El primer catalán es el primer español (o viceversa)
miércoles 02 de enero de 2013, 08:08h
Aprovechando que los dos presidentes, Artur Mas y
Mariano Rajoy van a coincidir el próximo día 8 en la inauguración del Ave a
Figueras, nuestro deseo para este nuevo año, es que acudieran ambos a la cita
con las típicas ofrendas de los Reyes Magos. Oro, Incienso y Mirra.
El Oro, para aliviar los problemas monetarios y el
angustioso déficit que ha provocado tantas tensiones. El Incienso, para convertir las diferencias en alabanzas y los
agravios en parabienes. Y la Mirra, para enterrar y embalsamar las ingratitudes
y los malentendidos. Ojalá en esa entrevista, Rajoy y Mas, en vez de mirarse el uno al otro con desconfianza,
se animaran a mirar juntos en la misma dirección, que es precisamente el final
del túnel, donde dicen que termina la crisis.
El 2013 puede ser un año clave. Hay que estar
atentos a las señales del futuro, y a los símbolos que a veces la vida, con su
magia oculta, nos ofrece. El de esta ocasión es bien significativo. A los 30
segundos de comenzar el año, nació el primer español, que es también el primer
catalán. Este 2013 comienza diciéndonos, en clave de diálogo, que no somos
distintos, que somos iguales, y que tenemos que celebrar juntos las alegrías
y, como no, superar juntos las
dificultades.
Separados, vamos camino del abismo. Unidos, nos comeremos el mundo. Con
pan y tomate, como tiene que ser.