"2012 ha sido probablemente el peor año de la crisis.
No cabe duda de que será un año que pasará a engrosar los libros de Historia
por ser el año en que se temió por la supervivencia de la moneda única pero
también por los esfuerzos por superarla", así de tajante se ha mostrado
Isidro Fainé en la rueda de prensa celebrada con motivo de la presentación de
resultados de KaixaBank, unos resultados que pueden calificarse como 'moderadamente' optimistas.
Un Fainé positivo y esperanzado con
las mejoras que el Gobierno ha llevado a cabo durante el pasado año, reconoce
que "ganas no faltan" pero que aún queda mucho camino por recorrer.
Pero reconoce que lo andado hasta ahora ha servido para recuperar la confianza
de los inversores en España que ha mejorado notablemente, alabando los
efectos de la recapitalización del sector financiero en la recuperación de la
confianza, que aún afrontará, ha dicho, "altibajos".
"Ha sido duro, sobre todo para las familias más vulnerables. La caída del
paro marcará el fin de la crisis y aún no hemos llegado. Desde la Obra Social
no podíamos ser ajenos a este problema y queríamos reforzar nuestro compromiso
sobre todo con esos jóvenes que no pueden trabajar", ha avanzado el
también presidente de La Caixa, anunciando que aportarán seis millones de euros
"para facilitar la contratación de jóvenes" o su conversión en
autónomos "en línea con las medias que prepara el Gobierno.
El respaldo al Gobierno que preside Mariano Rajoy ha sido la tónica del discurso
de Fainé en esta presentación de resultados que se muestra positivo con a nueva
ley de cajas de ahorro que prepara el Gobierno nueva normativa y que obligaría
a Fainé a elegir entre la presidencia de CaixaBank y la de La Caixa, "esta
legislación completa el marco legal. A mi juicio, la ley de cajas consolida el
camino que iniciamos con la reforma en 2011, facilita una mayor solvencia de
las entidades y permite diferenciar las competencias del Estado, las
comunidades autónomas, el supervisor estatal y, en el futuro, la
eurozona", ha asumido.
Respaldo a las instituciones y la justicia
Preguntado
por los casos de presunta corrupción en los últimos días, como el caso Bárcenas,
el presidente de CaixaBank, Isidre Fainé, afirma creer en las instituciones y
el trabajo de la Justicia.
No obstante,
el presidente de La Caixa ha dejado
claro que no es nadie para juzgar sobre estos casos porque no dispone de
información y no se dedica a esto: "Hay instituciones que velan por la
justicia", ha zanjado.
Respol y el pulso de Brufau Un Fainé que no ha desechado ninguna pregunta durante su intervención con los medios, se ha mostrado muy exquivo cuando uno de los periodistas le ha preguntado por el enfrentamiento entre CaixaBank y Repsol y su disposición a hacer
caja con su paquete de acciones conjunto en Gas Natural sin romper su
pacto de accionistas y sin perder el control compartido de la cotizada.
Esto se traduce en que ambas compañías podrían rebajar su peso conjunto
en un 15%, con lo que mantendrían el control de la mitad del capital
social de Gas Natural.
Con un "cuando hable con el presidente de Repsol tendré algo que decirles, mientras tanto..." ha desviado la respuesta.
El ladrillo lastra las cuentasEl banco que preside Isidro Fainé redujo sus ganancias un 78,2%, algo
más de lo que prevían los expertos del sector, que esperaban unas ganancias de 264 millones.
Una vez más, la causa de tan drástica caída han sido las provisiones, especialmente las relacionadas con el ladrillo.
CaixaBank realizó el año pasado 10.299 millones de euros de
sanemientos, de los que 5.749 millones han ido contra la cuenta de
resultados, y otros 4.550 millones, dedicados a la cartera de crédito y
ladrillo de Banca Cívica, se han hecho contra capital. La adquisición de
Banca Cívica ha permitido a CaixaBank ampliar el plazo para terminar
las provisiones del ladrillo exigidas por los dos Reales Decretos de la
Reforma Financiera hasta el próximo junio. De hecho, la entidad dotó en
2012 para este concepto 3.636 millones, dejando para este año otros 902
millones.
Actualmente no contempla más adquisiciones
El vicepresidente y consejero delegado de
CaixaBank, Joan Maria Nin, ha definido el proceso de venta de Banco de
Valencia realizado por el Gobierno como "competitivo, muy duro y largo
en cuanto a negociación".
En declaraciones durante la
presentación de resultados de CaixaBank de 2012, ha afirmado que es
"difícil que haya sido una mala venta" porque ha contado con personas de
alto nivel de gestión por parte del vendedor y con la participación de
Bruselas.
Se ha expresado así dos días después de que
el director general del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria
(FROB), Antonio Carrascosa, haya asegurado que "no hay prisa ni se van a
malvender" CatalunyaCaixa y el resto de entidades nacionalizadas en las
que es o será accionista mayoritario el FROB, a diferencia de lo
sucedido con Banco de Valencia, donde no ha habido alternativa por el
plazo fijado por las autoridades europeas.
Nin ha
defendido que el resultado final de adjudicación de Banco de Valencia a
CaixaBank --actualmente pendiente de la aprobación por parte de las
autoridades competentes-- es muy beneficioso para los clientes de Banco
de Valencia y para los trabajadores, a lo que Fainé ha añadido que la
propuesta de Bruselas era liquidar el banco: "Si era una mala venta, que
no lo hubieran vendido".
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