En su libro "Les voy a contar", recién publicado
Bono carga contra Pedro J., Carlos Dávila y los fondos de reptiles
lunes 01 de octubre de 2012, 13:01h
Los 'diarios',
que no 'memorias', del ex presidente del Congreso, ex ministro de Defensa, ex
presidente de Castilla-La Mancha..., en fin, de José Bono, no dejan de causar
profundas sorpresas según se avanza en sus páginas. "Les voy a
contar", el primer tomo de la trilogía 'bonista' que Planeta acaba de
lanzar al mercado, se las trae: Bono no deja títere con cabeza. De su agenda
salen todo tipo de frases que pone en boca de todo tipo de personajes. Y no
hay, desde luego, quien se salve de su acerada pluma. Leer sus memorias da
pleno sentido a aquello de 'la tinta mancha'.
No hay tema que
José Bono no toque, aún a costa de posibles querellas. Pero, ¿lo tendrá todo atado y
bien atado? Porque Bono denuncia supuestas actuaciones de políticos,
empresarios, etcétera, pero también de periodistas. Y se ve a la legua quiénes
no eran sus amigos: sin duda, Carlos Dávila y Pedro José Ramírez.
He aquí lo que
Bono ha escrito en las páginas 184 a 186 de su libro "Les voy a
contar". De Baltasar Garzón a José Luis Corcuera, de Pedro Jota a Carlos Dávila, Bono no deja
títere con cabeza. Ésta es la cita textual:
"Viernes,
19 de marzo [de 1993]
"A Carlos
Dávila «todos los meses le daban un sobre con cien mil pesetas para que hablara
bien del ministro»
"Embarco
rumbo a San Sebastián en un avión alquilado por el Ministerio del Interior en
Valencia para asistir al funeral del guardia civil Emilio Castillo, natural de
Ciudad Real, asesinado por ETA. Es un Falcon 900 que fue propiedad del
financiero catalán Javier de la Rosa y que lleva una rosa xerografiada en toda
la vajilla. Hoy forma parte de la flota privada Arcus Air, cuyo gerente es un general
llamado Nieto.
"El
ministro Corcuera se muestra amable, pero algo distante. Su modo de
relacionarse conmigo es correcto, pero no confiado y amistoso; quizá sea fruto
de su carácter porque, desde luego, yo no tengo queja alguna de su
comportamiento. Quedo agradecido por su hospitalidad. He aquí algunos de sus comentarios:
«Garzón es un divo. Ha instruido mal el sumario de Ynestrillas y por ello le
han absuelto. Tengo dudas de que en la operación Nécora no le pase lo mismo.
Todo lo ha montado sobre las fabulaciones de un tal Portabales, al cual dedicó,
para su protección, a veintiún policías». Y añade: «Garzón se citó con Pedro
Jota la misma mañana en que por la noche fue al debate de Antena 3. Estuvieron
en el hotel Miguel Ángel desayunando y yo lo sé porque había en la mesa de al
lado unos alemanes que les escuchaban. ¡Claro..., los alemanes eran policías!».
«Sobre Pedro
Jota -concluye- tengo información suficiente para asegurar que no es demócrata
ni decente. Tengo pruebas de que visitó en la cárcel a un etarra para el que
gestionó eficazmente su posterior libertad.»
"En otro
orden, Corcuera me cuenta que un ministro del Interior con la UCD «compraba a
ciertos periodistas de un modo muy singular: los invitaba a jugar al póquer y
el ministro perdía siempre..., a veces, varios millones de pesetas». También me
habla de asalariados del ministerio. A este respecto, recuerdo al prototipo de
periodista a sueldo: Carlos Dávila. Juan Carlos Rodríguez Ibarra me ha contado
que «a finales de los años ochenta, asistí a una comida con periodistas del
Grupo Crónica», un colectivo integrado por José Oneto, Iñaki Gabilondo, Nativel
Preciado, Fernando Ónega, Daniel Gavela, Antonio Casado, Ramón Pi, Diego
Armario, Moncho Verano, entre otros, y al que pertenecía también Dávila. En
relación a este último, Ibarra recuerda que «me preguntó si para entrar a
trabajar en la Junta de Extremadura había que llevar el carné del PSOE en la
boca», a lo que el presidente extremeño replicó, contundente: «Está usted
equivocado. Usted conoce a este señor que me acompaña, ¿verdad? Es periodista,
se llama Luis Ángel Ruiz de Gopegui y ha sido jefe de prensa de un ministro de
UCD. Pues bien, ahora es mi asesor. Y me ha contado que usted sobrepasa todos
los límites de la decencia y que es un sobrecogedor. Me ha contado que usted, a
cambio de dinero, habla bien del político que le pague, sea quien sea. Mi asesor
me ha dicho que a usted, señor Dávila, le preparaban todos los meses un sobre
con cien mil pesetas para que hablara bien del ministro. ¿Lo recuerda usted?
Habla mal de mí porque sabe que yo nunca le voy a dar ni una peseta».
"Carlos Dávila
[20] es ejemplo significativo de una casta de desvergonzados, por cierto muy
escasos, pero que manchan a la profesión periodística".
Y aún añade en
la Nota 20 de la página 186:
"[20. El
periodista José Mª Izquierdo ha escrito sobre este personaje, en «El bocadillo
de chicharrones...» (El País, 22 de agosto de 2010): «Machote como es, llamó
abreculos a Boris Izaguirre, y dijo de él que era un "personaje abyecto
que en cualquier otro país estaría en la clandestinidad". (...) Dado que
su campo de tiro es amplio, también tiene obuses para "el seboso andarín
Almodóvar". (...) También se preocupa mucho del futuro de los curas: 'que
se trata de dar un manotazo al crucifijo y ayudar a que todas nuestras mujeres
lleven velo". (...) Pero donde más brilla el estilo peloenpecho de Dávila
es en su acendrado gusto, casi de erudito, en la búsqueda para hallar adjetivos
insultantes con los que referirse a Zapatero (...): "Estólido presidente
(...) la demostración palpable de un vesánico político". (...) "Es el
crisol más repugnante de rodas las falacias posibles"; (...) De vez en
cuando también cita a Camilo José Cela: "Estos tíos que nos quieren salvar
son más molestos que un pedo atascado"»]".
Bueno, nosotros
ni quitamos ni ponemos: son las opiniones de José Bono, que ya se ve que ha
renunciado a hacer amigos, sobre todo cuando ya antes no lo eran... La que van
a armar estos tres libros de memorias del ex presidente del Congreso, y eso que
estamos solamente ante el primer tomo.... Seguiremos entresacando
cosas de este filón bonista.