La recepción ofrecida por los Reyes para conmemorar el día de la Fiesta Nacional no ha sido, en realidad tan distinta a la del año pasado. A pesar de que el desfile estuvo marcado por la austeridad debido a la falta de cazas y carros de combate y a un homenaje a la bandera tan sencillo como un recorrido a pie, en sustitución del usual espectáculo de acrobacias aéreas, los canapés y el buen jamón -tal y como ha dicho el Rey- no se han echado de menos.
Lo que sí se ha notado es la ausencia de los tres presidentes autonómicos que se encuentran actualmente en campaña:
Artur Mas,
Nuñez Feijóo y
Patxi López. Además, se ha vuelto a repetir la ya tradicional ausencia de los expresidentes del Gobierno. Ni
Felipe González ni
José Luis Rodríguez Zapatero han asistido a la recepción. Al igual que, como ya era de imaginar,
Iñaki Urdangarín; sin embargo la infanta Elena sí ha estado presente e incluso ha revelado a los periodistas que no le disgusta el casi tercer plano al que ha quedado relegada.
Otro cambio significativo ha sido el del protocolo inicial del besamanos, que a partir de ahora en actos de mayor rango institucional, la representación de la Familia Real se verá reducidá al núcleo central de la familia: los Reyes y los Príncipes.
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