Estoy en Baqueira, junto a la nieve, y recuerdo
cuando por estas fechas llegaba nuestro Rey a practicar su deporte preferido.
Me hubiese gustado tenerle cerca, para felicitarle por su mensaje navideño.
Algún republicano de salón ha criticado
el mensaje, sin captar que nuestro monarca continúa diciendo verdades como
puños, aunque sea entre líneas.
Don
Juan Carlos habló de la política grande, de la
política con mayúsculas. ¿Qué es para el Rey esta politice? A sus palabras me
remito. Es la "que destaca por su
dignidad," la que promueve
"valores
como el respeto mutuo y la lealtad recíproca", la que "mira hacia adelante y hace todo lo posible por cerrar las heridas
abiertas", la que "garantiza que
nada de lo conseguido juntos, ni los derechos individuales y sociales, ni el
bienestar económico ni el proceso de construcción política y económica se vea
amenazado"¡Pues sí que pide cosas el Rey! Miramos a nuestro
alrededor y solo vemos políticos pequeños, muy preocupados por ganar las
próximas elecciones, sordos para el diálogo, cerrados a la negociación,
anclados en sus tópicos, esclavos de sus doctrinas.
Tenemos demasiados políticos
en minúsculas y así nos va. Gracias,
Majestad, por habernos hecho soñar con una España gobernada con grandes
políticos y dirigida a buen puerto por la política con mayúsculas. Ojalá sus
colegas, los Reyes Magos, nos la traigan, porque la necesitamos más que nunca.
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