Está más que comprobado que la crisis agudiza el ingenio y que, tal y
como están las cosas, hay que buscar los medios para superar el trauma
familiar de unas navidades sin cenas pantragruélicas, sin regalos y sin
las obligadas acciones consumistas que la sociedad reclama cada
diciembre a todas las familias. Así que cualquier padre en apuros, y más
si es de los que conforman las largas colas del INEM, tiene que echarle
imaginación para que sus hijos (¡Que culpa tienen los pobrecitos míos
de la quiebra del mercado financiero, de la explosión de la burbuja
inmobiliaria, de la subida de la prima de riesgo, de la nefasta gestión
de
Zapatero y de los recortes de "tijeritas"
Rajoy!) se sientan
marginados ante la explosión de alegría y felicidad que conllevan
aparejadas las "entrañables". Así que Pepe, que sigue en el paro desde
hace un año y que ya tuvo su bautismo de fuego este pasado verano cuando
aprovechó las invitaciones de suegros, cuñados, amigos y colegas para
irse de gorra con toda la familia a la playa, intenta volver a las
andadas para que la parienta y los niños no le den la monserga con
aquello de "papá, a mi amigo Nacho, Papá Noel les ha traído un i-pad en
casa de su abuela y le ha pedido a los Reyes Magos una bicicleta con
motor. Yo no sé por qué tú dices que Papá Noel es un invento de los
americanos y que el Papa ha descubierto que los reyes magos no
existieron, ¿no será que este año no vamos a tener regalos?" Y Pepe pone
cara de póquer, mira a su mujer, que le hace un gesto de disgusto y le
dice al niño: "No te preocupes Carlitos, que te traerán regalos, vaya
que si te los traerán, a ti, a tu hermana y a tu madre aunque yo tenga
que pedir un crédito a Cofidis, el dinero directo".
Por lo
pronto, a Pepe se le ocurre una gran idea para contentar a los niños y
entretenerles en estas fechas en las que se ponen más pesados en casa
que una vaca en brazos. "Mañana -dice- vamos a pasar todo el día fuera.
Iremos al centro a ver las luces de Navidad y los escaparates de las
tiendas, comeremos en cualquier sitio y nos divertiremos en grande".
Pili, su mujer, pone cara de estupefacción y, en un aparte le dice:
"Pero Pepe ¿tú estás loco? ¿como les haces esas promesas a los niños si
no tenemos un euro ni para turrón del Dia que es el más barato?¿no sabes
que eso puede traumatizarles?". No te preocupes, Pili, que ya he hecho
el plan. Mira, por la mañana a eso de la una, nos vamos al patio de la
Diputación donde se está celebando la Feria de los Pueblos y allí
podremos degustar de todo, y lo que es mejor, gratis. Ya sabes, quesos y
chacinas de la Sierra Norte, mantecados de Estepa, aceite de Osuna,
aceitunas de Arahal y Dos Hermanas, tortas de Inés Rosales, molletes de
Écija, vamos que si andamos listos nos podemos poner como el Kiko sin
soltar un solo euro. Después, para hacer la digestión, nos acercamos al
Prado de San Sebastián donde han instalado la noria gigante y un tobogán
y una pista de hielo. Eso cuesta dinero, pero le diremos a los niños
que la noria es muy peligrosa y que, como ellos no saben patinar. lo
mejor es estar allí una horita viendo como los chavales se pegan leches
en el hielo, que es la tira de divertido. Verás qué bien se lo pasan y
lo que se van a reir".
"Eso, le dice Pili, y después, a las
cinco, de vuelta a casa con los niños cabreados". "Ni soñarlo, contesta
Pepe, a las seis nos vamos dando un paseo hasta la Puerta de Jerez donde
han puesto la Feria de las Naciones, vemos algunos puestos que son muy
curiosos con cachivaches japoneses, árabes o sudamericanos y nos
encaminamos hacia la Avenida. A las seis y media encienden la
iluminación navideña y verás la sorpresa de los niños cuando vean toda
la calle reluciente, que parece un restaurante chino pasado de rosca.
Pasamos por la Catedral y el Ayuntamiento y vemos los belenes, y, a eso
de las siete, llegamos a la Plaza de San Francisco para disfrutar casi
una hora con el "mapping" y la nevada artificial. Lo mas increible es
que todo, todo, es gratis. Hasta las ocho lo único que podemos habernos
gastado es el billete de autobús. Además me han dicho que alguna tienda
de la Plaza Nueva reparte gratis en su puerta madejas de algodón dulce.
Así que ni si quiera tendremos que comprarle chucherías. ¡Ah! Se me
olvidaba, a lo largo de toda la Avenida hay una docena de artistas
callejeros haciendo estatuas, cabezas cortadas, bebés o actuando para
los paseantes y algún coro de campanilleros. Nos vamos por Sierpes para
que vean las lámparas y acabamos en la Encarnación donde me cuentan que
han puesto un belén viviente de lo más chulo. Como ya serán más de las
nueve de la noche y los niños (y nosotros) estarán reventaitos de tanto
andar,.cogemos el autobús y de vuelta a casa para cenar y acostarnos.
Todo por menos de cinco euros que nos sale a los cuatro el bono-bus ida y
vuelta. No me dirás que no es un pedazo de plan navideño. En cuanto a
los reyes magos y los regalos, esa es otra historia que pensaré más
adelante. Ya le consultare a tus hermanas".
Lea Andalucíacritica