Gallegos y vascos
votaron en plena tormenta económica -más atenuada en Euskadi-, en unas
elecciones anticipadas bajo la sombra de un rescate de España. En el
caso de los vascos lo hicieron además en un contexto soberanista. El
partido del Gobierno, el PP de
Mariano Rajoy, se jugaba mucho en
Galicia, nada menos que la mayoría absoluta y de alguna manera el visto
bueno a su severa política de recorte de gastos, derechos y servicios.
Por el contrario, arriesgaba menos en el País Vasco, donde su papel es
más de acompañamiento de las fuerzas constitucionalistas que de
liderazgo. El PP salvó los muebles, en definitiva, pero no así el PSOE
de
Rubalcaba, que tiene en jaque no solo su dirección, sino el
conjunto de la socialdemocracia tradicional. Un nuevo revés, previsible,
en las elecciones anticipadas de Cataluña, colocaría a los socialistas
en posición de renovarse o morir.
¿Resultado de este domingo? Mayoría absoluta del
partido del Gobierno en Galicia y cuarto puesto en Euskadi, donde ganó
el nacionalista PNV, como era de esperar, con los independentistas de
Bildu en segundo lugar y los socialistas del PSE-PSOE relegados a
tercera fuerza parlamentaria, con uno de los registros más bajos desde
1980.
El triunfo de
Alberto Núñez Feijóo en Galicia es más una victoria del candidato popular que de su partido, lo cual reconforta a corto plazo a
Mariano Rajoy,
pero también le hace ver quién es realmente el político con gancho del
PP. Más novedoso incluso que el triunfo de Feijóo, que ya tenía mayoría
absoluta, es la entrada de una cuarta fuerza política en el Parlamento
de Galicia: la que lidera el nacionalista
Xosé Manuel Beiras,
aliado con Esquerda Unida. Desde los años 90 en Galicia solo hubo tres
fuerzas parlamentarias: el PP, que revalida su mayoría absoluta; el
PSdeG-PSOE, que sigue acusando los problemas de su casa matriz, y el
BNG, que paga el coste de sus escisiones.
En Euskadi, donde lo más importante fue que
estas elecciones ya se celebraron sin ETA, se produjo casi todo lo que
se esperaba, en función de las encuestas. El PNV se mantiene como
primera fuerza y Bildu se planta en segundo lugar, a cierta distancia.
Con el mismo número de diputados que en Galicia, el Parlamento de
Vitoria tendrá un grupo más: nada menos que cinco, ya que además de los
dos mencionados están PSE-PSOE, PP y UPyD. Ahora toca formar gobierno
-PNV y PSE suman 43 escaños- y, sobre todo, elegir el camino de Euskadi.
Casi nada.
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