La
economía está por los suelos; el gobierno, a pesar de los enormes recortes
sociales, no cumplirá con el 6,3% que pactó con Bruselas; comunidades
autónomas como Cataluña también se saltan el déficit a la torera en casi un
punto, y por si fuera poco el paro se ha disparado en España hasta la cifra
total de 5.965.000 parados.
En la
última legislatura de
Zapatero, el hoy ministro de Hacienda,
Cristóbal Montoro,
le dijo a la diputada canaria
Ana Oramas que no importaba que España se
hundiera, que ya la levantaría el principal partido de la derecha, es decir, el
Partido Popular. En enero de 2013, un año y un mes después de gobierno de
derechas de
Mariano Rajoy, en España se destruyeron 850.500 puestos de trabajo,
frente a los 600.600 que se perdieron en 2011. Es decir, que durante el año de
la reforma laboral se crearon 2.330 parados más al día.
Ésas
son las razones por las que Mariano Rajoy, desde Lima, donde le cogieron los
dramáticos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), anunció con cara
larga y delante del peruano
Ollanta Humala anunció que este viernes el Consejo
de Ministros aprobaría la prórroga automática cada seis meses del 'plan
Prepara', es decir, del subsidio de 400 euros para los parados de larga
duración.
Es
curioso, porque hace casi un año, el 12 de julio de 2012, Rajoy anunciaba en el
Congreso un nuevo paquete de medidas, entre ellas, que la cuantía de las
prestaciones por desempleo se reduciría a partir del sexto mes para los nuevos
perceptores, al reducirse del 60 % al 50 % la base reguladora con la que se
calculan estas prestaciones. Alegaba Rajoy entonces que el objetivo es
"animar la búsqueda activa de trabajo" de los nuevos receptores del
paro: "Revisaremos el modelo de prestaciones por desempleo garantizando
que no generen efectos desincentivadores de la búsqueda de empleo, siguiendo el
ejemplo de algunos países de la UE", comentaba entonces. Un año después ha
tenido que tragarse sus palabras.
Emergencia
nacional
La
situación en España en enero de 2013 es de auténtica emergencia nacional, con
una tasa de paro que escaló al cierre del año pasado hasta el 26,02 %,
porcentaje más de tres puntos superior al de 2011 y un punto por encima de la
tasa del tercer trimestre, según los datos de la Encuesta de Población Activa
(EPA) hecha pública el jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La tasa de paro ha alcanzado así su nivel más alto de la serie histórica
comparable, que arranca en 2001.
Pero es
que en el último trimestre de 2012, el número de ocupados se redujo en 363.300
personas (-2,1 %), cerrándose el ejercicio con 16.957.100 ocupados. La cifra de
ocupados no bajaba de los 17 millones de personas desde el primer trimestre de
2003. Del total de empleos perdidos entre octubre y diciembre del año pasado,
288.700 correspondieron al sector privado (-2 %) y 74.500 al sector público
(-2,5 %).
Las
cuentas que se pueden hacen a partir de estos son escalofriantes: hay seis
millones de parados y alrededor de ocho millones de pensionistas, lo que suman
14 millones de personas no activas, además de los que no necesitan buscar
trabajo o están estudiando o no tienen edad. Con estos datos es evidente que el
sistema se tambalea.
Porque,
además, donde más se incrementó el paro fue en el colectivo de parados de larga
duración (más de un año en desempleo), con 470.700 parados más el pasado año
(+20,3). La población activa en España quedó constituida por 22.922.400
personas, con una reducción de 158.700 personas en 2012: no se bajaba de los 23
millones de activos desde el cuarto trimestre de 2009.
Baja
hasta la recaudación por el IRPF
Pero
como los males no vienen solos, hasta la Hacienda pública se resiente, y eso
sin contar la enorme corrupción detectada -y detestada- en este país: según el
sindicato de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), el aumento del
paro en 2012 ha supuesto una pérdida de ingresos para las arcas públicas de
1.800 millones de euros por la menor recaudación del IRPF.
Según
cálculos de Gestha, lo anterior supone que durante 2012 se perdieron unos
10.488 millones de euros en bases imponibles, la cuantía de la renta personal
que está sujeta a tributación, debido al aumento del desempleo. En 2011, el
impacto del aumento del paro en 577.000 personas provocó que Hacienda dejara de
ingresar 1.503 millones de euros, equivalentes a unas bases imponibles de 8.748
millones de euros.
En
resumen, y como colofón, la situación es de tal emergencia nacional que uno de
cada cuatro desempleados ha tenido que dejar su casa, según una encuesta entre
parados encargada por la Cadena Ser. Socialmente, España ha caído en un
profundo agujero.
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