La XXII Cumbre Iberoamericana arrancará este jueves en Cádiz con el objetivo
principal de que los líderes de América Latina, España, Andorra y
Portugal analicen la situación económica mundial y busquen de forma
conjunta salidas a la crisis.
La cita, que España acoge por primera vez desde 2005, aspira a dar un
nuevo impulso a este foro, creado a iniciativa de España y México en
1991, y que ha ido perdiendo interés entre sus miembros, como refleja el
alto nivel de ausencias registrado en algunas de sus últimas ediciones.
En esta ocasión, faltarán a la cita los presidentes de Cuba,
Raúl
Castro -que nunca ha acudido a estas reuniones-; Venezuela,
Hugo
Chávez; Argentina,
Cristina Fernández de Kirchner, y Uruguay,
José
Mujica -ambos alegan motivos de salud- Guatemala,
Otto Pérez-Molina,
por el reciente terremoto que ha afectado a su país, y Paraguay,
Federico Franco, que se autoexcluyó por el conflicto que mantiene con
sus vecinos sudamericanos, que no reconocen como legítimo su Ejecutivo
tras la destitución de
Fernando Lugo.
Paraguay será el único país que no tendrá ningún representante en
la cumbre, ya que el resto de líderes enviará a altos cargos de su
Gobierno. Argentina y Venezuela estarán representados por sus
vicepresidentes,
Amado Boudou y
Nicolás Maduro, respectivamente,
mientras que Cuba delegará al menos en su canciller,
Bruno Rodríguez, al
igual que Guatemala y Uruguay.
El análisis de la situación económica mundial, con una particular
atención a las crisis de deudas soberanas en la 'eurozona', y las
maneras de afrontar esta situación de manera conjunta será uno de los
temas centrales en las conversaciones entre los líderes.
No en vano España es el segundo inversor en América Latina, cuyas
exportaciones también se ven afectadas por la crisis en la 'eurozona',
como le ocurre a otras economías del planeta.
El Gobierno español subraya la oportunidad que supondrá la reunión
de Cádiz para ofrecer de primera mano y sin intermediarios una "visión
real y realista" de la crisis que atraviesa España y Europa, avanzan
fuentes del Ejecutivo.
El Gobierno de Rajoy defenderá ante sus colegas que la crisis de
deuda soberana que atraviesa la 'eurozona', y que preocupa al resto de
la economía mundial, no se solucionará solo con programas de austeridad,
sino que también se necesitan iniciativas para impulsar el crecimiento y
una apuesta por compras decididas de deuda soberana.
España aspira así a que la Cumbre apueste por el modelo
'anglosajón' de salida de la crisis, frente a la austeridad estricta que
defiende Alemania, recelosa de que los poderes públicos intervengan en
los mercados de deuda soberana.
Cuatro países iberoamericanos (Argentina, Brasil, España y México)
forman parte del G-20, el foro que reúne a las principales economías
industrializadas y emergentes, por lo que la cumbre de Cádiz supone una
oportunidad para intentar concertar posiciones en este foro, pero
también en otros como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La cumbre de Cádiz también permitirá que América Latina,
necesitada de grandes infraestructuras, analice posibilidades de
cooperación en este ámbito con España, cuyas empresas son líderes en
este sector.
España también aprovechará la cita de Cádiz para buscar el
compromiso de sus socios de que respaldarán su candidatura a ingresar
como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU en el
bienio 2015-2016, a cambio de apoyar otras candidaturas de sus aliados
iberoamericanos.
Hacia las cumbres bienales En Cádiz los líderes iberoamericanos abrirán un proceso de
reflexión sobre la conveniencia de convertir en bienales las cumbres que
desde 1991 vienen celebrando con periodicidad anual.
La idea de pasar a reunirse una vez cada dos años está "muy
extendida" a día de hoy entre los 22 países que conforman la Comunidad
Iberoamericana de Naciones, según reconoce el secretario general
iberoamericano,
Enrique Iglesias.
Con esta medida se pretende evitar el solapamiento con las cumbres
entre la UE, América Latina y el Caribe, que se celebran una vez cada
dos años y que en muchas ocasiones abordan temas complementarios. Si la
propuesta sale adelante estas cumbres se alternarían con las
iberoamericanas.
La decisión sobre modificar o no la periodicidad de estas cumbres
no se adoptará en Cádiz, sino que se dejará para la próxima cita en
Panamá en 2013, informan diplomáticas.
Lo que se espera acordar en Cádiz es la creación de un grupo de
reflexión que se encargará de presentar propuestas para renovar el
sistema de las Cumbres Iberoamericanas de cara a la cita de Panamá. Se
propondrá presidirlo al expresidente chileno Ricardo Lagos.
Nuevas iniciativasSe espera que en la Cumbre de Cádiz los líderes iberoamericanos
aprueben algunas iniciativas nuevas de cooperación, como el lanzamiento
de un sistema de investigación y cooperación policial en seguridad
ciudadana, que permitirá el intercambio de información en la materia
entre los países, como el cruce de datos sobre delincuentes en búsqueda y
captura.
España aspira también a acordar con el resto de sus socios un
compromiso para facilitar el intercambio de profesionales cualificados
entre los países iberoamericanos, lo que debería cristalizar en un
futuro en la agilización de visados, entre otras facilidades.
También se pretende adoptar una Carta iberoamericana de las pymes,
un primer paso para facilitar la instalación de pymes en otros países
de la Comunidad Iberoamericana.
Los líderes prevén asimismo dar su respaldo a una nueva
herramienta iberoamericana para la solución de conflictos entre
empresas, el Centro Iberoamericano de Arbitraje Internacional al que ya
se han adherido 40 instituciones de diversos países, entre colegios de
abogados, patronales y cámaras de comercio.
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