Tal y como pretendían los 300 colectivos convocantes, amén del 15-M y las redes sociales, las protestas de las diversas mareas inundaron España, a lo largo de la tarde noche de este sábado 23-F, con sus reivindicaciones contra lo que consideran un golpe de estado financiero. Cientos de miles de personas salieron a la calle en las más de 50 ciudades, con Madrid como epicentro en una manifestación multitudinaria, con el denominador común en sus gritos y pancartas de ataques a los recortes del Gobierno en derechos sociales, sobre todo educación y sanidad, y a la corrupción política. Todo transcurrió pacíficamente, aunque después, en Madrid, un grupo de violentos -ajenos a las mareas- causaron algunos incidentes por la zona cercana a Neptuno y hubo cuarenta detenciones.
España fue en la tarde de este sábado el sumatorio de todas las 'mareas ciudadanas' con cientos de miles de personas en el más de medio centenar de ciudades en que se habían convocado en protesta por la crisis económica y política, en general, y por lo que estiman que en este 2-F estamos sufriendo un golpe de estado, no militar como en 1981 pero sí financiero. Como es lógico, Madrid fue el lugar en que las marchas tuvieron mayor respuesta de gente. Fuentes de la Delegación del Gobierno rehusaron dar cifras sobre el número de asistentes a la manifestación.
Con ligero retraso sobre el horario previsto, que era el de las seis de la tarde, fueron llegado a Neptuno las cuatro columnas organizadas por el
colectivo convocante de las movilizaciones,
Marea Ciudadana, que habían
partido desde Sol, Embajadores, Atocha y Puente de Vallecas, y que llenaron a rebosar la plaza y gran parte de las calles adyacentes. Las
diferentes "mareas" reivindicativas en favor de la sanidad, la educación
y los servicios sociales públicos ocuparon prácticamente las calles
desde Atocha hasta Colón bajo el lema "No al golpe de Estado financiero.
No debemos, no pagamos".
Un importante despliegue policial, con
barreras, había impedido el acceso de los manifestantes a la calle Génova,
donde se encuentra la sede del PP, y a la carrera de San Jerónimo, donde
está el Congreso de los Diputados. Las manifestaciones han
estado protagonizadas por los ciudadanos y se han visto escasas caras
políticas; sí ha acudido el coordinador general de IU,
Cayo Lara -las banderas de Iu fueron las únicas de partidos políticos parlamentarios que se vieron-, mientras que
Juan López de Uralde, de Equo, ha apostado por un proceso constituyente para regenerar la democracia española.
No debemos, no pagamos
La movilización en Madrid ha concluyó con la lectura del manifiesto
"Marea Ciudadana unida contra los recortes y por una verdadera
democracia", en el que se ha criticado la presión de los mercados
financieros, la deuda "ilegítima" generada por los mismos -"no debemos, no pagamos" fue uno de los gritos más extendidos y una frase que se recogía en muchas pancartas- y "las
brutales políticas de ajuste" que, según este colectivo, están causando
"la mayor crisis de la democracia de las últimas décadas".
"El
creciente desempleo, el ataque a la sanidad y la educación públicas, a
los derechos laborales y sociales, al medio ambiente, nos han hecho
confluir en las calles, en las mareas ciudadanas, blanca, verde, roja,
amarilla, negra, azul, violeta... defendiendo nuestros derechos", se ha
señalado.
Un minuto de silencio y el grito de "Sí se puede" puso final a la concentración en Neptuno, donde la "Solfónica" -grupo
musical vinculado al 15M- había interpretado "Canto a la libertad", de
José
Antonio Labordeta.