lunes 03 de diciembre de 2012, 08:55h
La actualidad
de cada día nos hace olvidar los problemas de fondo que afectan a España como,
por ejemplo, el descenso de la natalidad. El problema de una nación envejecida
no proviene de la mayor esperanza de vida de sus habitantes, que es un dato
positivo, sino de la menor cantidad de jóvenes. El declive demográfico hace
económicamente inviable los sistemas sociales de solidaridad mediante los
cuales un alto número de trabajadores en activo mantiene las pensiones de los
jubilados. Pensiones, en pequeña parte revaluadas o, simplemente, refrigeradas,
ya que aunque no se ha llegado a la congelación total de otros tiempos,
empiezan a mostrarse síntomas de difícil sostenibilidad. Los activos, al ser
menos, cotizan escasamente para las pensiones de los mayores. Los más jóvenes
garantizan el nivel de vida de los más veteranos. La proporcionalidad del
sistema se rompe cuando la tendencia demográfica se manifiesta decadente. No se
trata de que un índice de paro nos presente una menor población activa y una
población pasiva mayor por circunstancias coyunturales que debemos confiar que
puedan corregirse. El problema, a largo
plazo, no es coyuntural sino biológico si, como se nos anuncia, la población
puede disminuir en cinco millones de habitantes en unas décadas y no porque
aumente la mortalidad sino porque disminuyan los nacimientos.
Frecuentemente
se oyen proyectos tan alarmantes como el plan "Prepara" que establecerá que los
parados que vivan bajo el mismo techo que sus ascendientes directos dependan
del computo de ingresos de la unidad familiar y no de su situación individual.
Es decir, que los jóvenes vivan a costa de los viejos en vez de los viejos a
costa de los jóvenes. Recientemente, la ministra de Empleo comentó que los
ingresos de la unidad familiar se valoraban solo "hacia abajo" y debieran
valorarse "hacia arriba", teniendo en cuenta los ingresos de "los viejos",
ingresos que ya se están completando con el fondo de reserva creado en otros
tiempos y con las cotizaciones de quienes permanecen activos a pesar de las
circunstancias. Es preocupante que se consideren estas propuestas seriamente ya
que evidencian el suelo profundo de una crisis más allá de la precariedad del
momento.
Resulta que se
ve más aconsejable que los españoles rebajen indirectamente sus pensiones por
el procedimiento de compartirlas con la manutención de sus descendientes, no
solo porque estos descendientes tienen falta de empleo sino porque, además, son
cada vez menos. No es ajeno a esta situación el descuido de la política de
protección a la familia, a su misión de continuadora de la especie y a sus
valores de solidaridad que no deben ser consecuencia de compartir subsidios con
sus descendientes sino de su impulso
para la educación y la productividad de sus hijos. La decadencia de la
demografía es el síntoma de una enfermedad degenerativa que afecta a nuestra
sociedad y que se ha disimulado, en parte, con las aportaciones laborales de la
emigración pero que acentúa su gravedad cuando las circunstancias económicas
hacen disminuir el flujo migratorio. La familia no es solo una distribuidora-receptora
de subvenciones cada vez más difíciles de mantener sino la célula promotora del
equilibrio natural de la población. Solo la ceguera del mal llamado progresismo
explica no comprender que el mandato bíblico de "creced y multiplicaos" no es
una norma moral sino el principio básico para que sea sostenible una política
social progresiva. La familia no es una institución mortecina que se reparte
los residuos y reservas del pasado, sino la clave del futuro de un pueblo con
vitalidad y fuerza de trabajo.
Ex diputado y ex senador
Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
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