Los más benévolos dicen
que ha perdido el norte, pero hay quien afirma que 'se le ha ido la cabeza'. Lo
cierto es que al comisario Juan Jesús Sánchez Manzano algo le ocurre cuando ha
movilizado a los policías del servicio de informática y hasta a la Policía
Científica para averiguar quién ha colocado carteles en su comisaría de
Móstoles llamando a la manifestación del 27 de octubre. Y mientras persigue
sindicalistas policiales, la calle, mientras tanto, sin barrer de malhechores... Increíble,
pero cierto.
Bajo el elocuente título
"Grave ataque a la libertad sindical por parte del Comisario Sánchez
Manzano", la Unión Federal de Policía (UFP), autora de los carteles en
cuestión junto al Sindicato Profesional de Policía (SPP) y la Confederación
Española de Policía (CEP), desvela lo que parece un auténtico desvarío de quien
fuera controvertido jefe de los Tedax cuando la masacre de Madrid del 11-M. Lo
curioso es que, además, el ahora comisario Sánchez Manzano es un afiliado de
uno de los autores de la cartelería, el SPP.
Los "graves hechos"
se sucedieron de la siguiente forma: la UFP trataba de informar de la
manifestación policial que se celebrará el próximo día 27 de octubre en Madrid,
reivindicando cambios y mejoras de la situación actual del Cuerpo Nacional de
Policía (CNP). Por este motivo, sindicalistas de UFP repartieron anuncios y
circulares en todas las sedes policiales madrileñas. En una de ellas, en
concreto la Comisaría Local de Móstoles en Madrid, el comisario Juan Jesús
Sánchez Manzano montó en cólera e inició un operativo para detener al
'criminal-cartelero- que no tenía nada que envidiar al que ha desarticulado la última
mafia china de blanqueo de dinero en España.
Sánchez Manzano, del que
hace escasas se archivó la última causa contra él por los supuestos delitos de
falso testimonio, omisión del deber de perseguir delitos y encubrimiento, dio
una serie de órdenes que han dejado perplejos a propios y extraños.
Según los sindicatos
convocantes, Sánchez Manzano ordenó que fueran arrancados todos y cada uno de
los anuncios y notas, "dispuestos, tal y como se refleja documentalmente,
en zonas donde no causan daño, véase columnas de cemento o paneles". Igualmente,
ordenó que funcionarios del servicio de informática visionaran los videos de
las dependencias policiales de Móstoles, a fin de advertir quien había colocado
los anuncios.
La cosa no quedó no quedó
ahí, sino que el antiguo jefe de los Tedax detrajo de sus labores contra el
crimen a funcionaros de policía científica para que realizaran una inspección
ocular, extrajeran fotos de los anuncios, los plastificaran y analizaran las
huellas para encontrar al culpable de la pegada de pegatinas y carteles,
siguiendo el protocolo de actuación policial para la extracción, custodia y
toma de huellas.
En definitiva, toda una operación
policial para la detención del peligroso sindicalista. Dicen en UFP que
"es incomprensible, increíble y difícil de creer, esta actitud causa un
enorme gasto en recursos personales y materiales, que lejos de servir al
ciudadano sirven para calmar el ego de una persona que evidencia, con esta
forma de actuar, una persecución a los sindicatos, y lo que es peor, una falta
de respeto al ejercicio de un derecho fundamental".
El gabinete jurídico de
la UFP estudia el ejercicio de acciones legales al respecto.
Vea algunas de las fotos del 'delito':
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