La pobreza como tecnología
martes 09 de octubre de 2012, 19:07h
Me imagino que las reuniones del Eurogrupo tienen una liturgia medieval.
Los nuevos aristócratas del dinero se reúnen para impulsar la pobreza
de la plebe. Y lo hacen con la misma distancia que ocurría entonces. Los
reyes y nobles más malvados organizaban la recaudación entre los
siervos de la gleba sin importarles que se quedasen sin trigo para el
invierno. Solo querían ganar su siguiente guerra.
Es un camino el zigzag, pero siempre hacia el mismo objetivo de
desolación en la ensoñación de que desde la miseria vendrá el
crecimiento. ¿Para quién, para los que nunca se han empobrecido?
Y además no están ceñidos a ninguna regla. No prometen objetivos
ni siquiera a largo plazo; jamás concretan un límite a los recortes ni
una fecha para la recuperación. El empobrecimiento es una mecánica sin
fin.
Cuando parece que se ha alcanzado algún acuerdo, siempre hay
nuevas condiciones que se superponen a las anteriores como las capas de
una cebolla.
Si esto es el Euro, debemos pensar en escaparnos de esa cárcel y
respirar nuestra pobreza en libertad, sin el desprecio añadido de que
los amos del norte decidan sobre nuestras vidas.
El rescate tiene condiciones. Y estás nunca se concretan o se
camuflan para que el pueblo no articule su defensa frente a estos nuevos
agravios.
Grecia ha recibido a la señora Merkel como el remake de una nueva
ocupación alemana. Ahora no son divisiones acorazadas sino que los
bancos alemanes toman posiciones sin disparar un solo tiro. No necesitan
fuerzas de ocupación porque la aristocracia política y del dinero de
cada país ocupado son un ejército de cipayos al servicio de la colonia.
Los países del sur somos prisioneros de una insolidaridad
piramidal. Nadie mira al país vecino, porque la esperanza de poder
sobrevivir por encima de él. Los prisioneros también se peleaban en los
campos de concentración por seguir vivos un día más. Y eso nos pasa. Los
italianos no quieren que les confundan con españoles: y a ellos y a
nosotros nos horroriza que nos identifiquen como griegos y portugueses.
La rebelión de los esclavos solo es posible si unimos nuestros intereses
frente a quien nos está empobreciendo. No queda mucho tiempo para una
explosión social. Debiéramos procurar que fuera pacífica, contundente y
coordinada con nuestros hermanos del sur. Ya no pueden insultar más a
nuestra inteligencia con nuevos retruécanos sobre nuestro futuro.