Mali: las cosas por su nombre
miércoles 06 de febrero de 2013, 19:02h
Vaya por delante que, con la que está cayendo aquí en
casa, resulta más tentador escribir de corrupciones varias, soluciones en este
complicado entramado político - el otro día me decía un soborno que la única
esperanza que nos queda el la Justicia y yo no soy tan pesimista - periodistas
que tragan y acuden obedientes y silenciosos a ruedas d prensa sin preguntas,
y, en fin, una gran cantidad de asuntos de actualidad que está siendo en los
último días más malditamente entretenida que un clásico de fútbol.
Es más tentador si, pero lo hace todo el mundo y con
bastante tino. Sin embargo he leído con sorpresa un titular y parte de unas
declaraciones publicadas en los medios del ministro de Defensa francés, señor
Jean - Ives Le Drian en las que afirma: "Hemos intervenido ( en Mali) para
devolver a los malienses su libertad perdida".
Tras referirse al apoyo recibido por la Comunidad
Internacional e insistir en la defensa
de la democracia y los derechos humanos, el ministro galo pasa de puntillas por
un hecho tan relevante como real: los intereses estratégicos en la región. Una
de las características más lamentables, pero asumidas desde hace años, por no
decir siglos es la hipocresía de la política internacional. Y estamos ante un
caso paradigmático.
En Mali se armó el conflicto, que se venía venir, con
los Tuareg y los diferentes grupos islamistas radicales de la zona del Sahel y,
a la espera de una intervención de una fuerza africana que no estará disponible
hasta dentro de unos meses, Francia se adelanta, con vistas - no puede haber
duda sobre eso - al hecho de que las minas de uranio de Níger, pías vecino y
posible afectado por la "contaminación" son las más importantes proveedoras de
ese mineral estratégico de las centrales nucleares francesas y de su programa
atómico.
En el 2020, con una de las minas actuales a pleno
rendimiento, Níger pasara de ser la cuarta o quinta nación productora de ese
mineral a ser la segunda. Lo que probablemente no cambiará será que los
nigerinos compongan uno de los países más pobres de la Tierra a pesar de su
riqueza. Hasta los chino, que ya llevan tiempo operando en la zona, apoyan - o
al menos no dificultan - l intervención francesa.
La seguridad en el Sahel nos afecta a todos, y a
España más por estar más cercana y ser en cierta medida fronteriza, pues no hay
que olvidar a las Islas Canarias. Hay que luchar por la seguridad interior
aunque sea apoyado o interviniendo en el exterior. Pero eso no quita para que
se llame a las cosas por su nombre.