El truco de las jubilaciones
jueves 04 de octubre de 2012, 19:20h
Las jubilaciones anticipadas han sido una
herramienta que ha contribuido a mitigar la crisis en algunos sectores, a
contribuir a la paz social, pero también a socializar pérdidas de
empresas que, a la postre, generaron ganancias. Cuando Felipe González,
con gran valentía, decidió reestructurar el inaplazable sector
siderúrgico, se neutralizaron sus terribles consecuencias con las
jubilaciones anticipadas. Y lo mismo sucedió con la crisis de la llamada
"línea blanca", y con grandes empresas envueltas en problemas.
Tanto los gobiernos de UCD, del PSOE o del PP, han usado de las
jubilaciones anticipadas con generosidad. En algunas ocasiones con
excesiva generosidad, como por ejemplo con las fusiones bancarias. En el
momento en que fue evidente la atomización de nuestro sector bancario,
en vísperas de integrarnos en la Unión Europea, se llevaron a cabo
fusiones y anexiones, algunas veces suplicadas por el gobierno de turno,
que llevaron consigo generosas jubilaciones anticipadas.
Gracias a
ellas los bancos rejuvenecían plantillas, se sacudían indemnizaciones,
y, al final, gracias al dinero de los contribuyentes, seguían
repartiendo ganancias tras ampliar su cartera y su presencia. No
hablemos de TVE, donde a gente capaz y con ganas de trabajar, la
mandaron a su casa, eso sí, con una generosa jubilación anticipada.
Estábamos convencidos de que esos fastos se habían terminado, en
un momento en que se cuestiona la edad de jubilación, por la sencilla
razón de que las arcas se quiebran y la gente hemos tomado la mala
costumbre de vivir demasiado, o, al menos, unos años más que las
generaciones anteriores, y en el preciso instante en que la congelación
de las pensiones supone, de hecho, disminuir el poder adquisitivo de los
que el mismo Rajoy ha definido como "el sector con menos recursos y
vigor social, el más necesitado de ayuda".
Bueno, pues en medio de esta situación, que no necesita
hermeneúticas complicadas para entenderla, vienen los directivos de
AENA, ¡una empresa estatal!, y proponen jubilar con 55 años a cientos de
empleados para que venga alguien de la empresa privada a comprar un
negocio limpio y sin cargas sociales. Al menos, los atracadores de
bancos arriesgan algo más y roban bastante menos.