Hay muchos términos que, de tanto
aludirlos, pierden su verdadero sentido. Uno de ellos es la libertad de
expresión. Libertad de expresión es dar un mitin en el que expones tus ideas,
reclamas lo que consideras justo y, desde luego, criticas a tu opositor. Este
opositor, en virtud de idéntico derecho, puede después darte la réplica y
exponerte por qué cree que estás equivocado. Todo eso, que es un magnífico
ejercicio democrático y asambleario, desafortunadamente se pierde
constantemente. Entre todas las reformas educativas que ha habido, a nadie se le
ha ocurrido, curiosamente, introducir la importancia del debate en las aulas y
hacer obligatoria esta asignatura (a diario) tal y como se hace en otros
sistemas educativos (el francés, por ejemplo). Quizás sea por eso que todos
pecamos del mal uso de la libertad de expresión y obviamos un principio
fundamental que es el respeto al otro. Y que una cosa es opinar, otra muy
distinta es difamar y, lo más grave, insultar.
Escucho en la radio que hay un
instituto de enseñanza secundaria en Alcalá de Guadaira, Sevilla, donde en la
sala de profesores ha estado colgada una fotocopia desde (que se sepa) el 14 de
enero, en la que, a modo de fotomontaje, puede verse al ministro Wert con dos
disparos en la cabeza. Alguien del consejo escolar (representante en el
instituto del Ayuntamiento a propuesta del PP), después de haber pedido que se
retirase la foto en el centro, (y haber recibido largas por parte de la
secretaría de la dirección del centro ya que el director no estaba) lo puso en
conocimiento del PP y éste lo llevó al pleno del Ayuntamiento donde, se da la circunstancia, la jefa de estudios de dicho
centro, Ana Belén González, es concejala del PSOE. Se le preguntó sobre la foto
y por qué no se retiraba y ella dijo que eso formaba parte de la libertad de expresión
y que en la siguiente reunión de profesores preguntaría si se quitaba o no.
Tras haber saltado la noticia a
los medios el propio director del instituto, Manuel Alejo, y tras haber
charlado con ABC (tal y como lo cuentan en su web), decidió retirar la
fotocopia, no sin antes declarar que le parecía: "Inoportuna".
He llamado al centro
escolar pero la jefa de estudios no ha querido ponerse. Primero estaba en el
patio, después desayunando y por último una amable secretaria me ha indicado
que llamase al Ayuntamiento. Ante mi queja (es un asunto escolar no del Ayuntamiento) me ha dicho que es todo lo que me puede decir.
En realidad hacer una fotocopia
de Wert (o de cualquiera) y pintarle dos tiros y sangre no tiene más enjundia
que la de una memez más bien propia de alguien que se aburre. Si además queda para ti en el entorno de tu casa, no es delito. El problema viene cuando esto sucede en un centro educativo y en la
sede de reuniones del profesorado. Eso es lo grave del tema. Como grave es que
una señora, a la que se le supone una formación (para mí de las más importantes
de cualquier país, maestros, profesores) y una tarea fundamental que es la de
educar, crea que eso es libertad de expresión y no lo considere nada grave.
Me hubiera gustado hacerle varias
preguntas pero se ha negado. Por si cambia de opinión se las dejo aquí. Me
gustaría saber si pensaría lo mismo si en lugar de Wert fuese ella la que ha
sido tiroteada en el fotomontaje. Voy más allá. No sé si tiene hijos pero si
los tiene me gustaría saber cómo cree que reaccionarían si viesen un montaje de
ella asesinada y qué les diría. Me encantaría saber si les diría: "niños, no os
preocupéis, aunque parezco yo, no lo soy y no pasa nada porque la gente tiene
derecho a libertad de expresión aunque con ello nos dañen, nos hieran, nos perjudiquen"
Pero no ha sido posible, no ha querido hablar conmigo. Una pena.Me hubiera gustado saber su punto de vista.
Y lo verdaderamente penoso es que
yo confiaba (y espero seguir confiando) que en este país, aún a pesar de los
vergonzosos y vergonzantes recortes que ha hecho Wert (con el que apenas comulgo
ideológicamente digo de paso), no se ha recortado en el respeto que los maestros tienen que
inculcar a los alumnos. Sin eso, entonces definitivamente estamos totalmente
perdidos. No es lo mismo decir: "no estoy de acuerdo con lo que dices", que decir: "eres un mamarracho por cómo piensas". Esa sutil, pero a la vez gran diferencia, se le supone aprendida a un maestro. ¿Cómo pretende ganarse el respeto de sus alumnos después de esto? ¿y de los padres?
Respetar a quien no piensa como
tú no tiene nada que ver con la tijera que nos han hecho. En absoluto.
Puedes seguirme en twitter