martes 02 de octubre de 2012, 22:14h
En noviembre 1700 muere sin sucesor Carlos II, el Hechizado. En su último testamento nombra heredero a Felipe D'Anjou, Borbón, nieto del Rey Sol
y biznieto de Felipe IV, el Rey
Planeta.
Febrero de 1701, Felipe d'Anjou entra en España. Aquí le espera
el archiduque Carlos de Austria,
hijo de Leopoldo I Habsburgo Emperador del Sacro Imperio
Romano Germánico y biznieto de Felipe
III el Piadoso. El Archiduque fue coronado en Barcelona, Valencia, Zaragoza
y Madrid como Carlos III. Si no se mantuvo en la corona fue porque los
intereses europeos para fragmentar el imperio español en Europa y la muerte del
emperador Leopoldo I llevaron al archiduque a aparcar sus pretensiones
legítimas al trono español y quedarse con el título de emperador del Sacro Imperio.
A cambio del trono de España, Felipe D'Anjou renunciaba a su título de Delfín
de Francia y la corona española perdía sus posesiones en Nápoles, Países Bajos,
Cerdeña y el Milanesado por un lado (pasaron al flamante Carlos VI de Alemania),
por otro, el duque de Saboya se anexionaba Sicilia. La gran ganadora de Utrecht,
Gran Bretaña, se quedó con Menorca y Gibraltar y, a costa de Francia, con Terranova,
Acadia, isla de San Cristóbal en las Antillas y los territorios de la bahía del
Hudson.
Catalunya (maulets
se apuntó a la causa de los Austrias porque el archiduque prometió mantener sus
fueros -no sabemos qué habría hecho de reinar, pero lo cierto es que el Tratado
de Utrecht incluyó un prólogo secreto para que los Austrias abandonaran
Cataluña-, mientras que el d'Anjou buscaba derogar los fueros del reino y
evitar la disgregación de la corona. Los catalanes que le apoyaron fueron botiflers (beauté fleur, la bella flor o
flor de lis de los borbones).
El acuerdo firmado por los Reyes Católicos en el (Segundo) Tratado de los Toros de Guisando estableció
que las coronas españolas se reunirían in
persona regis, pudiendo mantener cada uno de ellos sus particularidades
jurídicas y de gobierno. La Guerra de los 30 años demostró que esta división
administrativa imposibilitaba funcionar como potencia internacional.
Carlos II organizó una zapatiesta mundial con su testamento para
salvar el imperio y el imperio se desbarató. 300 años después, los catalanes, vuelven
a enfrentar a los Borbones justamente por esa concepción extraña del estado que
ha pervivido desde el XV y que, a pesar del tiempo, no ha cristalizado en una
sociedad homogénea que se identifique con sus valores comunes y, así, el
apelativo Las Españas reflejó siempre una unión refractaria que difícilmente se
amalgamaba.
Yo no soy independentista, claro que dicho así suena raro.
En realidad, yo estoy por una concepción teórica de la forma del estado en la
que haya un presidente ejecutivo que sea jefe del gobierno y del estado, es
decir, soy partidario de un sistema federal y presidencialista de los que no
hay ninguno en Europa. Aquí tenemos monarquías parlamentarias -lo que sigue
pareciéndome una contradictio in terminis- y repúblicas parlamentarias en las
que una figura tan decorativa como la del rey hace las veces de presidente, un
presidente tan inútil que pocos serán los que sean capaces de decir ahora,
mientras me leen, el nombre del presidente jefe de Estado de Alemania, de
Italia, de Portugal o de Grecia.
Ahora Catalunya se quiere ir. Viví más de 20 años en
Barcelona. En Cataluña hay tantos tópicos sobre Madrid como en Madrid sobre
Cataluña. Ninguno de los dos retratos refleja la realidad fundamentalmente
porque la verdad suele ser poliédrica y al final, después de otros 20 años en
Madrid, sé que los catalanes tienen mucho de españoles y estos de catalanes. También
sé que el sentimiento catalán por lo suyo es profundo, noble e identitario y
que el resto de España podríamos aprender mucho de ellos.
No sé cómo evolucionará esto. No sé si España podrá
sobrevivir al dominó independentista que se avecina, pero sí sé que entre todos
la matamos y ella sola se murió. Quién sabe, tal vez de carambola, como todo en
la vida de este hombre, Mariano Rajoy acabe pasando a la historia; solo
que como el tipo que consiguió disolver España como un azucarillo.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (15)
14135 | @pep - 04/10/2012 @ 15:48:00 (GMT+1)
Totalmente de acuerdo: es necesario tener datos reales, cuántas personas son independentistas, cuántas no, qué hay de verdad en los datos de ingresos y gastos por CCAA, cómo se financian las CCAA y % por rubros, etc.
14114 | kroker - 04/10/2012 @ 00:44:30 (GMT+1)
Las cuestiones identitarias al final son como la religión, o se cree en ellas o no se cree. Lo que persiguen es la diferencia, el no admitir que lo del otro puede ser mejor, sino que los mío es mejor por definición, no hay critica posible. Mi tierra es la más bonita, mi comida es la mejor, mis mujeres son las más guapas, mi vino es el de más solera, mi lengua le debe conocer todo el mundo y más si vive aquí, etc. Pues no. En el fondo, lo único que pone de manifiesto es un provincianismo digno del más obtuso paleto, y no lo digo solo por los catalanes, esa especie abunda en todas las regiones españolas. Por eso creo que en el fondo fracasó la I República española, cuyo planteamiento federal, era el primer y más importante paso a dar; pero claro, las dichosas identidades/localismos/cada unos hace de su capa un sayo, llevaron incluso a levantamientos cantonales, en fin, ¡viva villa burros de arriba libre!.
Las torpezas históricas están ahí, y explican el porqué de casi todo; lo que no encuentra explicación alguna, es que después de 35 años de democracia de verdad, con todos sus defectos, pero democracia a fin de cuentas, siga existiendo ese sentimiento revanchista en los catalanes y vascos. Y esto es así, porque a la primera que pueden, ningunean al resto de españoles, no son todos, pues conozco a muchos que no son así; pero lo cierto es que es un sentimiento que deja entrever en cualquier tipo de manifestación y no solo callejera. No hay nada peor que vivir con alguien con quién no quieres compartir tu vida, en estos casos se impone el divorcio para evitar males mayores (en el caso vasco entraría dentro de lo que llamamos divorcio con víctimas de violencia).
Está claro, que lo sucedido el día 11, marca un punto de no retorno, pero no solo para los catalanes, creo que también para el resto de la Nación española. Hay que poner las cosas en claro (como decía más abajo Pep), pero de una vez por todas; ya no se trata de saber quién tiene la razón (en un divorcio eso es lo de menos), sino de saber la verdad. Saber si los partidos catalanes han estado manipulando, o han sido los sucesivos gobiernos de España. No hay nada peor, que llevar a todo un pueblo por una senda creyendo que es por algo justo, y al final, se sabe que es todo lo contrario.
Todo el mundo sabe, que el Maine lo volaron los propios americanos adrede, para tener un pretexto para declarar la guerra a España. Solo espero, que las dichosas balanzas fiscales no sean al final el Maine de Mas y cia. Por otra parte, también hay un sentimiento de hartazgo, no solo entre los catalanes con respecto a España, también y cada vez más, de los españoles en general con respecto a ellos. Ese sentimiento ha sido cultivado y fomentado desde Cataluña durante años, pero ahora que las cosas vienen mal, es fácil echarle las culpas a los de fuera de las cagadas propias, de los despilfarros propios, de la corrupción propia. En eso, los Sres. Puyol y cia., podrían sentar cátedra. En el resto de España, ver como por ejemplo, en un final de la Copa de Rey, ambas aficiones pitan y abuchean al himno nacional (que ahora si es de todos), en el fondo lo que pitan y abuchean es al resto de compatriotas. Ya no es un símbolo franquista, pero por lo que se, hay gente anclada en el pasado o que les interesa seguir ancladas en el pasado; es su identidad.
14107 | pep - 03/10/2012 @ 21:28:28 (GMT+1)
Hasta ahora, lo único que sabemos es que algunos catalanes se quieren ir, otros quizás estan descontentos, y otros no se manifiestan. ¿No sería bueno permitir el referendum?, ¿escuchar un poco las protestas? ¿hacer un ejercicio de empatía y de autocrítica? ¿Y que tal publicar, divulgar y discutir cifras reales de las transferencias entre comunidades? Si las cifras que se publican en Catalunya son ciertas, se trata de un robo con mayúsculas, y si no lo son, se trata de una gran manipulación. ¿Podemos encontrar un punto de partida en el que una GRAN mayoría esté de acuerdo? ¿Queremos hacerlo?
14106 | Pep (que no Pepe) - 03/10/2012 @ 21:18:36 (GMT+1)
Me apena mucho tu visión de la situación aunque comparto algún aspecto: creo que estoy de acuerdo en que hemos ido demasiado lejos y que posiblemente (cito) "Esto no tiene marcha atrás". Por lo demás, quizás eres joven y tienes poca experiencia, o tal vez, un poco radical. Pienso que suele ser cierto que "hay de todo en todas partes", y que "en todas partes cuecen habas". Por último comentarte que cualquier persona que viva con odio y deseando el fracaso ajeno no merece mi respeto.
14097 | @kroker - 03/10/2012 @ 19:16:00 (GMT+1)
jajajaja, abogado al fin: ostias tengas y las pagues!!! Un saludo
14096 | Pepe - 03/10/2012 @ 18:47:43 (GMT+1)
El hartazgo es mutuo. Yo creo que el odio catalán hacia España y el odio específico y cainita hacia la ciudad en la que vivo, Madrid, no tiene vuelta atrás. Nos odian. No toleran que Madrid sea una comunidad libre y abierta. Quieren que fracasemos. Que seamos un poblachón manchego. No toleran que otras regiones de España prosperen. Cualquier éxito de Madrid, de Valencia, de Aragón, de Canarias les hace echar espumarajos cual niña del exorcista. La burguesía catalana son mala gente. Gentuza. Han sembrado el odio hacia el español, el virus de la infamia y de la envidia a todo que sea español. Han conseguido que uno no sea un buen catalán si no odia a España, incluso aunque seas un despreciable charnego. Esto no tiene marcha atrás. Los puentes se han roto. Los españoles no queremos seguir aguantando el desprecio y el insulto permanente de esa gentuza. Se dice de coña, pero es verdad: si dejaran votar a los no catalanes, se sorprenderían de la gente que vota a favor de que se vayan. Ya.
14095 | Pepe (el otro) - 03/10/2012 @ 18:34:36 (GMT+1)
Pepe, maniqueismos los precisos, por favor. Gilipuertas los he visto en todo el mundo, desde Zurich (en teoría muy educaditos, pero vete a vivir allá un par de años y me cuentas) a Sydney (ciudad "ideal" por excelencia) pasando por las que quieras. Como dice Manuel, el debate merece seriedad, aunque también he de decirte que el mundo actual no es el mismo que hace 50 años, la globalización hace que problemas locales sean compartidos en otros países rápidamente... y esto en Cataluña no sólo lo saben, sino que piensan utilizarlo en su favor. A España le queda, si quiere, afrontar la cuestión de cara o quedarse en el insulto/argumento fácil. Veremos.
14094 | kroker - 03/10/2012 @ 17:59:47 (GMT+1)
Desde un punto de vista jurídico, el asunto de la plaza de garaje es fácilmente reconducible:
Dos hostias y pagas la multa.
14091 | Pepe - 03/10/2012 @ 17:18:53 (GMT+1)
Lo de mi impresentable vecino de plaza de garaje no lo escribo como ejemplo por cabreo. Es que pienso sinceramente que el ejemplo es perfectamente válido para mostrar que ésa es la mentalidad catalana. La mentalidad nacionalista. La mentalidad que han mamado los catalanes desde hace décadas. Lo mío sólo mío. Lo tuyo lo tienes que negociar conmigo. Yo, catalán, soy superior. Tú, español, eres inferior. Africa empieza al sur del Ebro. Si saco tajada de tí, me interesas. Si no, romperé contigo porque yo sólo conozco el egoísmo y de la superioridad. Los catalanes hoy por hoy son hooligans. Las gradas de bárbaros del Barça del próximo domingo están omnipresentes en cualquier rincón de Cataluña cada día. Habrá excepciones, pero sociológicamente hablando son gentuza.
14090 | pascuamejia - 03/10/2012 @ 16:51:54 (GMT+1)
@PEPE: No, Pepe, es un disparate creer que una golondrina hace verano o que un tipo con el que te llevas mal represente a 7 millones. He vivido en Cataluña y solo puedo decir que me he encontrado más gente positiva que negativa. Mastuerzos hay en todas partes y esa mala leche vecinal, esos modales agresivos, no son (exclusivamente) catalanes, son españoles; una más de esas cosas que nos unen.
No está bien que se te caliente el ordenata; gentuza es muy fuerte para definir a nadie, menos a toda esa cantidad de personas. De hecho, si lo piensas, en mi columna apunto justamente a esos desencuentros históricos entre dos comunidades que tienen más que ganar juntos que separados. Por último, está ese detalle del Pacte Fiscal. En realidad, el problema lo crea esta constitución lábil que dio a los vascos un fuero fiscal especial y se lo niega a los catalanes. No sé si es justo o no, solo sé que en el espíritu constitucional estaba el concepto Solidaridad entre CCAA y que, 33 años después, ni el texto sirve (no es que haya que reformarlo, casi es que hay que hacer una nueva constitución y cuestionar seriamente también si queremos rey), ni el concepto de solidaridad se cumple -Madrid, Vascolandia y Cataluña soportan financieramente al resto de CCAA- ni el gasto de las administraciones locales (CCAA, diputaciones, ayuntamientos) es responsable y sensato. ¿Justifica esto la ruptura? No, claro, pero es como la cerilla: no justifica el incendio; es solo el medio material que lo inicia.
14089 | Pepe - 03/10/2012 @ 16:12:29 (GMT+1)
Cinco siglos. Falta de empatía. ¿Y no será que son una dictadura étnica?. ¿No será que Cataluña y libertad son conceptos antagónicos?. No vivo allí. El tío de la plaza de garaje del al lado mío es catalán. Mete su coche y 2 motos en ella. Invade mi plaza. Y encima me regaña porque no me separo lo suficiente de su coche. Yo le molesto por usar mi plaza de garaje. Me lleva destrozando el lateral de los coches que he tenido desde hace más de 20 años. Esa es la mentalidad catalana. Lo mío es mío. Lo tuyo lo tenemos que compartir porque a mi me interesa. Y encima tú eres una mierda y yo te insulto, te menosprecio y te vitupero. Porque yo soy superior. Yo, catalán, meo colonia y tú estás a mi servicio. Lo que digo del catalán de la plaza de garaje de al lado no me lo invento. Es 100% real. Y el tío va con esas ínfulas viviendo en Madrid. Eso es Cataluña. No sé si hace 5 siglos, pero eso es hoy en día. Conclusión: son gentuza.
14085 | pascuamejia - 03/10/2012 @ 15:45:14 (GMT+1)
OjoXojo, te equivocas. No se trata de que se quieran ir -que quieren-, se trata de que durante 5 siglos no hemos sido capaces de empatía. dice poco de todos nosotros
14069 | Marta A - 03/10/2012 @ 09:54:29 (GMT+1)
gracias ojoporojo por darnos permiso a los catalanes para irnos!! Por una vez, y sin que sirva de precedente,estamos de acuerdo
14066 | Bruno Traben-Mitbe - 03/10/2012 @ 09:18:41 (GMT+1)
Taifalandia. Pascua, Un abrazo
14064 | ojoporojo - 03/10/2012 @ 04:32:50 (GMT+1)
no estoy de acuerdo con ud don manuel:los catalanes nos vienen dando por ... desde siempre. ¿Se quieren ir? que se vayan. De todas formas, gracias por volver a escribir de España, creí quenos había abandonado por las bellezas latinas. No deje de escribir -nos Sobre España
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