Razones para estar muy preocupados
lunes 03 de diciembre de 2012, 07:53h
¿Es inevitable asumir y aceptar un gran retroceso en las conquistas
sociales y un desmantelamiento del Estado del Bienestar? ¿Se puede, se debe
hacer algo para evitarlo? ¿Es posible hacerlo sin un gran Pacto de Estado? Sin
ánimo de ser exhaustivo, aquí van algunas razones que deberían hacer meditar a
los políticos y a los ciudadanos ante una situación cada día más grave.
1.- El incumplimiento del Gobierno de actualizar las pensiones es
un golpe bajo a millones de ciudadanos, un riesgo para su subsistencia y
aumenta las diferencias sociales. Podían haber congelado las pensiones más
altas y elevar las más bajas, pero han optado por lo más fácil.
2.- También se ha perdido una gran oportunidad en afrontar en serio el
gravísimo problema de los desahucios. Sólo 120.000 familias podrán tener
un alivio a su situación. Otro medio millón, tal vez más, seguirán instaladas
en la desesperación.
3.-La Justicia ya no es ni siquiera la última garantía de los
derechos humanos. Las tasas de Gallardón son una barrera para la tutela
judicial efectiva. El ministro ha pasado de ser uno de los más valorados a
pasar al penúltimo, sólo por delante del de Educación. El Gobierno debería
reflexionar y dar marcha atrás.
4.- La creación de empleo no es una prioridad para nadie. Las
Cajas de Ahorro intervenidas tendrán que despedir a decenas de miles de
empleados. Las Administraciones públicas también tendrán que reducir
severamente sus plantillas. Huelgas como las de Iberia o Paradores van a
provocar una caída de ingresos muy severa en el sector. Y más despidos.
5.- Peligra el consumo. La pérdida de la paga extraordinaria de
los funcionarios va a tener gravísimas consecuencias sobre los comercios,
porque la campaña de Navidad y reyes supone por encima del 25 por ciento de las
ventas anuales. En algunas empresas como Iberia o Globalia se están planteando
recortes salariales de hasta el 25 por ciento. Menos dinero en casa, menos
consumo, más cierres., menos trabajo.
6.- Los discapacitados y los dependientes son otros dos
colectivos discriminados negativamente con implicaciones personales y familiares
de enorme calado.
7.- Nueve autonomías aplican a rajatabla la medida de excluir a los inmigrantes
sin papeles de la sanidad pública, un riesgo serio de absoluta exclusión social
para quienes no sólo no tienen trabajo sino ni siquiera la atención sanitaria
básica.
8.- La sanidad pública está en el centro del debate, mientras
aumentan las listas de espera y las comunidades autónomas no parecen capaces de
hacer frente al gasto sanitario.
9.- La educación sigue siendo un problema de enorme gravedad y no
hay una apuesta uniforme por mejorarla. Sin invertir en capital humano y con un
fracaso escolar de un 30 por ciento, no hay futuro.
10.- Se está dejando de invertir en I+D+i y nos convertiremos en
un país absolutamente dependiente y tecnológicamente subdesarrollado.
La crisis no se puede cebar con los más vulnerables. Y los políticos,
cada vez peor valorados, de espaldas a la sociedad, incapaces de pactar y sin
explicar claramente a los ciudadanos lo que hacen.