"Han pasado ocho meses desde que nos sentamos por última vez en las butacas del Teatro Moderno, más de 245 días sin cine, teatro, música o danza".
La Plataforma de Amigos del Moderno cree que "es un delito contra la cultura mantener un teatro cerrado a cal y canto, suspender toda su programación sin dar prácticamente ninguna explicación y sin concretar nada sobre su futuro. Un delito cuya condena no sufren los responsables de tal despropósito, sino los espectadores".
Los miembros de la plataforma recuerdan que estas instalaciones también eran la sede del Cineclub Alcarreño. Y ahora, "los cinéfiles se ven obligados a emigrar a Alcalá de Henares, al cineclub vecino".
Lamentan que después de diecisiete años de programación estable en el Teatro Moderno el Cineclub Alcarreño, una asociación con más de treinta y cinco años de historia, "se quede sin sala donde proyectar, esperando desde hace meses noticias de una Consejería de Educación, Cultura y Deporte que ni siente, ni padece, ni contesta".
Durante las últimas semanas distintos artistas de la ciudad han celebrado representaciones simbólicas en rotondas, parques, o jardines de la ciudad buscando llamar la atención de vecinos e instituciones.
Algunas compañías de teatro de Guadalajara, como es el caso de Ultramarinos de Lucas se han marchado a otros espacios, tras 18 años de profesión y desde la Plataforma Amigos del Moderno dicen que han "empezado a asimilar este exilio cultural".
"Nos iremos a Madrid, a Alcalá o donde haga falta para seguir disfrutando de cine o el teatro; pasearemos por otras ciudades, nos tomaremos una caña o un café en otros bares, pero sin duda preferiríamos hacerlo en nuestra ciudad. Nos gusta su centro histórico, sus bares, su calle Mayor. Defendemos está ciudad y su Teatro Moderno, vivimos aquí, no lo podemos evitar", concluye su último comunicado .