El rey
don Juan Carlos llamó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y al líder de
la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, poco antes del debate sobre el estado de
la Nación para que rebajaran la tensión a lo largo de ese debate parlamentario,
según fuentes de ambos grupos. La tesis era que España no podía permitirse una
escandalera como la que está teniendo lugar a cuenta, entre otras cosas, de la
corrupción política. Paralelamente, la 'vieja guardia' del PSOE también abogó
por realizar una oposición de perfil más bajo, y González, Guerra y Zapatero hicieron
llegar a Rubalcaba -sin resultado- que no pidiera la dimisión de Rajoy.
Todas las
informaciones que desde principios de enero han surgido sobre corrupción
política -desde el '
caso Bárcenas' hasta el espionaje barcelonés de
Método 3- han
encendido las luces de alarma en el Palacio de la Zarzuela. La situación ha llegado
a tales extremos que, según ha sabido
Diariocrítico de fuentes parlamentarias, el
propio
rey don Juan Carlos tomó la iniciativa y poco antes del
debate sobre el estado
de la Nación llamó a
Mariano Rajoy y a
Alfredo Pérez Rubalcaba para que rebajaran la
tensión a lo largo del debate.
Según
esas fuentes parlamentarias, la preocupación del rey por la deriva política iba
en aumento, y en Zarzuela se veía como no deseable que los dos principales
partidos políticos se enzarzaran en un agrio debate parlamentario que podía dar
aún más alas al descontento y agudizar el divorcio entre la sociedad y sus
políticos. El propio rey, según las fuentes parlamentarias consultadas por
Diariocrítico, llamó a ambos líderes y les pidió que modularan el debate. Antes
de esta intervención del rey, la cosa se planteaba con máxima crudeza,
amenazando con hacer del Parlamento todo un espectáculo.
Aún a
regañadientes, pero bajo el influjo de la idea de la 'razón de Estado', el
líder de la oposición, Pérez Rubalcaba, cedió a la petición del Rey y planteó
una
intervención en el debate de política general mucho más plana que la que
tenía previsto realizar. Según esas fuentes, antes de la llamada real Rubalcaba
tenía previsto entrar en tromba contra Rajoy y la supuesta corrupción del PP.
Bajo
perfil en la acusación de 'corrupción'
Así se
explica que, por ejemplo, Rubalcaba no pidiera la dimisión de Rajoy tan
directamente como lo había hecho días atrás. O que ni Rubalcaba ni Rajoy
cruzaran ni media palabra sobre la petición del primer secretario de los
socialistas catalanes,
Pere Navarro, sobre la
abdicación del rey y el inicio de
una segunda transición. O que, aunque Rubalcaba sacara la corrupción política
en su intervención, no hiciera tanta 'sangre' como acostumbra con el tema de
Bárcenas,
Sepúlveda,
Ana Mato, la supuesta financiación ilegal del PP... o más
allá, incluso, con el '
caso Urdangarín' y las denuncias que intentan implicar a
la Casa Real.
Según nuestras
fuentes, Rubalcaba aceptó bajar el diapasón, aunque ello le costara -como le ha
costado- quedar como 'perdedor nato' del duelo con Rajoy. Pero también Rajoy
bajó su nivel de réplica, en la que proyectaba arremeter aún más fuertemente
contra la etapa
Zapatero-Rubalcaba y la 'herencia' que los socialistas dejaron no
ya al Gobierno del PP, sino a la sociedad española.
Las
fuentes parlamentarias citadas no descartan que, una vez concluido el debate de
política general y antes de someterse a una
nueva operación el próximo 3 de
marzo, el rey don Juan Carlos llame, probablemente de forma discreta, a los
líderes políticos para pedirles que limen asperezas de la mejor forma posible y
que entre todos busquen soluciones para salir adelante. Esas llamadas podrían
realizarse, acaso, antes de que el martes que viene, 26 de febrero, el Pleno
del Congreso vote las propuestas de resolución de este debate concluso.
Movimientos
de González, Guerra y ZapateroDiariocrítico
ha podido saber que, paralelamente, también se están produciendo otros movimientos
internos dentro del Partido Socialista, con una curiosa conjunción entre la
'vieja guardia' -
Felipe González y
Alfonso Guerra a la cabeza- y los que les
sustituyeron, es decir, José Luis Rodríguez Zapatero y algunos de los suyos.
Según
fuentes del Congreso, Felipe González, Alfonso Guerra y Rodríguez Zapatero le
habían hecho llegar a Pérez Rubalcaba la idea de que no debía pedir la dimisión
de Rajoy, tal y como una parte del partido le presionaba para que lo hiciera.
Rubalcaba
no hizo caso a esas llamadas de los citados y ha venido pidiendo a voz en grito
la dimisión de Rajoy. Y, así, González, Guerra y Zapatero le han recriminado 'ese
error'; sobre todo González y Guerra, que creen que no es bueno que Rubalcaba utilice
la estrategia del 'váyase, señor González' porque en estos momentos de
gravísima crisis económica perjudica al conjunto de España más que al Gobierno
de Rajoy. No es bueno -dicen en medios próximos a los anteriores- que el
presidente español tenga en Europa una imagen de debilidad interna cuando se está
negociando en Bruselas el futuro de España.