Candidato huérfano y huérfanos de candidatos
miércoles 07 de noviembre de 2012, 21:56h
Sus enemigos podrán decir lo que quieran, pero es indudable
que Pepe Griñán lo está bordando en lo que se refiere a su estrategia
dentro del partido socialista. Pasito a pasito, como quien no quiere la cosa y
ayudado por las difíciles circunstancias que les rodean, está masacrando uno a
uno a todos los que le han hecho o le hacen sombra y se erige en estos momentos
como el único líder del PSOE capaz de hacerse respetar en los cenáculos
políticos madrileños. Apartados de la circulación sus dos principales escollos
en Andalucía, Manuel Chaves y Gaspar Zarrías, sus siguientes
miras están en Madrid. Ni Alfredo Pérez Rubalcaba, ni Carmen
Chacón, ni Elena Valenciano, ni Soraya Rodríguez, ni Tomás
Gómez ni Eduardo Madina y mucho menos los dos Pachis, López
y Vázquez, derrotados estrepitosamente en Euskadi y Galicia, le
hacen ahora mismo sombra al presidente de la Junta de Andalucía que gana cada
día más enteros para heredar la secretaría general del primer partido de la
oposición. "El problema del PSOE -acaba de decir en la capital de España-
no es un problema de ideas, sino de personas"- Aviso a navegantes, quien
quiera entender, que entienda. Estoy convencido de que Griñan no será el
candidato socialista a la Presidencia del Gobierno en las hipotéticas
elecciones generales del 2015. De momento. Solo de momento. Él mismo lo acaba
de asegurar en una entrevista publicada el pasado fin de semana por un
importante grupo de comunicación andaluz que le baila el agua para tratar de
salvar la quiebra. Pero esta negativa y su deseo de volver a optar a la
Presidencia de la Junta de Andalucía en los comicios autonómicos del 2016, no
es sino otra de sus muy meditadas jugadas estratégicas para evitar que surjan
voces discrepantes y nuevos aspirantes que pudieran entorpecer su carrera hacia
la cúpula del socialismo hispano. Habrá que estar atento a sus próximos
movimientos en el tablero de ajedrez del PSOE, sobre todo tras las próximas
elecciones catalanas donde, presumiblemente, se volverá a repetir la debacle
que ponga a Rubalcaba al pie de los caballos.
El único problema que tiene Pepe Griñán en estos momentos, además de su
nefasta gestión al frente de la Junta, la cada día más complicada investigación
de los EREs fraudulentos y su complicada alianza de Gobierno con IULV-CA, es
que es un candidato huérfano, es decir, que se ha ido cepillando de un
plumazo a casi todas las cabezas bien amuebladas del PSOE andaluz para rodearse
de personajes mediocres (Susana Díaz, Mario Jiménez) que
le bailen el agua y no cuestionen ninguna de sus decisiones. Esos apoyos, ahora
mismo fieles, pueden trocársele en submarinos peligrosos si cambian las tornas
y Ferraz decide contratacar. Son muchos los que esperan agazapados que Griñán
sea llamado por el nuevo juez de los EREs o que salgan algunos documentos
comprometedores, que posiblemente los haya, sobre su actividad como consejero
de Economía durante el último Gobierno de Manuel Chaves. Que sea Amparo
Rubiales la única histórica del PSOE-A en su Ejecutiva y con el cargo
ornamental de presidenta, da una somera de lo que se ha convertido la primera y
más importante de las federaciones socialistas de España.
Y si Griñán es de momento un candidato huérfano de apoyos, en la cera de
enfrente ocurre todo lo contrario. Se encuentran huérfanos de candidatos. Tras
la huída descontrolada de Javier Arenas, el PP andaluz continua si
encontrar ese relevo que tanto necesitan para hacerle frente al todopoderoso
PSOE. Su presidente, Juan Ignacio Zoido, está más preocupado de solucionar
las carencias de la ciudad que gobierna, Sevilla, que de relanzar un partido
que aún no ha sabido superar el trauma que le provocaron los resultados del
15-M. La renovación hecha en la Ejecutiva del PP-A en el Congreso de Granada y
el aclarado de cuentas y favores de su anterior líder debería de dar paso,
cuanto antes, a una nueva estrategia de oposición más dura y eficaz que pusiera
sobre la mesa las numerosas carencias del Gobierno bipartito que dirige Griñán
y su inactividad total que está sumiendo a Andalucía en un erial. Tanto a Zoido
como a su secretario general, José Luis Sanz, les queda un duro trabajo
que llevar a cabo mirando menos el ombligo del partido y más a las necesidades
urgentes de los andaluces. Para buscar al candidato que los lidere en las
próximas elecciones andaluzas y acabar con la actual horfandad aún queda el
suficiente tiempo. De aquí hasta el 2016 puede incluso que se haya superado la
crisis y nada sea igual. Además, como decía, El Guerra (Rafael el
torero, no Alfonso), remedando a Charles-Maurice Talleyrand,
"lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible