El
Gobierno ha procedido por la vía de los hechos consumados a introducir una
morato4ria en la última 'gallardonada': la más que polémica ley de tasas que
acaba con el principio de justicia en un Estado social, democrático y de
derecho. Hacienda no ha publicado la orden que regula el cobro de las tasas,
así como los impresos necesarios, en una moratoria a lo silencioso para paliar
defectos técnicos de la ley de Gallardón. Mientras tanto, los juristas se ponen
de acuerdo: esta 'gallardonada' es claramente inconstitucional.
El
miércoles, 21 de noviembre, el mismo día que el BOE publicaba la más que
polémica ley de tasas del aún ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, una
jurista como Concepción Trabado alertaba de la inconstitucionalidad de esa
'gallardonada'. Este jueves, partidos políticos, sindicatos y organizaciones
sociales y judiciales han insistido en esa idea y han anunciado que llevarán la
ley de Gallardón al Tribunal Constitucional.
También
hemos sabido que Gallardón ha creado graves tensiones dentro del Gobierno,
tanto que el subsecretario de Justicia, Juan Bravo, ha explicado este jueves que
la liquidación de las nuevas tasas no se puede practicar todavía y que, contra
el criterio de Gallardón, no se practicará hasta que el Ministerio de Hacienda
y Administraciones Públicas publique, "en las próximas semanas", una
orden que regule el procedimiento y los impresos de autoliquidación. Resulta
que la precipitación de la 'gallardonada' ha cogido por sorpresa a todos,
incluido al resto del Gobierno de Mariano Rajoy.
Opus inconstitucional
Gallardón
ha conseguido lo que parecía imposible: acabar con el concepto de justicia en
un Estado democrático moderno y ponerse en su contra a prácticamente todas las
sensibilidades e ideologías: partidos y sindicatos, asociaciones profesionales
de magistrados y de abogados, juristas en general... Se han anunciado no menos de
media docena de denuncias ante el Tribunal Constitucional: "la 'obra' de
Gallardón es claramente inconstitucional", dicen desde el PSOE a los
sindicatos, pasando por Jueces para la Democracia (JpD).
Incluso,
desde la candidatura de Monserrat Suárez Abad a la Junta de Gobierno del
Colegio de abogados de Madrid -cuyas elecciones se celebrarán el próximo 18 de
diciembre- se ha anunciado ya que de salir elegida se procederá a recurrir la
Ley de tasas ante el Tribunal Constitucional. Y ello por cuanto impide el
acceso a la Justicia (derecho fundamental reconocido en nuestra Constitución),
y por cuanto la idea misma de la tasa implica el deber del ciudadano de pagar
la mala administración de justicia que "padece" España.
Gallardón
"promociona violencias episódicas"
La
valoración más absolutamente negativa ha sido, sin embargo, la de Jueces para
la Democracia, que ha emitido una nota en la que lo más suave que dice es que
l,a 'obra' de Gallardón "agudiza la violencia estructural y promociona
violencias episódicas". La nota no tiene desperdicio y se la ofrecemos de
forma íntegra:
El día
21 de octubre se ha publicado la Ley de Tasas; la propuesta, tramitación,
aprobación y publicación de esta ley ha supuesto uno de los episodios más
sombríos en la moderna historia de la justicia en España. En plena crisis
económica, cuando la necesidad de tutela judicial es mayor, el ministro de
justicia impulsa con carácter de urgencia una ley destinada a encarecer el
acceso de los ciudadanos a la práctica totalidad de procedimientos judiciales
tanto en primera instancia como en instancias superiores.
El
problema no sólo es cuantitativo, de encarecimiento del acceso a procesos
civiles, administrativos o laborales, sino también cualitativo ya que obedece a
un modelo de justicia en el que prima el afán recaudatorio, el deseo de
disuadir el uso de los procesos y de los recursos, modelo que dista mucho de lo
que debe ser la administración de justicia en un estado social de derecho.
La
introducción de estas tasas cuestiona el papel de la jurisdicción como
instrumento institucionalizado de solución pacífica de los conflictos y lo
resitúa al restringirlo, incentivando el recurso a las vías de hecho y a las
soluciones violentas. Esto es, la reforma agudiza la violencia estructural y
promociona violencias episódicas.
Esta
decisión es extremadamente grave si se aplica en un contexto de crisis
económica desbordada en el que el gobierno ha dado muestras de incapacidad
manifiesta para afrontarla en clave de respeto a derechos fundamentales de las
personas tales como el derecho al trabajo, el derecho a la vivienda, el derecho
a la educación, a la sanidad, a un salario digno.
La
nueva normativa convierte en irreversible la posibilidad de solicitar que los
tribunales puedan tutelar correctamente esos derechos, de ahí que instituciones
públicas como el defensor del pueblo, colectivos profesionales, partidos
políticos y asociaciones de usuarios se hayan plantado la posible
inconstitucionalidad de la norma entendiendo que no ha sido suficiente la
presión social durante la tramitación de la Ley, es necesario agotar los
instrumentos legales para evitar o cuando menos paliar los efectos nefastos de
la norma.
Jueces
para la Democracia desde que en febrero de 2011 el Ministro anunció la
introducción de tasas, se ha opuesto firmemente a la reforma y, de nuevo,
haciéndonos eco del malestar de la práctica totalidad de la judicatura, hemos
de poner de manifiesto el rechazo al contenido de la norma, al modo en el que
se ha tramitado y a las consecuencias que tiene para el sistema de garantías de
las personas. No en vano el precipitado anuncio de una moratoria de su entrada
en vigor es un reflejo más de las deficiencias formales y materiales de la Ley
observadas tanto en su contenido, como en la gestión de su tramitación y
entrada en vigor.
El
consenso social, político y profesional que ha suscitado el rechazo de la norma
es síntoma claro de la gravedad de la situación y la gravedad del contexto en
el que se aprueba.
Jueces
para la Democracia se compromete a realizar un seguimiento al detalle de los
efectos de las nuevas disposiciones en los derechos fundamentales, en el
derecho al acceso a la justicia en las condiciones que exige la Constitución y
se compromete a agotar las vías en derecho posibles para evitar los efectos
perniciosos de la ley, recordando que el artículo 9.2 de la Constitución exige
a los poderes públicos y, por lo tanto, a los jueces, promover las condiciones
y remover los obstáculos para que la libertad y la igualdad sean reales y
efectivos.
Rubalcaba ataca en el facebook
Hasta el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se ha lanzado contra el aún ministro de Justicia, olvidando, eso sí, que fue el Gobierno de Zapatero -del que él mismo formó parte- quien introdujo las primeras tasas judiciales. Esto es lo que Rubalcaba ha escrito en su facebook:
"La Ley de Tasas
Judiciales que acaba de aprobar el PP es un retroceso más en nuestro sistema de
derechos y libertades. Una vez más, el PP utiliza la crisis como coartada para
imponer un cambio muy profundo y cargado de ideología. La derecha española nunca
se había atrevido a tanto, y ahora lo hace escudándose tras argumentos
económicos falsos. En el fondo, de lo que se trata es de establecer dos tipos
de ciudadanos: los que tienen dinero y pueden hacer efectivo su derecho a la
salud, a la educación, y ahora a la justicia, por un lado; y, por otro, los que
carecen de medios y, como ciudadanos de segunda categoría, tienen restringidos
sus derechos. La Ley de Tasas Judiciales es otra vuelta de tuerca en una
involución que afecta a la esencia misma de nuestra democracia, y por ello los
socialistas vamos a recurrirla ante el Tribunal Constitucional".
LEA TAMBIÉN:
>> Los
españoles, sin otro derecho constitucional
>> Lea íntegro el artículo de Concepción Trabado
>> Lea la ley de tasas de Ruiz-Gallardón
>> Lea el informe anti-ley de tasas del Consejo General del Poder Judicial