éste, se rija "por criterios rigurosamente
ecológicos impidiendo el continuo mangoneo de los intereses políticos de otras
regiones".
En su opinión, la solución del problema del Tajo es "únicamente una cuestión de valentía política en una exigencia esencial para el
futuro de Castilla la Mancha y la provincia de Toledo".