Cuatro
eurodiputados catalanes han enviado una carta a la eurocomisaria de Justicia,
Derechos Fundamentales y Ciudadanía,
Viviane Reding, donde se quejan de las "amenazas
militares" y el "tono que
usan el PP y el Gobierno español" ante la deriva soberanista de Cataluña.
La exageración es manifiesta, y la falacia es infame. En ningún momento se ha
planteado el conflicto catalán en términos militares y todo el que insista en
esta absurda idea está dañando seriamente la imagen democrática, no solo del
gobierno, sino del resto de España.
Algunos
han llegado a considerar una amenaza militar el vuelo ocasional de algunos
aviones de nuestras fuerzas aéreas por el territorio catalán, y eso ya es tan alucinante,
como aquellas tesis de algunos escritores vascos de siglos pasados, en las que
se afirmaba que Adán y Eva en el Paraíso Terrenal hablaban en euskera.
Seamos
serios. Olvidemos estos nacionalismos excluyentes que llegan al delirio, y
quedémonos con un nacionalismo incluyente, que no inventa amenazas militares, sino
que incluye entre otras virtudes unas dosis justas de sensatez. Ni exclusiones,
ni delirios. Más sentido común, por un lado y por otro, en una y en otra orilla.
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