Malos tiempos para la crítica
lunes 12 de noviembre de 2012, 21:58h
Ea, pues ya estamos en la segunda huelga general que se le convoca al
Gobierno del PP antes de que se cumpla un año de las elecciones del
20-N. Todo un récors teniendo en cuenta que Zapatero se fue de
rositas pese a ser el culpable máximo de la actual situación. La
anterior fue pocos días antes de que se celebraran las elecciones
andaluzas y ya, entonces, Andalucía superaba el millón de parados. Ahora
nos acercamos al millón y medio con una tasa superor al treinta por
ciento. Y para solucionarlo, el Gobierno andaluz apoya la huelga y Pepe Griñán (la
gran esperanza del socialismo hispano) plantea un nuevo acuerdo de
concertación con sindicatos y patronal por el cual seguiremos
subvencionando publicamente con millones de euros a las llamadas fuerzas
sociales. Si el anterior acuerdo (creo que era el VIII), firmado a
principios de 2010, no ha conseguido crear ni un sólo puesto de trabajo,
ya me dirán cuáles son las expectativas que tiene Griñán para combatir
el paro. No me extraña que el Parlamento andaluz, a propuesta de IULV-CA
y avalado por el PSOE, eche el cierre ese día. Al fin y al cabo, van a
ser los únicos ¿trabajadores? a los que no les cueste ni un duro
secundar la huelga general.
Pero vayamos a la rabiosa actualidad.
Lo sé, me van a llamar demagogo, pero voy a exponerle unas cifras
reales que después esgrimirán los sindicatos convocantes de la huelga
para lanzar al vuelo las campanas del éxito de su convocatoria. En
España, de los 38.420.300 habitantes con más de 16 años, la denominada
población activa es de 23.098.400 personas. De ellas, 17.320.300 se
encuentra ocupada y 5.778.000 están en el paro. Es decir, uno de cada
cuatro trabajadores no tiene trabajo. Si a estos casi seis milones, que
no tienen más remedio que secundar la huelga general, les sumamos que un
treinta por ciento de los currantes de las grandes ciudades se ve
obligado a utilizar el transporte público para acudir a su empleo, y ese
día no tendrán medio de locomoción, la cifra de los que se verán
obligados a hacer huelga podría ascender a unos ocho millones. A ellos
hay que añadirle los que cerrarán obligados por la coacción de los
eufemísticos "piquetes informativos" o simplemente por miedo para
evitarse conflictos. Total, que entre unos y otros, unos diez millones
de trabajadores españoles (casi la mitad de toda la población activa)
secundarán obligatoriamente la huelga convocada por Méndez y Toxo.
Con que los convencidos de las pancartas sean solo dos millones (menos
del veinte por ciento del conjunto total de los trabajadores), está más
que comprobado que la huelga general va a ser todo un éxito. Faltaría
más. Diga lo que diga el Gobierno de Rajoy, el éxito de la
convocatoria está más que asegurado de antemano. Que conste que creo que
hay motivos más que suficientes para echarse a la calle y protestar,
pero si es verdad que los españoles estamos hartos de los políticos que
nos gobiernan y de sus privilegios, no lo es menos que somos también
muchos los que estamos hasta la coronilla de los llamados sindicatos de
clase cuyos dirigentes viven, y bastante bien por lo que se ve, de los
impuestos de todos.
¡Todos a la huelga! ¿O es a la juerga? Uno
no sabe ya a qué carta quedarse. El presidente de la asociación de la
Prensa de Sevilla, Rafael Rodríguez nos ha convocado a todos los
plumillas asociados de la capital de Andalucía para que vayamos juntos a
sumarnos a la manifestación encabezada por CC.OO.. UGT. IULV-CA, el
PSOE y el Gobierno de su aigo Pepe Griñán el 14-N. Estupendo.
Llevaremos una pancarta que diga algo así como "malos tiempos para la
crítica" en esta dictadura del pensamiento único que cada día nos invade
y nos humilla. Una pancarta y una careta con la máscara de la tragedia
griega y la boca tachada con un aspa. Los cientos de periodistas parados
que conformamos el colectivo podremos gritar el "no nos callarán"
aunque las empresas, con las protestas tímidas de la APS y el silencio
complice del Gobierno pseudoprogresista de Griñán y Valderas,
ya se han encargado de mandarnos a la gran mayoría a la cola del INEM
con 50, 30, 20 o ningún día de indemnización, que de todo hay en la viña
del señor, cambiándonos como cromos por profesionales recien salidos de
las aulas universitarias que les cuestan bastante menos de mil euros al
mes. Mano de obra barata y sin complicaciones. Todo ello con el
consentimiento de "compañeros" que han preferido cerrar los ojos o mirar
para otro lado con tal de salvar el culo.
Primero fue Vocento
(ABC y Punto Radio), después Unidad Editorial (El Mundo), la COPE,
Planeta (Onda Cero y Antena 3), Mediaset (Tele 5), Prisa (El País, la
SER), El Correo de Andalucía, Canal Sur y ahora le toca el turno al
Grupo Joly. Aquí no se salva ni Dios. A estas alturas de la crisis mas
de la mitad de los socios de la Asociación de la Prensa de Sevilla está o
prejubilada o en el paro sin que nadie, y menos aún la clase política,
haya movido un dedo por atajar la sangría de profesionalidad que se ha
ido perdiendo por las cloacas de la especulación. Ahora, casi los únicos
periodistas que quedan en ejercicio se han reconvertido en funcionarios
al servicio de la Junta de Andalucía, de algunos ayuntamientos
gobernados por el PP o de los partidos políticos. Son, logicamente, (no
están las cosas como para disentir y perder el empleo) la voz de su amo.
Y la objetividad y la independencia, claves para el ejercicio libre de
la profesión, se han quedado guardadas en el armario en espera de
mejores tiempos. Es lo que hay. Lo dicho, malos tiempos para la crítica.