Acojonados y acojonadores
viernes 16 de noviembre de 2012, 10:45h
Comprendo
al futbolista Markel Susaeta al
haber manifestado su orgullo por representar "una cosa", evitando así decir el
nombre de España. Lo entiendo porque, una vez acabado el encuentro con Panamá,
ha tenido que volver a su entorno abertzale,
el cual, de haberse expresado de otra manera, le habría hecho la vida
imposible.
En
mucha menor medida, el internacional Xavi
Hernández recibió un montón de críticas de los nacionalistas catalanes por
su espontáneo "¡Viva España!" tras el campeonato de Europa de 2008.
Escarmentado, el jugador no ha vuelto a cometer jamás tamaña imprudencia.
Debido
a estos riesgos, resulta difícil que los personajes públicos españoles se
pronuncien sobre cuestiones ideológicas, a diferencia de lo que sucede en otros
países.
En
todo caso, el personal suele someterse aquí al dictado del último acojonador de turno, como le sucedió al
jugador del Athletic Fernando Llorente,
que hubo de firmar a su pesar el manifiesto en pro de una selección para Euskal
Herría cuando él ni siquiera es vasco. Aunque eso, ya ven, no le ha evitado la
ira de parte de la afición bilbaína.
Se
entiende, pues, que vivamos en un estado general de miedo o de estupor ante el
matonismo ideológico imperante, del signo que sea. Muy pocos se atreven a enfrentarse
a él, exhibiendo sin pudor sus ideas, aunque sean tan contrapuestas como las de
Willy Toledo y Arturo Pérez Reverte, por poner dos ejemplos distintos del mundo de
la cultura.
Lo
general, insisto, es lo otro: plegarse al ambiente, para no meterse en líos, o ejecutar
bellos ejercicios de ambigüedad, como el de Gerard Piqué al obligarle a elegir un entrevistador entre España y
Cataluña.
Así,
una vez y otra.
Diplomado en la Universidad de Stanford, lleva escribiendo casi cuarenta años. Sus artículos han aparecido en la mayor parte de los diarios españoles, en la revista italiana Terzo Mondo y en el periódico Noticias del Mundo de Nueva York.
Entre otros cargos, ha sido director de El Periódico de Barcelona, El Adelanto de Salamanca, y la edición de ABC en la Comunidad Valenciana, así como director general de publicaciones del Grupo Zeta y asesor de varias empresas de comunicación.
En los últimos años, ha alternado sus colaboraciones en prensa, radio y televisión con la literatura, habiendo obtenido varios premios en ambas labores, entre ellos el nacional de periodismo gastronómico Álvaro Cunqueiro (2004), el de Novela Corta Ategua (2005) y el de periodismo social de la Comunidad Valenciana, Convivir (2006).
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