lunes 25 de febrero de 2013, 08:01h
En España, el
incremento de la esperanza de vida ha
ido ganando terreno desde la segunda
mitad del siglo pasado. Los estudios
demográficos hablan ya de que un
tercio de la población de nuestro país
en 2050 será mayor de 65 años.
Con este paisaje demográfico ya
podemos ir pensando que, si llegamos
vivos a esas fechas, desde luego no será jubilados a la edad actual porque no hay ninguna
economía que se pueda permitir una
inversión tan radical de la pirámide de población sin que, paralelamente, se retrase la edad de
jubilación hasta los 70 o 75 años. Nos pongamos como nos pongamos, de no
invertirse radicalmente esta tendencia y, además, durante varios años, cosa que
no va a suceder en estos prolongados periodos de depresión económica, la cosa
va a ser así.
Un estudio del Instituto de Neurociencias del
Trinity College,
presentado en 2005, demostró que el proceso
de envejecimiento hoy en día y en los países
occidentales no comienza a los 65 ni a
los 70, sino hasta los 80 años. El estudio aplica el concepto de envejecimiento al periodo en el que el ser humano es menos productivo, más vulnerable
a las lesiones y presenta menos curiosidad intelectual y más resistencia a los
cambios.
Contrastes Y, sin embargo,
vivimos en una de las mayores contradicciones
sociales al retirar de la vida activa a los mayores de 45 años
que, a juzgar por la situación que estamos viviendo en España, las empresas los consideran viejos, laboralmente hablando, a partir de
esa edad. La Unión
Democrática de Pensionistas (UDP) señalaba este mismo hecho en otro reciente estudio , según el cual el número de parados mayores de 45 años ha aumentado un 10,5%
desde 2009 y que este colectivo ya representa más
de un 35% del total de personas
sin trabajo en España. Y más de la mitad
de ellos han superado el año sin empleo. Lacurva, desgraciadamente, va a verse
pronunciada en los años inmediatos
gracias a la reciente reforma laboral, que facilita el despido de los trabajadores con una trayectoria laboral
más larga, si no se adoptan medidas de choque frente a esta tendencia.
En estos
momentos, están trabajando 2 personas,
por cada pensionista que, obviamente, no lo hace. De seguir este camino, en 2050 este ratio será de 1 a 1. En otras palabras, que hay que
romper de una vez ya la funesta
moda de prescindir de los mayores de 45 años en las empresas y, además, haciéndose ya a la idea de que la edad de jubilación se va a retrasar
paulatinamente más en los próximos años.
Si somos capaces de eludir esta contradicción, claro está. Si no, nos
dirigimos abiertamente al suicidio
social.
Columnista y crítico teatral
Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)
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