lunes 19 de noviembre de 2012, 13:25h
Recta final de campaña, espadas en alto y discursos
afiliados. Posicionamientos claros, definidos y escorados. Búsqueda del enemigo
para realzar el propio discurso y afianzar el mensaje empobreciendo del rival,
del contrario. Todo para el pueblo, creyendo saber lo que necesitan , pero sin
soluciones más allá de un asunto que lo empapa todo; la independencia.
A falta de tan sólo 7 días para las
elecciones en Cataluña, la televisión pública catalana(TV3) ofreció el debate
de los principales candidatos a la Generalitat. Invitados, el presidente de la
Generalitat en funciones y candidato de CiU a la reelección, Artur Mas; el
candidato del PSC, Pere Navarro; la representante del PP Alicia Sánchez
Camacho; Joan Herrera (ICV-EUiA); el candidato Oriol Junqueras (ERC); Albert
Rivera (C's) y por último Alfons López Tena (SI).Un ejercicio más de
'autentica' democracia, sólo los siete principales candidatos. Mientras que no
fueron invitados partidos como UpyD o CUP, aunque mediante sus páginas web
realizaron un streaming paralelo.
Por cierto que el debate electoral
acaparó el interés de la audiencia
catalana: el programa de TV-3 al que acudieron los candidatos a la presidencia
de la Generalitat, moderado por el periodista Ramon Pellicer, lideró el día con
853.000 telespectadores y un 25,6% de cuota de pantalla.
El debate paralelo, el que queda, el que
se suscita entre los electores
interesados en el tema , entre los que ven más allá. Un primer pulso que se
situó en las redes sociales que echaban humo hablando de las jugadas, la
escenografía, los turnos de palabras, las reflexiones verbalizadas y todo
aquello que no se decía. La mayoría de los comentarios se referían al candidato
del PSC y alcalde de Terrassa, Pere Navarro, respecto al hecho de que pese a su
presencia en el plató brillaba por su ausencia en el discurso y su incapacidad
de transmitir cualquier tipo de particularidad. Pasando al otro extremo, el
candidato menos comentado en las redes sociales fue el presidente en funciones,
Artur Mas. Pese a ser el que más ejercía el peso de la responsabilidad en el
discurso, mantuvo la compostura propia de un lenguaje claro y definido, e
incluso ni se inmutó cuando el señor López Tena le preguntó sobre la definición
de Estado propio y la ambigüedad del término.
Por su lado, la representante del PP, Alicia
Sánchez Camacho actuó ofreciendo un discurso firme con el respaldo, para bien o
para mal, del partido que gobierna en el resto del Estado, ofreciendo su
alternativa como la más provechosa para llevarse bien con el resto de España.
Analizados los tres candidatos con más
posibilidades según las encuestas, vayamos con los 4 que suponen una
alternativa a la continuidad de los que siempre gobernaron. Joan Herrera se
convirtió en el aliado del Estado del bienestar, de los derechos sociales, de
la lucha contra los recortes, intentando hacerse con el sitio más socialista
posible, dejando el federalismo para el PSOE. Un federalismo que, por otro
lado, no sabemos si es el mensaje que más cala en el electorado catalán.
Oriol Junqueras, cuya imagen ha sido de lo
más comentado en Twitter, anoche se convirtió en un emisario de una pequeña CIU
que le ha quitado el mensaje más claro: el camino hacia la independencia.
Aunque quizá sería más correcto hablar de camino hacia el Estado Propio,
utilizando el término que emplea el señor Más. El candidato Albert Ribera se
empeñó en destacar un asunto que ha calado muy firmemente en el electorado: la
transparencia. Ofreció la posibilidad a los espectadores de ver en la web de su
partido las cuentas y partidas presupuestarias de su formación, denunció las
condonaciones a los grandes partidos y mantuvo que su alternativa es la más
limpia en este sentido. Y por último, el radicalismo escorado a la izquierda de
las pantallas en postura de formación jacobina, el señor López Tena quien no
pudo situarse más al extremo por dimensiones físicas del plató. El
representante de SI acusó a Más de no ser claro, y propuso por su lado, una
Cataluña sin la compañía de España como única vía posible, convirtiendo esta
opción en un milagro de ingeniería moderna y economía aplicada. Gracia tuvo el hecho de la No definición en Wikipedia del
término Estado Propio. Fue el que menos habló, pero también el que menos
representa.
En los discursos finales lo más comentado fue
que Alicia Sánchez Camacho fue la única que utilizó el bilingüismo para pedir
el voto para su formación. En las redes sociales le pedían que también lo
hiciera en alemán por si Merkel estaba pendiente. Y es posible porque el debate
de anoche fue TrendingTopic mundial, teniendo dos twits por cada segundo de
programa.
Entre la moderación de algunos, la limpieza de otros, el
robo como arma electoral, el federalismo y el Estado propio ayer no fue el
debate de los catalanes, fue el debate de los candidatos. Unos candidatos
incapaces de encontrarse y que convirtieron la noche de ayer en un escaparate
capaz de convertir a Cataluña en una realidad irreal, sin hablar de los
problemas reales que se viven en el día a día de esos más de siete millones y
medio de catalanes.
Por cierto, el mismo día del debate cuatro sondeos
publicados sobre las elecciones autonómicas catalanas coinciden en que
Convergencia i Unión (CiU) no logrará una mayoría absoluta, con el telón de
fondo de la apuesta nacionalista para celebrar una consulta por la
independencia .El País, El Mundo, ABC y el periódico catalán La Vanguardia
publican en sus páginas sondeos que otorgan a CiU entre 60 y 64 escaños
(actualmente tiene 62), lejos de los 68 que supondría la mayoría absoluta. No
son malas noticias para CIU, pues posiblemente estas encuestas alentarán a su
electorado indeciso.
Debate planteado, ideas expuestas, soluciones
y entendimiento como gran ausente, la carne ya está en el asador. Ya lunes de
fin de semana electoral con EL Mundo avivando posibles corruptelas de
convergencia. No sé si algún catalán con
posibilidad de voto quedó contento anoche o tiene más claro su posición. Ya nos
hemos despertado valorando más las encuestas que Mas no da importancia pero sí
advierte de que sin esa tan ansiada, pretendida y necesaria mayoría absoluta,
no sería posible el camino hacia la soberanía. Las encuestas han deslumbrado el
debate, y ahora vuelta empezar.