sábado 27 de octubre de 2012, 14:54h
Decía una antigua estrofa de "Els segadors": Amb la sang
dels Castellá, farem tinta vermella". Se cambió, claro. Hasta la llegada de la
democracia a España, Cataluña, como el resto del país, estaba ocupado por los
ejércitos franquistas y herederos del general Franco. Eso también cambió,
claro. Bueno, pues tal parece que algunos necios, de uno y otro lado, se han
conjurado para que las aguas remonten su cauce.
Seguro que los viejos militares retirados que, a través de
una nota oficial de la Asociación de Militares Españoles (AME), se manifestaron
en cuanto se supo de las intenciones de Artur Mas. Están ahora henchidos de
gozo. Por lo menos estará henchido su ego, al ver la resonancia que tuvieron
sus palabras. Decían, en resumen, que, Constitución " en su" mano, los
ejércitos debían intervenir en Cataluña si intentaban independizarse. Y no
solamente eso, sino que sus promotores debían ser juzgados por tribunales
militares y quienes actuaban por omisión, también. Se quedaron tan anchos.
Claro que " los del otro lado" no se anduvieron con
chiquitas. Varios eurodiputados catalanes piden amparo a la UE para que exija que
Vidal Cuadras se retracte de unas declaraciones en las que el buen hombre decía
que había que enviar a Barcelona a un general de Brigada de la Guardia Civil
para tomar el poder y otros parlamentarios de Esquerra Republicana pedían a
Rajoy la promesa de que no se invadirá militarmente su país. Y nada menos que
el Consejero de Interior de la Generalitat insinúa que los aviones que han
volado sobre el cielo leridano - se obvia que hay una base cerca y que los
aviones siempre han pasado periódicamente por allí a más o menos altura - son
una amenaza y que así lo entenderán los ciudadanos. Y también se quedan tan
anchos.
Aquí, a mi juicio, puede aplicarse perfectamente el
principio físico de acción y reacción. Es decir, cuando se dice una estupidez
en un lado, se provoca el extremismo de algunos en el otro que también las
dicen y, en ambas vertientes, a cada cual más gorda. Además, escuchando a los
líderes políticos de CIU, por un lado, y del PP por otro, tal parece que, no sólo se ha votado, sino que han
ganado los independentistas. En el primer caso es coherente pues fue Mas quien
llevó el asunto a la palestra, pero en el otro...Y eso sin citar la idiotez del
citado "molt honorable president" sobre
una posible Catalunya independiente, en la UE y ...¡en la OTAN!. Eso sí, sin
ejército. Jesús Cuadrado, que algo sabe de la OTAN, ya le dio un repasito muy
fundado en El País hace unos días.
Se ha agudizado el anti españolismo en Cataluña y el anti
catalanismo en el resto de España y la cosa no es de ahora, pues desde Madrid,
como concepto, hace tiempo que se echa gasolina al fuego. Al plantearse la
transición a la democracia - y el propio José Bono, nada sospechoso - lo
manifestó hace poco, se llegó a la solución del Estado Autonómico, el célebre "
café para todos" porque la situación entonces y con los militares alborotados,
con nostalgia y con poder, no permitieron otra cosa. Fue una salida que debía
haber sido temporal, pero no lo fue.
Cuando se reunieron, al principio de los sesenta, en Múnich
en el llamado contubernio por los franquistas, las fuerzas de la oposición, de
derechas e izquierdas - aunque ésta última no al completo - debatían el
autogobierno del País Vasco y de Cataluña. Años más tarde, se habló de Galicia
pero, como muy bien explico el senador Anasagasti en estas mismas páginas,
jamás se pensó en el problema de autogobierno para Murcia, Extremadura o Madrid.
Incluso para marcar diferencias, en la Constitución se preveían dos artículos
para incorporarse al Estado Autonómico con diferencias de autogobierno
importantes. Andalucía consiguió la entrada por el 151 después de referéndum.
Esto podía dibujar un mapa federalista, para el futuro, cuyo
camino no se ha explorado en todo este tiempo. Y sin olvidar, como dijo el
propio ex presidente Felipe González, que los federalismos son asimétricos y
sino véanse, sirvan de ejemplo, Alemania, Reino Unido o Estados Unidos.
Más allá de lo que tiene también lo hecho por Artur Mas de
cortina de humo para disfrazar fracasos frente a la crisis - la actual
Barcelona "estelada" ya no es sede de las manifestaciones de hace semanas
- el actual ping pong de barbaridades va
a crecer conforme se acerquen las elecciones catalanas. No obstante, existen
esperanzas fundadas para que se imponga un debate sosegado que busque
soluciones, más allá de pretendidos sentimientos que unos y otros pretenden
instrumentalizar.
Resultó chocante ver
a Artur Mas haciendo una ofrenda floral a Lluis Companys, ex presidente de la
Generalitat, asesinado por el franquismo - tuve la suerte y el privilegio de
leer el sumario de su causa- quien, cuando declaró "El Estat Catalá" en 1934,
lo hizo "dentro de la Republica Federal Española". Macía ya había hablado de la
República Federal Ibérica. Los símbolos de vez en cuando hablan desde la tumba
para no ser instrumentalizados.
Pero volviendo a la actual situación de acción y reacción,
existen motivos de esperanza para que se imponga el seny en los centros de
decisión más allá de las estupideces de unos y otros que miran su interés
partidista en momentos en los que tal actitud pueda ser catalogada como
antipatriótica y deleznable, sea cual sea la bandera que se enarbole.