Decía ayer Carlos Alsina en su casi
siempre certera editorial que el nuevo presidente de CGPJ, Gonzalo Moliner, había entrado en el exclusivo grupo de los "charquistas", esto es, personas expertas en meterse en charcos, es decir, en
meter la pata.
Después del escándalo del
anterior presidente, Carlos Dívar, el CGPJ no ha tenido más remedio que
remangarse y ponerse a hacer recortes en gastos de representación acorde a los
tiempos que vivimos. Rectifico; aunque viviésemos épocas de bonanza, las
instituciones del Estado y sus representantes deberían gastar lo justo y
necesario. Y ni es justo ni es necesario viajar en primera clase. El caso es
que Moliner ayer verbalizó ante un micrófono lo que debía de estar rumiando
desde que llegó al cargo: que vaya con los recortes y la austeridad, que están
muy bien hasta que uno se los tiene que aplicar. Y no se le ocurrió frase más
inoportuna e insolidaria que decir que viajar en clase turista no es la mejor
imagen. Ahí queda eso. Sólo le faltó añadir, eso es de pobres.
Hablando de imagen, Moliner
debería asesorarse con un experto en esas lides para no decir semejante estupidez (propia de un conde en la corte de Luis XVI) en un país donde la mitad de su población tiene severísimos problemas económicos.
Viajar es turista no sólo es bueno para la imagen sino que, además, es
necesario para las arcas de este país y, sobre todo, para ir cambiando de
manera paulatina el modo de pensar que tenemos. Los políticos suelen
recordarnos a los ciudadanos que la Sanidad o la Justicia o la educación son
cosa pública pero no gratis. Y tienen razón. Pero sus gastos, chóferes, coches
oficiales y todo lo que disponen día a día en el ejercicio de sus labores,
también lo son. Lo pagamos entre todos. Y si ellos tienen razón en recordar a
los ciudadanos que seamos escrupulosos y cívicos a la hora de hacer un buen uso
de lo que entre todos pagamos, no menos razón tenemos los ciudadanos en
recordarles que ellos, por su doble condición (cargos públicos pero también
ciudadanos) tienen que ser doblemente cuidadosos.
Ya está bien de tanta estupidez y
tanta tomadura de pelo. Sin irme más lejos de la zona que me toca para vivir:
¿Cuántos coches oficiales hay en la Comunidad de Madrid con los gastos que
ellos conlleva? ¿Por qué motivo tiene que haber tantas prebendas? Comprendo que
un presidente del Gobierno vaya en coche oficial y tenga escolta pero otros
cargos menos relevantes por qué? Si quitasen ese gasto, a todas luces
superfluo, ¿sería por ejemplo necesario retirar la subvención a las vacunas
infantiles? ¿Saben ustedes que algunas se han quitado del calendario oficial y
eso traerá como consecuencia que muchos niños no se vacunen porque sus padres
no pueden afrontar los casi 500 euros que cuestan (en varias veces)?Niños sin vacunar, además de ser profundamente injusto, es peligroso y caro. Niños enfermos traen mayores gastos sanitarios. ¿Vamos a convertirnos en un país en vías de desarrollo donde no hay ni para las vacunas de los niños? Qué vergüenza porque sí que hay pero lo reservan para ellos. Caraduras.
El señor Moliner tiene que
rectificar sus palabras porque no se puede dar ese mal ejemplo. Viajar en
turista no da mala imagen, al contrario, da una excelente impresión. No se le
puede pedir al pueblo sacrificios mientras uno despilfarra el dinero de todos.
El señor Moliner tiene un excelentísimo sueldo, así que si tiene mucho problema
en ir en turista que se pague él la primera clase como hacemos todos (los que
podemos o podíamos) cuando queremos mejorar las condiciones de nuestro viaje.
Que cada noche cuando se acueste recuerde que día tras día muchos abuelos se van a la cama sin cenar porque se lo quitan ellos para dárselo a sus nietos. Y no ocurre en África, ocurre aquí y está pasando. Eso sí es mala imagen. Eso sí es una vergüenza.
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