Contra la corrupción, listas abiertas
martes 26 de febrero de 2013, 08:15h
Con la crisis institucional que tenemos
encima, muchos ciudadanos se hacen esta pregunta: ¿Habría tanta corrupción
política si tuviéramos listas abiertas? La respuesta es contundente. Por
supuesto, que no.
El pasado viernes, en la entrevista que
mantuve con el expresidente Felipe González, una de sus reacciones que más
celebré fue la determinación con que se mostró partidario de las listas
abiertas. Algo ejemplar, viniendo de un hombre de partido, que desde el partido
y con el partido, llegó a donde llegó. Ahora con la experiencia de los años,
Felipe González se ha convertido en un ardiente defensor de las listas abiertas
que limitan el poder de los partidos. Y justificó su actitud con una
argumentación contundente: Un ciudadano tiene derecho a tachar a quien no
quiere votar.
Ahí está el auténtico "derecho a
decidir" que los partidos están negando al votante, al mantener sus listas
cerradas y bloqueadas. Si las abrieran, los partidos perderían poder e
influencia, dejarían de ser tan grandes, y por ende la corrupción no se
extendería como una epidemia descontrolada. Con los partidos cerrados a cal y
canto, la corrupción contagia a todo el conjunto y pagan justos por pecadores,
porque el ciudadano, en su día, no pudo elegir a unos y rechazar a los otros.
Los partidos políticos nacieron para
fortalecer el voto de los ciudadanos y con ello, reafirmar la democracia, pero
la ley electoral cambió el sentido de las cosas, y ahora el voto de los ciudadanos
fortalece a los partidos políticos y con ello, debilita la democracia.
Es hora de limpiar el aire viciado.
Contra la corrupción política, listas abiertas, ya.