El expresidente del Gobierno José María Aznar ha rechazado los
secesionismos y ha dicho que "no hay nación que aguante un proceso
constituyente continuo", aludiendo a que desde comienzos de los años
2000 "se ha cruzado la línea roja" por parte de los partidos
nacionalistas en sus exigencias.
En
esta línea, ha abogado por el "respeto al diseño constitucional", ya
que, ha citado como ejemplo, "si se va a vender España fuera van a
preguntar si la semana que viene vas a existir".
En este asunto hay que "hablar claro y rotundo, como la
Constitución", ha dicho en la
presentación de su libro de memorias en la
capital abulense, donde ha recordado sus orígenes políticos, cuando
concurrió por Ávila y salió elegido diputado. "Me dijeron que aquí no teníamos nada que hacer", ha recordado de
su llegada a la provincia, a la vez que ha dicho que no podía explicar
su vida sin Ávila.
Fueron momentos "vitalmente gratificantes y políticamente
provechosos", tras aludir su llega a la presidencia de la Junta de
Castilla y León, desde donde fraguó "una alternativa nacional" de centro
derecha.
Aznar, que ha rememorado nombres que le acompañaron en sus
comienzos políticos en Ávila, ha explicado que la crisis que vive España
tiene el añadido de "la pérdida de tres pilares del éxito de la
Transición" que hay que "reconstruir".
Uno de ellos fue el de "mirar al futuro y no al pasado", lo que
fue "arrasado desde 2004", junto a "renunciar a la expresión de la
Constitución en aras de un terreno compartido", y "reconocer la
pluralidad a cambio de la lealtad", por lo que ha propuesto "un esfuerzo
de primera magnitud" para recuperarlos.
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