A las cifras anteriores
hay que añadir que otros 73 periodistas tuvieron que huir de su país, que 6
colaboradores de medios de comunicación fueron asesinados, que se asesinó
igualmente a 47 internautas y periodistas ciudadanos, que 144 blogueros e
internautas fueron detenidos y que 193 periodistas fueron finalmente encarcelados.
Para la ONG
Reporteros Sin
Fronteras, el año 2012 ha sido particularmente mortífero, con un aumento del 33
% de periodistas asesinados en el ejercicio de su profesión, respecto a las
cifras del 2011. Las zonas más afectadas han sido Oriente Medio, África del
Norte (26 muertos), Asia (24 muertos) y África Subsahariana (21 muertos). Sólo
el continente americano ha experimentado un ligero descenso respecto al número
de periodistas asesinados por causas relacionadas con el ejercicio de su
profesión (15 muertos).
Según el informe anual de
RSF, desde 1995, el balance nunca había sido tan macabro. En estos últimos
años, el número de periodistas asesinados ha oscilado desde 75 en 2009, a 58 en
2010, y 67 en 2011. En 2007 se produjo un pico histórico: 87 profesionales de
los medios de comunicación fueron asesinados, uno menos que en 2012. Los 88
periodistas que han perdido la vida este año por causas relacionadas con el
ejercicio de su actividad profesional han sido víctimas de la cobertura de
conflictos armados, de atentados, de grupos ligados al crimen organizado
(mafia, narcotráfico, etc.), de milicias islamistas o ejecutados por orden de
oficiales corruptos.
Matanzas con total
impunidad"Esta cifra histórica de
periodistas asesinados en 2012 está fundamentalmente relacionada con el
conflicto en Siria, el caos en Somalia y la violencia de los talibanes en
Pakistán. La impunidad de la que gozan los autores de los crímenes favorece que
continúen las violaciones de los derechos humanos, en particular al derecho a
la libertad de información", afirma
Christophe Deloire, Secretario General de
Reporteros Sin Fronteras.
Por atentados contra los
"protagonistas de la información", debe entenderse el sentido amplio del
término. Así, además de los 88 periodistas asesinados, se cuentan también los
periodistas-ciudadanos e internautas, que también se han visto gravemente
afectados (47 asesinados en 2012; frente a los 5 de 2011), en especial en
Siria. Se trata de hombres y mujeres que ejercen la función de reporteros,
tomando fotografías o videos que documentan la situación cotidiana y la
represión en sus respectivos países. Sin su labor, el régimen sirio podría
imponer un silencio total sobre la información en ciertas regiones y continuar
con la masacre a puerta cerrada.
Para establecer estas
cifras, Reporteros Sin Fronteras se basa en datos precisos, recabados a lo
largo del año durante su constante labor de vigilancia de las violaciones a la
libertad de expresión. En estas estadísticas sólo se incluye a los periodistas
e internautas que han perdido la vida por causas relacionadas con el ejercicio
de su trabajo informativo. Reporteros Sin Fronteras no tiene en cuenta a los
periodistas o internautas asesinados por actividades estrictamente políticas o
militantes, o que no tengan relación con la gestión informativa.
Siria, cementerio de los
protagonistas de la informaciónEn 2012 han sido
asesinados al menos 44 periodistas ciudadanos, 17 periodistas y 4 colaboradores
de los medios de comunicación. En Siria, la sangrienta represión emprendida
por
Bachar el-Assad ha azotado a los actores de la información, testigos
molestos de los excesos de un régimen acorralado. En paralelo, los periodistas
también han sido agredidos por ciertos grupos armados opuestos al régimen, cada
vez más intolerantes a las críticas y dispuestos a tachar de espías a los
profesionales de la información que no difundan sus discursos. La polarización
de la información, la propaganda, los intentos de manipulación, la violencia
extrema a la que se enfrentan los periodistas y los periodistas ciudadanos, los
obstáculos técnicos registrados, hacen de la labor de recabar y difundir
información en este país, un verdadero sacrificio.
Un año negro para SomaliaLos 18 periodistas que
perdieron la vida en Somalia en 2012 han duplicado la cifra de 2009, hasta
entonces el año más mortífero del país. La segunda quincena del mes de
septiembre ha sido particularmente sangrienta: siete periodistas han sido
asesinados, dos de ellos en menos de 24 horas; uno decapitado, otro acribillado
a balazos. Los periodistas han sido víctimas de las milicias armadas, los
shebab, pero también de los gobiernos locales que intentan acallar a los medios
de comunicación.
Los periodistas somalíes
trabajan en condiciones espantosas, tanto en la capital, Mogadiscio, como en
las otras regiones del país. La falta de un gobierno estable desde hace más de
20 años en este Estado fallido, donde se ha arraigado la violencia y la
impunidad es la norma general, ha propiciado este macabro recuento.
Pakistán, un periodista
asesinado al mes9 periodistas y un colaborador
de los medios de comunicación han sido asesinados: entre la violencia endémica
de Beluchistán y las represalias de los talibanes, un terreno minado para los
reporteros.
Por segundo año
consecutivo se han registrado nueve muertos en Pakistán, es decir,
prácticamente un periodista al mes, desde febrero de 2010. De 2009 a 2011,
Pakistán fue el país más mortífero para la prensa y Beluchistán continúa siendo
una de las regiones más peligrosas del mundo. Con sus zonas tribales, su
frontera con Afganistán, sus tensiones con India, su caótica historia política,
Pakistán es una de las regiones más complicadas para la cobertura periodística.
Las amenazas terroristas, la violencia policial, el poder sin freno de los
líderes locales, los peligros inherentes a los conflictos en las zonas
tribales, son escollos a menudo mortales en el camino de los profesionales de
la información.
México, los periodistas
en el punto de mira del crimen organizadoLa violencia -exponencial
en seis años de ofensiva federal contra los cárteles- se cierne sobre los
periodistas que se atreven a tratar temas relacionados con el narcotráfico, la
corrupción, la infiltración de la mafia entre las autoridades locales o
federales, y las violaciones a los derechos humanos atribuidas a estas mismas
autoridades. En este país 6 periodistas fueron asesinados en 2012.
Brasil: detrás del
escenarioEn Brasil, la mano del
narcotráfico en la frontera con Paraguay aparece claramente como la causa de
los cinco asesinatos de periodistas registrados en 2012, relacionados
directamente con el ejercicio de su profesión. Tres de ellos habían denunciado
la influencia de los cárteles en los sectores políticos y económicos locales;
otros dos eran periodistas-blogueros, que en general corren importantes riesgos
cuando denuncian la implicación de una autoridad o un caso de corrupción.
Número récord de
periodistas encarcelados: Turquía a la cabezaNunca había habido tantos
periodistas encerrados en las cárceles del mundo: al menos 193 se encuentran
detenidos por su actividad profesional, a los que se suman unos 130 internautas
que desempeñaban labores informativas en el momento de su detención.
El ranking lo encabeza Turquía,
país que se ha constituido en la prisión más grande del mundo para los
periodistas: al menos 42 periodistas y 4 colaboradores de los medios de
comunicación se encuentran encarcelados por causas relacionadas con su
actividad profesional.
Apoyada en leyes
represivas, la justicia turca continúa ampliamente concentrada en la seguridad,
respetando poco la libertad de información y el derecho a un juicio justo. Una
situación que contribuye a propagar un nuevo clima de intimidación en un
paisaje mediático que, por el momento, o sigue siendo vivo y plural.
China: 30 periodistas y
69 internautas encarceladosEl número de periodistas
encarcelados en China conserva un nivel estable desde hace años. Existe un
centenar de encarcelados; la mayoría de ellos condenados a purgar largas penas
de prisión por "subversión" y "difusión de secretos de Estado". Los periodistas
encarcelados viven en condiciones difíciles, y las autoridades locales, muy
susceptibles a la mala publicidad que puedan provocar los reportajes sobre
casos de corrupción o nepotismo, siguen deteniendo a periodistas.
Por su parte,
la policía política concentra sus esfuerzos en controlar a los activistas que
defienden la libertad de expresión y a los microblogueros, cada vez más
creativos para evadir la censura.
Eritrea, un infierno
carcelario: 26 periodistas encarceladosEl país, la cárcel más
grande de África para los colaboradores de los medios de comunicación, lleva
aislado del mundo desde las grandes redadas de septiembre de 2001, y la
suspensión de la prensa privada. Ninguno de los 28 periodistas que actualmente
se encuentran encarcelados ha tenido derecho a un juicio, ni acceso a un
abogado; son raros los que aún pueden recibir la visita de sus familiares.
Las
condiciones son terribles con confinamientos en solitario, celdas subterráneas
y torturas. Al menos siete periodistas han muerto en prisión, en secreto, o se
han suicidado en medio de la indiferencia y el olvido. Entre las últimas dictaduras
totalitarias del planeta, Eritrea se encuentra en el último lugar en la
Clasificación Mundial de la libertad de la información, que elabora anualmente
Reporteros Sin Fronteras.
La intolerancia de la
República de los mulás de Irán
En Irán hay al menos 26
periodistas y 17 internautas encarcelados. Desde 2009, la situación de la
libertad de prensa se deterioró con la represión del movimiento de protesta que
surgió tras la polémica reelección de
Mahmud Ahmadineyad como presidente. Desde
entonces, el poder envía periódicamente a la cárcel a los informadores que
considera han cruzado la línea roja.
El estado de salud de
algunos prisioneros es muy preocupante. Los detenidos se enfrentan una doble
pena: estar privados de libertad y ver cómo sus allegados son objeto de amenazas,
intimidaciones y represalias si se atreven a hablar a la prensa.
Terror en las cárceles siriasAl menos 21 periodistas y
18 internautas y periodistas ciudadanos se encuentran aún encarcelados en
Siria, donde la represión se traduce en la muerte de profesionales de la
información. Las detenciones, si bien han disminuido en comparación con 2011,
siguen siendo comunes. La práctica de la tortura es sistemática, las
autoridades no retroceden ante nada para obtener información de sus prisioneros
e intentar desmantelar las redes de sus opositores.
>> Lea de forma íntegra el informe de RSF