jueves 24 de enero de 2013, 08:27h
Los telediarios ya no son lo que eran en tiempos
de los cancerberos sin miramientos a la hora de trabajar por los intereses de
sus jefes, socialistas o populares, según la época. Ahora, afortunadamente, el
tratamiento informativo de todos los temas escabrosos, que inundan el fango de
la corrupción política, sigue pautas más plurales y profesionales, pero
carecen, para añoranza de sus mentores políticos, de la falta de escrúpulos de
legislaturas anteriores. Lo peor de todo es que nadie espera a una sentencia
judicial para afirmar que tal o cual es un corrupto de tomo y lomo o de medio
pelo; basta simplemente las imputaciones que pretenden en origen proporcionar
más garantías de defensa al implicado para soportar una insolvente sentencia
mediática y social pero con consecuencias humanas y profesionales inapelables.
El panorama de la presunta corrupción en España presenta amplios capítulos que
afectan a casi todos los partidos políticos. Los mayores protagonistas, por
orden de intervención que dicen los créditos de las películas, son el Partido
Popular con su ex tesorero, Luis Bárcenas, repartiendo sobres muy
comprometedores; Convergencia y Unió con la familia Pujol debatiéndose entre
las cuentas en Suiza y las concesiones de la ITV; los socialistas con los eres
de Andalucía pendientes... por no recordar los casos antiguos que la Justicia
intenta dirimir, aunque suele llegar a destiempo y sin el efecto ejemplarizante
que debería sembrar entre los que pudieran sufrir la tentación de corromperse.
Hace falta una acción clara y convincente por parte de Mariano Rajoy como
responsable del Partido Popular y como presidente del Gobierno que zanje
definitivamente la peste de corruptelas que impregna asquerosamente el ambiente
en España. Una investigación interna y una auditoría externa son bálsamos
habituales que conducen al mismo callejón sin solucionar tajantemente el
problema. Y en el PSOE, pasa lo mismo. Ni siquiera la petición del fiscal de
tres años y medio de cárcel para Isabel Pantoja, más una multa de unos tres
millones de euros se ha utilizado convenientemente para distraer la atención de
una sociedad española descreída, hastiada y muy desafecta de su clase política
que ni siquiera es capaz de ponerse de acuerdo para salir de la crisis, y, ni
mucho menos, acabar con la corrupción.
Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.
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