Agotados todos los recursos
sin lograr ni uno de los mil millones exigidos a ABS
El fiasco del Prestige: gastamos 31 millones de euros en litigios sin recibir nada a cambio
martes 08 de enero de 2013, 13:09h
Los gobiernos
de Aznar, Rodríguez Zapatero y Rajoy se han
gastado casi 31 millones de euros (más de 5.000 millones de pesetas) en la última década sólo en pagar las distintas acciones judiciales
emprendidas en Estados Unidos en relación al 'caso Prestige', el petrolero hundido en
noviembre de 2002 frente a las costas gallegas. Pese a este inmenso desembolso,
el Estado español no ha conseguido ninguna de las reclamaciones ni
indemnizaciones que llevaron a emprender estas actuaciones, cuya capacidad de
recurso ya se ha agotado.
A esos 31 millones hay
que sumarles el coste de informes, viajes, dietas y asesorías externas
relativos a la asistencia jurídica al Estado en el resto de pleitos seguidos
tanto en España como en Francia, así como en otras instancias legales
comunitarias, incluido el juicio ya abierto y que se sigue en estos momentos en
Galicia, pero "sin que sea posible desglosar los recursos económicos dedicados
específicamente a estos procedimientos".
Esos datos concretos
aparecen incluidos en la respuesta que el Gobierno ha hecho llegar al diputado
de Izquierda Unida por Asturias, Gaspar Llamazares, después de que éste
solicitara por escrito un completo balance de las medidas adoptadas por el
Ejecutivo en relación a la catástrofe del 'Prestige', que se hundió cargado con
cerca de 70.000 toneladas de fuel pesado, al cumplirse 10 años del mayor
desastre medioambiental ocurrido en España y uno de los mayores casos de
contaminación marítima del mundo.
30 millones de euros gastados sólo en Estados Unidos
En concreto, la respuesta
escrita del Ejecutivo a Llamazares señala textualmente que "por lo que se
refiere a las actuaciones en Estados Unidos, la Administración del Estado ha
actuado a través, en un primer momento, del despacho Holland and Knight y,
posteriormente, del despacho Squire Sanders, al que se incorporó el equipo
jurídico contratado inicialmente por España. El importe total de lo abonado
hasta este momento (diciembre de 2012) asciende a 30.925.536, 92 euros".
Estos elevadísimos gastos
jurídicos arrancan de la decisión del Gobierno del PP de presentar, el 16 de marzo
de 2003, una demanda en EE.UU contra ABS (The American Bureau of Shipping,
Inc.), empresa clasificadora del buque 'Prestige'.
El Ejecutivo explica
ahora en su respuesta que "el objeto de la demanda era únicamente determinar la
responsabilidad de la empresa clasificadora, al haber clasificado como
técnicamente navegable un buque que, a juicio del Estado español, no debía
haberlo sido. No eran objeto de ese procedimiento en Estados Unidos determinar
otras responsabilidades o la causa del siniestro".
En las cifras que el
Gobierno traslada por escrito a Llamazares se incluye un grave error. "Tras
evaluar los datos conocidos y la viabilidad de dicho procedimiento judicial -se
señala textualmente-, el Estado español decidió, con fecha 30 de julio de 2004,
ampliar la demanda reclamando a ABS una indemnización por importe de 1 millón
de dólares". Realmente la demanda fue de 1.000 millones de dólares, tras
ampliarse en esa fecha los cerca de 650 millones que se pedían en un
principio".
Un dinero gastado sin ninguna utilidad
En lo que no falla el
Gobierno en su escrito es en reconocer y explicar cómo todo el dinero gastado
en pleitos en EE.UU no ha servido para nada. Así, detalla que de los años 2003
a 2007 "el Tribunal de Distrito de Nueva Cork practicó la fase de aportación de
pruebas por las partes (discovery), consistente en abundantes testimonios,
documentación y pruebas periciales".
Ya el 2 de enero de 2008
este mismo tribunal inadmitió en una sentencia la demanda española "al
considerar que España no podía plantear una reclamación de este tipo en Estados
Unidos" al no haber ratificado este país el convenio CLC (convenio
internacional sobre responsabilidad civil nacida de daños debidos a
contaminación por hidrocarburos). El Gobierno, ya del PSOE, decidió apelar la
sentencia al considerar que la demanda "no se basaba en la aplicación de dicho
convenio y, por tanto, la demanda contra ABS debía ser interpuesta ante los
Tribunales del Estado donde radica dicha empresa".
El pasado 29 de agosto de
2012 el Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos (United States Court of
Appeals for the Second Circuit) "dictó sentencia por la que se desestima el
recurso de apelación interpuesto por el Reino de España".
Pese a que esta instancia
judicial sí reconoce ahora que España podía plantear una demanda de este tipo
en EE.UU, el Gobierno explica a Llamazares que "sin embargo, la
sentencia considera que al no existir una relación contractual entre España y
ABS, la única posibilidad de abrir un procedimiento ante el jurado es que
existieran pruebas suficientes de que la empresa de clasificación, más
concretamente los directivos de la empresa radicada en Estados Unidos, hubieran
actuado con una negligencia grave o temeraria (reckless) al despachar la
calificación del buque". Y estas pruebas no se han encontrado en ningún
momento, pese a la enorme cantidad de dinero gastada en la causa judicial y los
10 años que ha durado ésta.
No caben más recursos
El Ejecutivo señala
también al diputado de IU que "frente a esta resolución no cabe ningún recurso
ordinario ante la jurisdicción de los Estados Unidos", aunque cabrían dos vías
extraordinarias de revisión: "la primera, pedir al propio Tribunal de
Apelaciones que 'reconsidere su decisión'; la segunda, elevar una petición de
examen del caso por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos".
"Previa consulta con los
abogados contratados en Estados Unidos por España -se indica también- se ha
llegado a la conclusión de que no existían posibilidades de éxito en dichas
vías extraordinarias de revisión (...). A la luz de las anteriores consideraciones
y con el fin de evitar gastos adicionales no justificados, se decidió no
utilizar ninguno de estos medios extraordinarios de impugnación teniendo en
cuenta el coste de la asistencia jurídica", se dice ahora.
Respecto al hecho de que
el Gobierno sea incapaz de calcular cuánto han costado el resto de
procedimientos judiciales abiertos fuera de EE.UU y el control de estos
últimos, incluidos los desarrollados en España, el Ejecutivo actual del PP
explica que: "En cuanto a la asistencia jurídica al Estado, en los
procedimientos judiciales que se tramitan en España o se han tramitado ante el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos, así como la supervisión de los que se han
desarrollado en Estados Unidos, han sido y están siendo llevadas a cabo por la Abogacía
del Estado (Abogacía del Estado en A Coruña, Abogacía del Estado en el
Ministerio de Fomento y Subdirección General de los Servicios Contenciosos),
con sus medios ordinarios, sin que sea posible desglosar los recursos
económicos dedicados específicamente a estos procedimientos".
Tanto los datos que sí se
detallan como los que han quedado en el aire anteriormente se refieren
únicamente a los gastos generados por actuaciones judiciales en relación al
'caso Prestige'. Se da la circunstancia de que en otra respuesta parlamentaria
hecha llegar por el Gobierno, entonces del PSOE, también a Gaspar Llamazares en
diciembre de 2008 se señalaba que "el hundimiento del barco 'Prestige', además
de la catástrofe natural que supuso, ocasionó un gasto para el Estado español
que asciende a más de 1.000 millones de dólares, debido al coste de las labores
de descontaminación y demás daños causados". Casualmente la misma cantidad que
se incluía en la demanda presentada en EE.UU contra ABS y de la que se no se ha
podido lograr ni un solo dólar, pese a los 31 millones de euros gastados.