Así lo creen el presidente de la Asociación, Ramón Sánchez Camacho, y el vicepresidente, Adán Israel,
para quienes la Feria
Nacional del Vino supone "un importante motivo de orgullo,
además de tener una gran repercusión social".
En opinión de
Sánchez Camacho, FENAVIN "es el referente nacional en cuanto a ferias vinícolas
y cualquiera de nosotros sabe que es la cita con la mayor concentración de
referencias enológicas del país, una fiesta donde ver, catar, conocer y hacer
contactos de la forma más cómoda y profesional posible".
Por esta razón,
como explica Adán, en cada edición, "los miles de asistentes precisan que el
sector servicios dé todo lo mejor y se demuestre el buen hacer de La Mancha,
algo que ha quedado claro año tras año con las buenas críticas de todos los participantes
que, por defecto, tienen una expectativa alta en cuanto al servicio gastronómico
y, especialmente, sobre los vinos".
"La crisis ha centrado el consumo de vino en un rango
intermedio de precios"
Preguntados sobre
la situación económica y su influencia en el consumo de vinos, ambos coinciden
en señalar que "la crisis ha centrado el consumo en un rango intermedio de
precios, con los vinos tintos envejecidos en barrica y los blancos jóvenes como
los vinos más demandados, seguidos de cerca por los blancos fermentados en
barrica y espumosos de calidad".
Para Sánchez Camacho, es evidente que "el cliente de hoy
es consciente de la dureza de los tiempos y, a pesar de mantener el puesto de
trabajo, el nivel de consumo ha bajado bastante, pero el cliente medio sigue
siendo muy exigente, se mira más que nunca la relación calidad/precio y se ha
revalorizado mucho el servicio, el esfuerzo de la sala para dar un buen
servicio con menos recursos".
Sobre cómo afecta la situación económica a los precios en
el restaurante, ambos señalan que "es muy complicado mantenerlos, pues ya se ha
encarecido la simple apertura del local cada día. Pese a todo -señalan-, la
mayoría de los hosteleros se ha adaptado a la demanda de los clientes y se ha
seguido variando la oferta para bajar el precio final al cliente con mucho
esfuerzo".
Acerca de opinión
del presidente nacional de los Sumilleres, Pablo Martín, según el cual
no hay paro en el sector, Sánchez Camacho coincide con él y asegura que "el sumiller
profesional tiene un amplio conocimiento en cuanto a las labores de la sala de
un restaurante, es un camarero especializado, y el alto nivel de
profesionalidad de la
Sumillería Española hace que la mayor parte sea capaz de
tomar cargos de dirección a la vez que labores de camarero".
Igual opinión
tiene Adán Israel, para quien "el sumiller no es esa figura estirada que
algunos han querido reflejar en críticas duras: es alguien cercano, un enamorado
de su oficio que trata de transmitir,
atender, agradar, vender...La mayor parte de profesionales que han causado baja
en su puesto de trabajo es porque han decidido cambiar de puesto o cargo".
La Asociación de
Sumilleres de Castilla-La Mancha, cuyo presidente honorario es Rafael
Díaz-Salazar, cuenta entre sus asociados con más de veinte profesionales de la
región, así como más de cien amigos del vino, que participa en las distintas
actividades que organizan. "Pensamos que debe ser algo abierto a todos y, con
ello, favorecemos que la gente conozca de cerca la Sumillería", como afirma Israel.
"Aquí se consume mucho más vino de nuestra tierra que de
fuera, pese a las modas"
Y ¿se consume más vinos de fuera o de la región? Adán Israel responde que "La Mancha es tierra de vinos, todo el mundo está
relacionado directa o indirectamente al viñedo y esto se refleja en nuestra
cultura gastronómica, en nuestra identidad y folclore. Esto hace que
lógicamente se consuma mucho más vino manchego que de otro lado, pese a las
modas".
Desde la Asociación, como explica el presidente, "insistimos mucho en
conocer a fondo la región, pero también insistimos en conocer y valorar el vino
sea de donde sea, observando con cuidado la procedencia y, muy en especial, la
elaboración, la mano del productor tiene la última palabra".
Por último, y
preguntados sobre la existencia de un Colegio Profesional, Sánchez Camacho
reconoce que "es una asignatura pendiente desde hace muchos años, pues la
oferta ha sido escasa y los profesionales que se han querido formar se han
esforzado mucho, pero hay un proyecto importante en camino, con el que en la
región se podrá formar y reglamentar la sumillería como una profesión,
exactamente lo que es".